Jean Caillet, resistente francés y una de tantas piezas clave en el Desembarco de Normandía

El combatiente de la Resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial Jean Caillet posa junto a los restos de un avión de combate Bloch MB 152 en Nesle-Hodeng, Francia, en 1940 (Handout)
El combatiente de la Resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial Jean Caillet posa junto a los restos de un avión de combate Bloch MB 152 en Nesle-Hodeng, Francia, en 1940 (Handout)

No fue combatiente, pero su tarea resultó fundamental para el éxito del Desembarco de Normandía, hace 80 años. Jean Caillet, resistente francés nacido en una familia judía y ya centenario, recuerda aquellos días de dolor y trabajo frenético.

Caillet vive en la ciudad francesa de Dieppe, en Normandía, en una calle que lleva su nombre y homenajea su trayectoria, que lo hizo pasar por España y Marruecos antes de llegar a Inglaterra, donde se encargó del mantenimiento de los aviones desplegados en el Desembarco de los Aliados.

Sin Caillet y otros millones de personas que trabajaron lejos de la línea de frente --cartógrafos, intérpretes, mecánicos-- el Desembarco del 6 de junio de 1944 no habría sido posible.

"Cuando tienes 20 años, es una gran aventura", dice a AFP Jean Caillet, con el pecho cubierto de condecoraciones, la cabeza llena de recuerdos y el corazón devastado por la muerte de sus seres queridos.

En Inglaterra fue integrado en las únicas unidades francesas, "Guyenne" y "Tunisie", que volaban en bombarderos pesados de la Royal Air Force (RAF), la fuerza aérea británica.

Al anunciarse la operación del Desembarco, para plantar cara a los nazis en esa parte de Europa, "estábamos contentos, por supuesto, porque tal vez íbamos a ver de nuevo nuestro país algún día", dice con una sonrisa.

Sin embargo no hubo tiempo para celebraciones. "Teníamos muchísimo trabajo. Yo era mecánico en tierra, me ocupaba del mantenimiento y el chequeo de los aparatos de a bordo de los Halifax".

"A veces me llevaba cinco minutos, y otras veces una hora. Chequeaba entre cinco y veinte aviones al día. Casi todos los aparatos estuvieron en la batalla de Normandía", recuerda Caillet, orgulloso de haber contribuido a la liberación de Francia de la ocupación nazi.

En la base inglesa de Elvington, cerca de York, entabla amistades, descubre la cerveza, el whisky, las mujeres. Las restricciones y los bombardeos le recuerdan constantemente que el país está en guerra.

Cuando recibe un permiso y va a Londres, recuerda, "me caían encima casquillos de obuses, por la calle".

La mitad de los pilotos de las unidades "Guyenne" y "Tunisie" nunca regresaron de su misión.

- De la Resistencia al Holocausto -

Pese a los riesgos, le habría gustado ir con ellos.

"No tenía suficiente fuerza física. El hambre durante la guerra debió de influir, y me debilitó físicamente. No había mucho que llevarse a la boca ni en Francia ni en España".

Jean Caillet nació en Amiens, en el norte de Francia, el 8 de noviembre de 1923. La vida fue dura para su familia en Mortemer, la ciudad donde residían, durante la ocupación alemana.

En enero de 1942 decide abandonar el país para escapar al Servicio de Trabajo Obligatorio (STO), por el que los ocupantes requisaban a jóvenes franceses para hacerlos trabajar en Alemania.

Jean encuentra refugio en casa de un tío en la zona libre, y se resuelve a unirse a las fuerzas francesas en el norte de África.

Al cabo de un solitario viaje, logra cruzar clandestinamente la frontera española, pero es detenido por la Guardia Civil y encarcelado en Girona.

"Crucé la frontera española sin darme cuenta", recuerda. "Había tirado mis papeles, estaba encarcelado en Girona. Cuando nosotros [los presos] preguntábamos: "¿Cuándo vamos a salir? 'Mañana' respondían [en español] los carceleros, lo que significaba nunca".

Liberado gracias a la Cruz Roja, Jean parte a Portugal en tren, y se embarca hacia Marruecos, adonde llega el 13 de junio de 1943 para enrolarse en el ejército del aire. A su paso por Argelia contrae el paludismo.

Tras este periplo, consigue llegar a Liverpool a finales de 1943. Empieza entonces su aventura en la aviación británica, pero la preocupación por su familia crece al saber que su madre y su hermana pequeña han sido detenidas.

Al volver a Francia tras la guerra, Jean se encuentra con su casa saqueada.

"Cuanto más tiempo pasaba, menos esperanza había, recuerda. No los volví a ver. Nunca tuve noticias de mi padre, ni de mi madre ni de mi hermana".

Jean fundó su propia familia y abrió una tienda en Dieppe con su esposa. Entre los dos perdieron a 15 parientes durante la Segunda Guerra Mundial.

La verdad sobre su familia no la supo hasta 1978, gracias al trabajo de investigación de Serge y Beate Klarsfeld, conocidos por haber buscado a los nazis fugados tras la guerra. Su padre Simon fue detenido en agosto de 1942; su madre Marguerite y su hermana Jeannine, de 15 años, en 1943. Los tres fueron deportados a Polonia, al campo de exterminio nazi de Sobibor.

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