James Cameron nos engañó con Kate Winslet en 'Avatar: El sentido del agua'

Son muchas las razones por las que Avatar: El sentido del agua se ha convertido en una de las películas más esperadas del 2022, como bien puede ser su alto desempeño tecnológico o el fenómeno tan inmenso que despertó su predecesora en 2009. Pero también lo es el fichaje de nuevos rostros para el universo de Pandora, al que se han incorporado actrices de la talla de Kate Winslet.

Y es que la ganadora del Óscar por The Reader se reencuentra con James Cameron 25 años después de enamorarnos bajo sus órdenes en Titanic, uno de los títulos que la catapultaron a lo más alto de Hollywood y con el que se quedó clavada en el corazón de los espectadores. Por esta razón, verla trabajar de nuevo con un director que sacó tanto de ella y en una propuesta de acción y aventuras tan refrescante como Avatar: El sentido del agua, nos ponía los dientes largos ante lo mucho que podría dar de sí esta colaboración. Sin embargo, lo que se ha visto en la película no ha cumplido ni de lejos las expectativas.

Winslet interpreta a un nuevo personaje llamado Ronal, la matriarca del clan Metkayina, una tribu de Na’Vis acuáticos donde Jake y Neytiri, en su necesidad de huir de los bosques de Pandora, llegan con sus hijos a buscar asilo. El papel, de primeras, puede sonar importante debido su carácter de líder. Y mucho más después de las noticias que surgieron respecto a su desempeño en el rodaje, donde llegó a superar el récord de Tom Cruise en Misión Imposible: Nación Secreta de pasar un largo periodo de tiempo bajo el agua sin respirar.

“Kate disfrutó de la libertad de poder expresarse bajo el agua. Pudo contener la respiración estática durante unos 7 minutos y 20 segundos. Yo he practicado buceo libre durante 50 años y creo que lo máximo que he aguantado la respiración han sido 5 minutos y medio”, relataba James Cameron en las notas de producción de Avatar: El sentido del agua.

En una entrevista con Empire, Winslet reafirmó las palabras del director contando cómo esta experiencia acuática en el rodaje fue algo “sobrehumano” donde llegó a sentirse entre la vida y la muerte. E inevitablemente, nos llevó a pensar que su desempeño en pantalla se traduciría en potentes escenas de acción bajo el agua bajo un personaje que tendría mucho que decir en esta continuación del título de 2009.

"Lo más asombroso para mí como mujer de mediana edad fue aprender algo no solo nuevo, sino sobrehumano", explicaba la actriz al medio. “Es maravilloso. Tu mente se desvanece por completo. No puedes pensar en nada, no podés hacer listas en tu cabeza. Solo miras las burbujas que hay debajo de ti. Mis primeras palabras cuando salí a la superficie fueron: ‘¿Estoy muerta?’. Sí, pensé que había muerto”.

Pero la realidad ha sido muy diferente, porque su aparición en pantalla en Avatar: El sentido del agua es prácticamente nula. Y ni siquiera la vemos protagonizar una gran secuencia de acción. Sin entrar en spoilers, simplemente comentar que su papel se limita a interactuar con Jake, Neytiri y su familia en momentos muy puntuales. Es decir, un personaje secundario sin apenas relevancia.

Y lo peor no es eso, porque, al contrario que los Na’Vi a los que dan vida Sam Worthington y Zoe Saldana, cuyo aspecto físico es casi idéntico al de sus actores; el rol de Winslet no guarda un mínimo de parecido con la actriz. O al menos a mí me cuesta identificar algún rasgo de su rostro entre el CGI. Además, su voz, ante la necesidad del personaje de poner un tono de toque tribal, tampoco es fácil de identificar, llevando incluso a pensar que ni siquiera es ella la que está detrás de esta Na’Vi de los Metkayina.

Al final, la sensación que te deja es la de haber tirado por la borda una oportunidad de oro para que Winslet volviera a sacar lo mejor de sí misma bajo las ordenes de uno de los directores que la llevó a lo más alto. Y, valorando las declaraciones que habíamos venido escuchando por parte de Cameron y de la propia actriz, es difícil no salir decepcionado por este tema de la proyección de Avatar: El sentido del agua. Por suerte, el espectáculo tan inmenso que ofrece la película te hace olvidarte de ello fácilmente.

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