Jennifer Coolidge, la actriz que demuestra que los 60 años no son el final del camino
Jennifer Coolidge acaba de cumplir 60 años y con esta nueva década llega lo que más ha esperado. El reconocimiento por su trabajo actoral, que finalmente se desliga del cliché de la “mamacita” seductora con la que jóvenes y mayores quisieran tener más que un romance instaurado por su papel más recordado, la Sra. Robinson de "American Pie".
En “Click” de Adam Sandler, es también una mujer sexy, Janine; en “Legally Blonde”, también está dentro de este estereotipo interpretando a Paulette; en “A Cinderella Story” es la madrastra malvada, y aunque se ha destacado como una de las principales actrices del género de comedia de Estados Unidos, quizás no se le ha tomado demasiado en serio.
Sin embargo, hoy en día está en el centro de atención de la prensa especializada, la crítica y, por supuesto, el público que ha visto The White Lotus, miniserie de HBO en la cual casi no participa por sentirse insegura y haber estado atravesando una increíble depresión durante la pandemia.
“Me había estado atiborrando y autodestruyéndome en casa durante meses, comiendo pizza todo el día. No había forma de que quisiera estar en una película a menos que me captaran desde el cuello para arriba”, afirmó en una entrevista publicada por The Guardian. Hoy, a sus 60 años agradece haberlo hecho.
La actriz estaba de alguna manera resignada a seguir haciendo papeles de relleno en los que una señora sexy dice algo cómico, pero contra su propio pronóstico, es a los 60 años cuando la estrella de la excelencia finalmente brilla para ella con un rol con muchos más matices que los que la hicieron famosa. Revistas especializadas como The New Yorker y Vanity Fair han calificado su trabajo como un triunfo y según reseña SModa, la actriz llegó a afirmar que lo que de verdad la ayudó a conseguir trabajo es que ya no te importe nada. Fue en ese momento en que Jennifer fue invitada a formar parte de este proyecto.
Esto nos invita a analizar si realmente están cambiando algunos paradigmas y es posible que las personas mayores de 50 años e incluso de 60 puedan ver un renacer en sus carreras, o vida laboral en general, para poder seguir sintiéndose productivas.
El coach y consultor Carlos Gaviria afirma desde México que “es cierto que el mundo suele ser agresivo con el tema de las edades, lo cual hace que todos tengamos la sensación de que después de los 50 años es muy difícil seguir trabajando, seguir produciendo y generando valor, pero la razón no es que sepamos menos o que no podamos adquirir nuevos cocimientos, sino es lo que demanda el mercado. Sin embargo, por otro lado, empresas en Colombia, México y otros países de Latinoamérica están retomando la contratación de personas mayores de 45 y 50 años, porque sienten que aportan mucha más tranquilidad y calma a los procesos y, por supuesto, mayor experiencia, lo que quiere decir que en todas las áreas está acabándose el mito de que solo los millennials son la generación productiva”.
“El proceso evolutivo nos conduce a lo largo de varias facetas en nuestra vida. Primero está la autoconsciencia de que tienes que generar un valor, debes estudiar o prepararte; luego viene cómo se aplica el aprendizaje a la vida real, a tu trabajo, sea cual sea: de actriz, de productor, de banquero, o emprendedor; y luego viene el proceso en el que generas acciones y te desarrollas y luego, a los 50 o 60 años pasas a una posición de mentor, donde tu aporte tiene solidez, significa trayectoria pero, sobre todo, experiencias por compartir”, señala Gaviria quien hace la analogía entre el mundo empresarial y el del cine, destacando el valor que se les está dando a los actores y actrices mayores en las producciones actuales que buscan conectar de una manera más realista y emotiva con el público.
La edad no define lo que queremos ser o representar, no debe limitarnos en nuestra creatividad o entusiasmo, sino guiarnos hacia roles nuevos por cumplir. La actitud pertinente para ello no es lamentarnos por lo que dejamos atrás sino replantearnos una nueva realidad desde la experiencia que traemos y la calma de que ahora la sabiduría está en nuestras manos.