Isabel II tiene que quitarse la corona de la cabeza

Por prescripción médica la reina de Inglaterra ya no podrá ostentar la corona sobre su cabeza. La deteriorada salud de Isabel II hace inviable que luzca el mayor distintivo de los monarcas. El cuello y la espalda de la reina Isabel II ya no aguantan tanto peso. La corona debe quedarse en casa, o en palacio. Lo dicen los médicos y la reina obedece. Y no sólo tiene que dejar de llevar la corona. A Isabel II le prohíben otro de sus privilegios.

La reina Isabel II caminando junto a la Corona Imperial del Estado. Foto: RICHARD POHLE/POOL/AFP vía Getty Images.
La reina Isabel II caminando junto a la Corona Imperial del Estado. Foto: RICHARD POHLE/POOL/AFP vía Getty Images.

Es el año del Jubileo de la reina Isabel II. Mal momento para tener que dejar la corona en el joyero. Pero no queda otra. Los 96 años de vida con los que cuenta la reina de Inglaterra han reducido su movilidad de manera notoria. Los facultativos que atienden a la monarca han sido tajantes: la corona pesa demasiado para su deteriorada osamenta cervical. La corona será reemplazada por ligeras tiaras o diademas. Tampoco veremos a la reina Isabel II portar las largas y pesadas capas de tiempos pasados. El atuendo de la reina debe aligerarse. No hay que añadir peso innecesario a sus doloridos huesos. Y hay más cambios para la vida de la reina de Inglaterra.

Isabel II siendo llevada en el carruaje real del Palacio de Buckingham al Palacio de Westminster. REUTERS/Simon Dawson.
Isabel II siendo llevada en el carruaje real del Palacio de Buckingham al Palacio de Westminster. REUTERS/Simon Dawson.

Hemos visto que ahora la reina se ayuda de un bastón para caminar y esa no es la única ayuda que le han propuesto a Isabel II para sus desplazamientos. A la reina también le han proporcionado un moderno cochecito del golf se mueva cómodamente por los terrenos del castillo de Windsor. Su afición a montar a caballo por los alrededores del catillo va a tener que quedar aparcada. Ahora toca jugar al golf sin jugar. También la agenda oficial de la reina ha sido drásticamente recortada. Sin embargo, acaban de confirmarnos que Isabel II sí acudirá a la importante Ceremonia de apertura del Parlamento. Eso sí, nada de llegar en su tradicional y antiguo carruaje. Que dicen los médicos que mejor vaya en coche, que hay menos baches para sus cervicales. La reina de Inglaterra se queda también sin el privilegio de subirse en las bellas carrozas. La salud manda. O más bien manda la mala salud.

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