Jandro nos habla de su salto al cine y opina sobre la guerra entre Pablo Motos y Broncano. “No entiendo la polémica”
El 2020 marcó grandes cambios para Jandro. Por un lado, ese año anunció su salida del El Hormiguero, tras catorce años colaborando en el programa de Pablo Motos. Pero, por el otro, decidió poner en marcha un sueño e iniciar una carrera en el mundo del cine. Ahora, Jandro nos descubre esta sorprendente faceta artística, que compatibiliza con sus espectáculos en los que lleva sus increíbles trucos a los teatros. Además, el valenciano, que ha sido elegido como el mejor mago del mundo en Las Vegas hasta en cinco ocasiones, se sincera sobre la comentada guerra entre ‘La Revuelta ’y el programa en el que trabajó, 'El Hormiguero’.
Jandro, ¿en qué andas metido? ¿Cuáles son tus proyectos más inmediatos?
Inmediatas son las actuaciones en los teatros, que todas las semanas estamos actuando en diferentes ciudades. Ésa es la parte que el público puede ver, pero también hemos grabado el segundo corto y ahora lo estamos editando y montando. Es un proceso bastante elaborado, porque es como cirugía, muy minucioso. Hay que ajustar bien los tiempos, la música, los sonidos, el color… Es muy elaborado. Es algo que no ve nadie, claro, pero que cuesta mucho.
Háblanos de este segundo corto.
Se llama El revisor. Es un thriller inspirado en hechos reales y lo protagonizan Pablo Pujol y Mamen García.
¿Cuándo tienes previsto estrenarlo?
Aún no tenemos fecha. O lo lanzamos en enero o esperamos a un festival muy potente, que siempre te piden exclusividad o ir directamente. La verdad es que está quedando muy bien, tenemos muchas esperanzas en este corto. El primer corto que hice, que se llama Cava, es un thriller y ha funcionado muy bien.
¿Tú creas, tú diriges y tú montas?
He escrito el guión, lo he dirigido y soy productor ejecutivo junto con un socio, Rafa, de Lof Media. Pero tenemos un montador excelente y todo el equipo de los profesionales. El montador va haciendo edición y yo voy corrigiendo y ajustando con él, si una parte es más de tensión o más de comedia. Luego, viendo los tiempos para que fluya bien. Es muy curioso, porque una película mala la puedes salvar en el montaje y una película buena puedes también estropearla. Es un proceso muy, muy delicado.
"Es muy curioso, porque una película mala la puedes salvar en el montaje y una película buena puedes también estropearla. Es un proceso muy, muy delicado"
Mucha gente se sorprenderá que estés haciendo cortos, porque no todos saben que has estudiado cine en Nueva York
Sí. Para mí, el cine y la magia son muy, muy parecidos. Primero, empecé a estudiar cine por mi cuenta. Después, decidí estudiar en la New York Film Academy. También me fui a Florencia a hacer un curso intensivo, llamado Hollywood Camera Work, con Per Holmes, que es una eminencia en movimiento de cámara. Luego, puse todo esto en práctica e hice el primer corto. Nos sorprendió mucho la aceptación porque tenemos ya más de ochenta selecciones y dieciséis premios. Nunca nos lo podíamos ni imaginar. Este mundo es apasionante. Conforme más dentro estás, más te gusta, así que escribí este segundo corto, que es El revisor, con el que ya estamos trabajando a tope. A la vez, estamos trabajando en una peli que hay posibilidades de que se haga el año que viene.
No paras.
No, no paramos. Eso sin dejar la magia, porque no he cambiado una cosa por la otra. El cine es un proceso muy lento y mientras que un proyecto sale adelante, estamos con los show con los que estoy por teatros. De hecho, estoy creando uno nuevo aparte.
Fue durante la pandemia cuando decidiste dar el salto al cine.
Sí, fue un momento un poco extraño para todos. En mi caso, me dedicaba a interactuar con gente en directo y, de repente, no sabía si íbamos a volver a actuar en un teatro. Como tenía tanto tiempo, empecé a estudiar y a meterme más en el cine. Ahí escribí mi primera película. Entonces, me di cuenta de que, si alguna vez me dan la oportunidad de dirigirla, me preguntarían si ya había hecho algo, así que me puse a escribir cortos.
Pero que quede claro que sigues ejerciendo de mago. Te han elegido mejor mago del mundo en Estados Unidos y en cinco ocasiones.
En el Fool Us Trophy, de Penn & Teller, de Las Vegas. Y sí, han sido cinco años seguidos. De hecho, sigo yendo a Las Vegas dos veces al año. Ahora, trabajo con Penn & Teller y creamos magia juntos para su teatro.
¿Tus hijos no fardan y dicen que su padre es el mejor mago del mundo?
(Ríe) No creo que farden mucho de mí. Y lo de mejor mago del mundo no es así. Yo no me siento así. No creo que haya mejor mago del mundo. Y si lo hubiera, no sería yo. En España, está Tamariz, está Yunke… Hay muchísimos magos. En el arte, en general, no hay nadie que sea el mejor. Lo que pasa es que llama la atención ganar cinco veces consecutivas en Las Vegas. Más que ser el mejor, es casi un reconocimiento a que tienes ideas raras y las sigues poniendo en funcionamiento.
Supongo que, viajando tanto, habrás tenido la oportunidad de compartir o hacer trucos de magia a gente totalmente increíble.
Realmente, las mayores experiencias las he tenido en televisión, cuando les hacía magia a los artistas internacionales, como a Will Smith, Hugh Jackman o Russell Crowe.
