Isabel Preysler suspende en imagen tras salir con Vargas Llosa

No contamos nada nuevo si afirmamos que el inesperado romance entre Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa ha sido uno de los mayores escándalos del 2015. No sólo porque el premio Nobel acababa de cumplir cincuenta años de casado con Patricia Llosa cuando saltó a los medios el idilio, sino porque al público español le sorprendió la rapidez con la que la socialité había superado su viudedad, seis meses después de perder a Miguel Boyer.

Pese a que el amor ha reafirmado su trono de reina de corazones, parece que la imagen de Preysler ha quedado algo tocada después de todo. Así lo asegura la empresa Personality Media, empresa que analiza a famosos para asesorar a agencias de publicidad, medios y anunciantes. El caso es que la última encuesta realizada revela una ligera caída de popularidad de Isabel: ha bajado en medio año de un “5,2 de media a un 4,2”. Vamos, que ha pasado de un aprobado raspado a un suspenso.

Sorprende que la percepción que se tiene de su elegancia haya pasado de un 7,7 que registraba en su anterior encuesta a un 7,0. Es cierto que la valoración que sigue estando bastante bien, pero ya no ocupa el primer puesto de las mujeres mejor vestidas, distinción que ahora ostenta la modelo Nieves Álvarez. Lo peor de todo es que ahora la filipina “transmite menos confianza”, al pasar de un 4,9 a un 4,1.

¿Por qué este bajón en la impoluta imagen de Preysler? María Utrera, directora comercial y de comunicación de Personality Media, se lo explica a ABC: “Cuando tienes una vida a la que la gente está habituada, por poco normal que sea, junto a un marido estable, cuidándole en los momentos difíciles y mostrándote enamorada de él y declarándole públicamente como el gran amor de tu vida, la gente se siente más próxima a tu figura. Por eso la imagen de Isabel era ligeramente superior a lo habitual antes del verano”

“Si unos meses más tarde muestras lo contrario y con el revuelo mediático que hemos visto, con un hombre casado, conocido, el revuelo es mayor y la gente se ve defraudada, hasta el punto de que rebaja tu percepción de imagen en casi todas las variables analizadas, incluida la elegancia, y es cuando la gente te quiere menos. Se puede perder hasta el mayor valor diferenciador de tu imagen, y te valoran menos globalmente”, añade la directora de Personality Media.