Cuando un jarrón de flores inició la discordia entre Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger

El actor estadounidense Sylvester Stallone y el actor austriaco Arnold Schwarzenegger bailando para una broma, durante el 43º Festival Internacional de Cine de Cannes. (Foto de Eric Robert/Sygma/Sygma vía Getty Images)
El actor estadounidense Sylvester Stallone y el actor austriaco Arnold Schwarzenegger bailando para una broma, durante el 43º Festival Internacional de Cine de Cannes. (Foto de Eric Robert/Sygma/Sygma vía Getty Images)

Sylvester Stallone, 76, y Arnold Schwarzenegger, 75, protagonizaron un verdadero culebrón entre los años 80s como reyes de la testosterona cinematográfica. Y si bien las nuevas generaciones probablemente no tengan idea, quienes vivimos la era de Conan, Terminator, Rambo, Rocky y tantas otras, podemos recordar que la discordia entre las dos estrellas del cine de acción no se midió solamente en la taquilla. Sino que aquello fue un regodeo de puñetazos mediáticos lanzados al aire sin ton ni son.

Una situación ridícula en donde dijeron de todo con tal de menospreciar al otro y ser el musculito más pesado de los dos. El tiempo pasó e hicieron las pases, siendo Sly el que acaba de zanjar el asunto admitiendo que la competencia “no fue para nada saludable” y que ahora son “grandes amigos”. Sin embargo, tal vez algunos no lo sepan, pero la guerra realmente comenzó antes de sus grandes taquillazos como héroes de acción, en 1977 y con un jarrón de flores como protagonista.

Sylvester Stallone se encuentra promocionando la primera serie de su extensa carrera, Tulsa King de Paramount+, y durante una entrevista para Forbes recordó la guerra que mantuvieron estos dos titanes del género. “Realmente nos desagradamos inmensamente porque éramos… esto puede sonar un poco vanidoso, pero creo que éramos pioneros en un tipo de género en ese momento y realmente no se ha visto desde entonces”, dijo Stallone. "Es su naturaleza, él es muy competitivo y yo también... y pensé que en realidad ayudó, pero fuera de la pantalla aún éramos competitivos y eso no era nada saludable, pero nos hemos vuelto muy buenos amigos.”

Sin embargo, la competencia se originó antes de que comenzaran a competir en cartelera y durante la ceremonia de los Globos de Oro de 1977, cuando Sylvester Stallone estaba surfeando la cresta de su primera ola hacia el estrellato de la mano de Rocky. Mientras Arnold Schwarzenegger hacía sus pinitos en Hollywood tras coronarse como rey del fisicoculturismo, siendo nominado en una categoría que terminó desapareciendo, la de Mejor debut masculino como actor por El gran guardaespaldas.

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Según contó el propio Stallone a Variety en 2019, se enfrentó cara a cara por primera vez con Schwarzenegger esa noche. “¿Quién es ese tipo grandote?” se preguntó al verlo sentado en una de las mesas. Y alguien le dijo que era el nominado al mejor debut del año. Algo que a Sly no le hizo mucha gracia cuando él era el gran protagonista de aquel año en el mundo del cine como actor y guionista de la película más taquillera de 1976. La verdad es que no se conocían, todavía no eran rivales del género de acción pero la estrella y guionista de Rocky comenzó a cocer su rivalidad al ver que su película iba perdiendo en las categorías en la que estaba nominada y este desconocido subía al escenario ganando su Globo de Oro a mejor talento nuevo.

Rocky estaba nominada a seis Globos de Oro y finalmente ganó uno, el más importante: el de Mejor Película. Sin embargo, en ese momento Stallone sacó la rabia que había estado acumulando, frustración y alegría cogiendo un jarrón de flores, “llenos de lirios y tulipanes” y se lo arrojó a Schwarzenegger. Y aquel momento inició una rivalidad brutal que duró más de una década.

Y la rivalidad fue carnal. No solo no soportaban estar en la misma habitación a pesar de moverse en el mismo círculo, sino que competían por los mismos proyectos. Como fue el caso de ¡Alto! O mi madre dispara, una película que ejemplifica a la perfección la sucia rivalidad que mantenían por entonces. Tras leer el guion e intuir que sería un desastre, Schwarzenegger pasó del proyecto. Sin embargo, le hizo a creer a Stallone que quería el papel a toda costa, manipulándolo para hacer que lo aceptara y tuviera un fracaso.

Pero eso no es todo. En 1985 durante la promoción de Commando, Arnold Schwarzenegger llegó a decir en una entrevista ar el desaparecido News of the world que “Stallone utiliza dobles de cuerpo para algunos primeros planos de sus películas. Yo no”. Si se tratara de otro tipo de actores no habrían significado nada relevante, pero en este caso estamos hablando de dos estrellas que desnudaban sus músculos como parte de su poderío en pantalla. Sugerir que esos planos eran de otro ser musculado, eran palabras mayores. Años más tarde, en 1988, dijo que Sly estaba desconectado del movimiento femenino e hizo burlas por llevar un abrigo de piel cuando trabaja como director.

Un mes más tarde el asunto escaló más todavía cuando el mismo medio citado publicaba una historia escrita por la periodista Wendy Leigh con el titular “El secreto nazi de una estrella de Hollywood”. Básicamente decía que Schwarzenegger era un admirador de Hitler con “visiones nazis y antisemitas fervientes” (vía Vulture). Incluso señalaba a su padre austriaco diciendo que había sido responsable de colocar a judíos en campos de concentración. Y en todo esto sugería que la fuente de la información no era otro que Sylvester Stallone.

Se tiraron trastos a través de referencias en par de películas hasta que finalmente fumaron la pipa de la paz. De repente se los vio bailando juntos y divirtiéndose en el Festival de Cine de Cannes en 1990, comenzaron a circular rumores de proyectos en conjunto y en 1991 abrieron el primer Planet Hollywood junto a Bruce Willis.

Desde entonces bromean pero se apoyan mutuamente. Han rodado tres películas juntos -Los mercenarios 2, 3 y Plan de escape- y se halagan con frecuencia en sus respectivas redes sociales. Viendo las fotos y mensajes que se dedican no sería descabellado especular si se trata de una estrategia de marketing para enfatizar el peso de la nostalgia en sus carreras, después de todo ambos siguen en activo y con proyectos en cine y televisión (sí, Arnie también saltará al mundo de las series de la mano de Netflix). Sin embargo, la amistad parece ser más real que nunca a pesar del jarrón de flores hecho añicos.

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