"Hay muchísimos magos. En el arte, en general, no hay nadie que sea el mejor. Lo que pasa es que llama la atenciónganar cinco veces consecutivas en Las Vegas"
¿No has tenido espectáculos privados?
No tengo anécdotas como que me ha contratado un narco y he actuado para Pablo Escobar (ríe). Otros amigos sí tienen de este tipo. Yo lo que más disfruto es en teatros, donde viene público de todas las edades y de todos los sitios. No tengo ninguna anécdota extraña, pero sí muy bonitas. Por ejemplo, la vez que terminé el espectáculo y vino a verme después una chica. Esta muy nerviosa y me dio un abrazo. La madre, que estaba llorando, me contó que su hija había estado había estado muy mal, seis o nueve meses sin salir de casa, muy hecha polvo. Cuando la chica se enteró de que yo iba a actuar a su ciudad, se armó de valor y compró las entradas. Era la primera vez que salía de casa después de tanto tiempo. Entonces, anécdota más bonita que esa no la voy a vivir.
¿Tienes algún proyecto para volver a la televisión?
Sí, lo hay. El problema es que puede pasar la semana que viene o dentro de tres años. Parece que va a salir y luego no sale. La televisión funciona así. Es un el mundo más extraño que conozco.
Pero, ¿es un formato nuevo o alguna colaboración?
Hay varios. Y hasta ahí puedo leer (ríe).
Hace ya cuatro años que dejaste aparecer en El Hormiguero. ¿Has vuelto a ver el programa?
No veo la televisión, veo series.
¿Tienes relación con alguien del programa?
Sí, claro. Tengo muchos amigos allí. De hecho, mañana voy a cenar con uno. También quedo mucho con Flipy. En el mundo de la televisión, todos los guionistas de los programas y los colaboradores se conocen. Es decir, no hay tanto odio como dicen las redes o la prensa.
¿Cómo has vivido esta batalla que ha suscitado tanto interés tanto en las redes como en los medios entre La Revuelta y El Hormiguero?
Me parece una gilipollez, la verdad. Es una tontería. Creo que es bueno que haya programas potentes en televisión. Si uno no te gusta, ves el otro. Y lo bueno es que ahora tienes un montón de opciones en el access: La Revuelta, El Hormiguero… También Cifras y Letras que está arrasando y ha duplicado la audiencia que hacía La 2. Luego, tienes El Intermedio, First Dates… Lo bueno es que hay oferta para todos. No entiendo la polémica. Nunca he entendido estas polémicas de que, si te gusta una cosa, no te puede gustar la otra. Yo tengo amigos en La Revuelta, tengo amigos en El Hormiguero, tengo amigos en Cifras y Letras y también El Intermedio. No entiendo bien el enfrentamiento. A la gente le gusta más la polémica que, a veces, los programas. No sé, me parece que es absurdo.
¿Y preguntarte qué programa elegirías sería preguntar demasiado?
No creo que sea excluyente uno de otro.
¿Qué es lo que te gustaría hacer en el futuro que no has hecho hasta el momento?
Supongo que dirigir y seguir escribiendo. También tener nuevos shows. Tengo ideas nuevas y hay que ponerlas en marcha.
Hablando de magia, que las Navidades son unas fechas mágicas. ¿Qué planes tienes?
Tengo muchos shows ahora. También descansar y disfrutar de la familia.
Si tu hijo te dijera “Papá, quiero ser mago”, ¿qué consejo le darías?
Bueno, si le gusta sufrir, adelante (ríe).
Siendo mago, ¿con qué se sufre más?
Son muchas cosas. Cada actuación es diferente. Por un lado, está la técnica. Luego, las circunstancias cambian. A veces, los espectadores no son agradables o no quieren colaborar. A veces, te sudan las manos… Hay muchas cosas que no controlas y el truco puede salir mal, así que siempre estás sufriendo. Si lanzas un chiste y no se ríe el público, no pasa nada, porque lanzas otro y consigues que se ría. Pero, si un truco sale mal o te pillan, es un sufrimiento extra. Luego, son muchas horas de ensayo. Muchísimas. A veces, demasiado ensayo para tan poco impacto.
Habiendo sido elegido mejor mago del mundo en cinco ocasiones, habrás fallado pocas veces.
Qué va, qué va. Pasa muchas veces y sigue pasando. Y ya te digo que no soy el mejor del mundo. Claro que sigo fallando. También creo que he visto fallar a todos los magos, a grandísimos magos. La magia es un arte vivo. No es como el cine, que ruedas una escena y puedes repetir. Con la magia, no puedes fallar.
Entiendo que te será fácil conocer las tretas o los trucos que hacen otros compañeros.
Conoces mucho, pero no porque lo hagan mal, sino porque tú lo has estudiado. Hemos estudiado muchas cosas iguales y conocemos la psicología que hay detrás de los efectos. Aún así, muchísimas veces no sabemos y nos quedamos alucinados. Eso también es una parte bonita de la magia.
" La magia es un arte vivo. No es como el cine, que ruedas una escena y puedes repetir. Con la magia, no puedes fallar"
De pequeño, ¿viste a algún mago que te hiciera pensar: “Quiero dedicarme a esto”?
Sí, Juan Tamariz. Toda mi generación quería ser como él. Luego, queríamos ser como Copperfield. O como Penn & Teller, el mago Migue, Pepe Carroll… Toda esta gente a la que veías en televisión y te apasionaba. Si no fuera por ellos, no sería mago.
De no haberte dedicado a la magia, ¿qué camino hubieras elegido?
De pequeño, quería ser científico e inventor. Al final, es un poco a lo que me dedico, porque estoy inventando magia. Ser mago es inventar trucos y poner ideas en marcha.