Jamie Lee Curtis se mostró avergonzada de sus prejuicios contra Ana de Armas: “Pensé que era una joven sin experiencia ni sofisticación”

Jamie Lee Curtis se mostró avergonzada de sus prejuicios contra Ana de Armas: “Pensé que era una joven sin experiencia ni sofisticación”.
Jamie Lee Curtis se mostró avergonzada de sus prejuicios contra Ana de Armas: “Pensé que era una joven sin experiencia ni sofisticación”.

Si bien desde hace varios años algunas de las máximas estrellas de Hollywood parecen empeñadas en desenmascarar los prejuicios de la industria y de cambiar el rumbo de la historia, no es común escuchar, en primera persona, a un artista consagrado haciendo un mea culpa. Jamie Lee Curtis lo hizo al hablar sobre Ana De Armas, y generó una gran polémica.

La actriz, hija de los célebres Tony Curtis y Janet Leigh, y su colega nacida en Cuba coincidieron en el rodaje de Entre navajas y secretos en 2019, y si bien llegaron a convertirse en buenas amigas, parece que el camino no fue sencillo. La revista Elle decidió consultar a Curtis sobre su colega, como parte de un perfil que la publicación estaba preparando sobre la intérprete que personificará a Marilyn Monroe en la inminente biopic de Netflix Blonde. Y allí, reveló cuál fue la primera impresión que tuvo sobre ella y cuáles son los prejuicios que la tomaron por asalto .

Parece ser moneda corriente que muchas estrellas de Hollywood desconozcan absolutamente lo que ocurre en el resto del mundo en el ámbito del espectáculo. Por eso, porque para Hollywood solo parece existir Hollywood, no resulta extraño que Curtis revelara que no tenía idea de que al momento de conocerla, De Armas ya era una estrella en España y también en su Cuba natal. Lo que sí llama la atención es que ni siquiera supiera del recorrido que desde hacía unos años había iniciado en la industria cinematográfica estadounidense, a través de films como El lado oscuro del deseo, de 2015; Exposed, Manos de piedra y Amigos de armas, de 2016; La gran fuga y Blade Runner 2049, de 2017.

En rigor, Curtis reconoció que cuando se encontró en el set con De Armas asumió que era una recién llegada a la industria e incluso al país. “Digo esto con auténtica vergüenza. Como dijo que venía de Cuba, asumí que acababa de llegar”, explicó. Y agregó: “Di por sentado que era una jovencita sin experiencia ni sofisticación” .

Sin embargo, con el correr de las escenas y de las horas compartidas, quedó impresionada por el talento de su colega y se propuso ayudarla a abrirse camino y hacer contactos en Hollywood; dos cuestiones que De Armas ya tenía bastante resueltas. Una de las maquinaciones de Curtis era presentarle a Steven Spielberg para que la considerara como candidata a interpretar a María, la célebre protagonista de West Side Story en la versión cinematográfica que terminaría estrenando dos años más tarde, considerando, quizá, que ese era el mejor papel al que una actriz latinoamericana podía aspirar. También quiso presentarle a sus ahijados, Maggie y Jake Gyllenhaal, desconociendo que la protagonista de El Internado ya mantenía una relación amistosa con el actor.

Según contó la actriz de la saga Halloween, la buena relación entre ellas se mantiene hasta el día de hoy. Por eso, mientras De Armas se preparaba para ponerse en la piel de Marilyn Monroe, mantuvieron varias conversaciones. Tony Curtis tenía una buena relación con la mítica rubia e incluso trabajó junto a ella en el film Una Eva y dos Adanes. Por eso, su hija conserva viejas fotografías y filmaciones de Monroe. “Me enseñó imágenes de ella caracterizada como Marilyn. Tengo muchas fotos de mi padre con Marilyn y las que ella me envió eran un par de fotos fijas del rodaje de Blonde y un video sin audio de ella moviéndose. Fue muy impresionante. Realmente era Marilyn”, señaló.

Ana de Armas, como Marilyn Monroe, en una de las fotos promocionales de Blonde
Ana de Armas, como Marilyn Monroe, en una de las fotos promocionales de Blonde - Créditos: @2022 © Netflix

Ponerse en la piel de Monroe en Blonde, la adaptación de Andrew Dominik de la novela de Joyce Carol Oates claramente es uno de los más grandes desafíos que la actriz cubana enfrentó. El elenco se completa con Adrien Brody como Arthur Miller, Bobby Cannavale como Joe DiMaggio, Julianne Nicholson como Gladys Pearl Baker (madre de Monroe), y Caspar Phillipson como John F. Kennedy.

En enero del año pasado, en una entrevista con The Sunday Times, De Armas relató cómo fue la intensa preparación que le requirió estar a la altura de este protagónico y cuánto le costó desprenderse del personaje una vez finalizado el rodaje. “¡Lo intenté! Solo me tomó nueve meses de entrenamiento y práctica de dialectos. Fue una gran tortura, muy agotador. Mi cerebro estaba frito”, aseguró. Por otra parte, la historia le permitió reflexionar sobre el rol de la mujer en la industria. “En general, es muy fácil establecer paralelismos entre cómo estaban las cosas en los años 30, los 40 y los 50 y en nuestros días. Y, sobre todo, con cómo resulta muy complicado lograrlo si no cuentas con una base sólida y con tu familia para apoyarte”, remarcó la actriz.

La actriz cubana Ana De Armas en piel de la célebre diva de Hollywood
La actriz cubana Ana De Armas en piel de la célebre diva de Hollywood - Créditos: @2022 © Netflix

De Armas nació en Santa Cruz Del Norte (Cuba), en 1988. Su familia no tenía videocasetera, pero cuando vio la película Matilda en casa de su vecina fue corriendo a recrearla para su hermano. Luego de coincidir en una fiesta con las hijas del actor cubano Jorge Perugorría, se enteró de que Manuel Gutiérrez Aragón estaba haciendo un casting en La Habana para Una rosa de Francia. Cuenta la leyenda que el director la interrumpió en medio de su prueba para informarle de que el papel era suyo. Durante el rodaje, la actriz conoció a un representante español que le propuso trasladarse a Madrid. “ En Cuba creces pensando que lo que tienes es todo lo que necesitas y que debes estar satisfecha con eso, pero yo siempre fui muy curiosa y, por qué no decirlo, ambiciosa. No teníamos amigos o parientes en Miami, España era mi única opción para salir de Cuba ”, recordó la actriz en una entrevista con el diario La Vanguardia.

A los 18 años se mudó a Madrid y comenzó a presentarse a todos los castings que podía. El primero fue, una semana después de aterrizar, para la serie El internado, que terminaría convirtiéndola en una estrella en aquel país.