Jeremy Renner pudo haber ganado el Óscar pero nadie se dio cuenta

Jeremy Renner sufrió graves heridas en un accidente con su quitanieves. (Photo by Dimitrios Kambouris/Getty Images)
Jeremy Renner sufrió graves heridas en un accidente con su quitanieves. (Photo by Dimitrios Kambouris/Getty Images)

Jeremy Renner está siendo uno de los nombres más comentados en el círculo cinematográfico en este comienzo de año después del accidente que sufrió en la mañana del 1ro de enero tras una fuerte nevada. El actor, más conocido por su papel de Hawkeye en el Universo Cinematográfico Marvel, fue trasladado de emergencia en helicóptero desde su casa en Reno, Nevada, y actualmente se encuentra en el hospital.

Desde que se conociera la noticia, las redes y compañeros de profesión no han dejado de enviarle mensajes de apoyo e infinidad de muestras de cariño en este momento tan delicado. Y es justamente porque lo tenemos en nuestros pensamientos que quisimos recordar una de las anécdotas de su carrera que probablemente más de uno no conozca. Porque si bien muchos espectadores ahora lo asocian directamente con Marvel, Jeremy Renner realizó trabajos reseñables dentro del cine independiente, optando al Óscar en dos ocasiones (en 2010 por The Hurt Locker (conocida como Zona de miedo o Vivir al límite) y 2011 por Atracción peligrosa) aunque llegó a rozarlo mucho antes con una película previa. Sin embargo, su sueño de obtener la estatuilla dorada no se vio frustrado por la feroz competencia, sino por el escándalo de Harvey Weinstein.

Para conocer esta historia debemos remontarnos a 2017, cuando Jeremy Renner fue elegido junto a Elizabeth Olsen, su compañera de Marvel bajo el papel de Scarlet Witch, para protagonizar una película llamada Wind River. Se trataba del debut en la dirección de Taylor Sheridan, cineasta tras el guion de aclamados títulos como Sicario: tierra de nadie o Sin nada que perder que se ponía tras las cámaras para traernos un intenso, duro e impactante thriller sobre los abusos a las mujeres nativas americanas en un entorno hostil como el de la reserva de Wind River en un invernal Wyoming.

Se estrenó en el Festival de Cannes de 2017, donde la crítica cayó rendida durante su presentación en la sección Un Certain Regard del certamen francés. La película consiguió hacerse con el premio al Mejor Director para Taylor Sheridan, pero también se consolidó como una de las propuestas más potentes de cara a la carrera hacia los Óscar de 2018. Y no solo en las categorías de película o dirección, sino también en las interpretativas, puesto que una de las muchas virtudes que se resaltaron fue el sobresaliente trabajo de Renner, quien interpretaba con mucha sobriedad y contención a un rastreador afectado por la muerte de su hija en extrañas circunstancias en los terrenos de Wind River.

Estas posibilidades de la película y de Renner de hacerse con la estatuilla dorada se intensificaron cuando Wind River se estrenó con notable éxito en los cines de Estados Unidos en verano de 2017, puesto que en un estreno inicial limitado logró recaudar 33,8 millones de dólares ante un presupuesto de solo 11 millones. Pero aunque todo parecía ir sobre ruedas, Wind River se cruzó con un obstáculo infranqueable en su carrera hacia la cima de los premios: contar con Harvey Weinstein como distribuidor y productor ejecutivo en el año en el que salieron a la luz todos sus escándalos por acoso, abusos sexuales y violación.

El caso era grave, puesto que Wind River trataba sobre agresión sexual y tenía entre sus ejecutivos al productor acusado de acosos y violaciones. Premiarla traería consigo dar reconocimiento a un hombre que había perpetuado actos como los que denunciaba la película.

Jeremy Renner y Elizabeth Olsen en una presentación de la película
Jeremy Renner y Elizabeth Olsen en una presentación de la película "Wind River" en el 2017. (Photo by Paul Zimmerman/WireImage)

Y así sus opciones al Óscar se evaporaron. Su director luchó con uñas y dientes para tratar de sacar Wind River de las garras de Harvey Weinstein, evitar que el productor eclipsara la potente denuncia de la película frente a los abusos a las mujeres nativas y poder seguir teniendo opciones en la carrera de premios.

Según relató Taylor Sheridan a Vanity Fair en 2018, en cuanto se enteró de los escándalos sexuales se puso inmediatamente en contacto con el director de operaciones de The Weinstein Company, con quien negoció una retirada de Wind River de su catálogo y la donación de todos sus beneficios a la tribu india Tunica-Biloxi -que había financiado parte del proyecto- y al Centro Nacional de Recursos para Mujeres Indígenas.

"No puedo permitir que una película sobre la violencia contra las mujeres sea silenciada por el autor de ese mismo acto. Llamé al inversor, llamé al productor, llamé a Jeremy Renner y a Elizabeth Olsen y les dije: 'Esto es lo que voy a hacer. Voy a retirarla [de The Weinstein Company]'”, relataba el director. “Es injusto para la gente de la que trata esta película que esté bajo este paraguas. Necesito que me la devuelvan. Necesito que las ganancias vayan a una organización benéfica de mi elección".

Finalmente el director consiguió convencer a la junta de The Weinstein Company de que se desprendieran de Wind River, que ante el panorama al que se enfrentaban con los escándalos de su máximo responsable imagino que no les habría quedado más remedio que ceder. El logo de la compañía fue eliminado de la película y la tribu Tunica-Biloxi trató de autofinanciar una campaña para poder llevar a Wind River y Jeremy Renner a los Óscar, pero no fue suficiente. El nombre de Harvey Weinstein seguía en los créditos como productor ejecutivo y premiar un trabajo donde este había tenido un mínimo de implicación no parecía una opción en medio de los escándalos.

Así, Wind River y una de las mejores actuaciones de la carrera de Jeremy Renner quedaron relegadas al completo olvido. Una actuación que merecía estar entre las candidaturas de los Óscar de 2018, donde el intérprete quizás hubiera ocupado alguna de las plazas de aquel año que finalmente fueron para el ganador Gary Oldman (Las horas más oscuras), Timothée Chalamet (Llámame por tu nombre), Daniel Day-Lewis (El hilo fantasma, Daniel Kaluuya (¡Huye!) y Denzel Washington (Roman J. Israel, Esq).

Wind River pasó por algunas salas de Latinoamérica en septiembre de 2017 bajo diferentes títulos, como Muerte Misteriosa en México, Colombia y Chile o Viento salvaje en Argentina. Por suerte, hoy en día puede recuperarse fácilmente gracias a las plataformas de streaming, puesto que está disponible en alquiler en sitios como Apple TV+.

Y recomiendo muy encarecidamente su visionado. Es un thriller lento en sus primeros compases, pero muy duro e intenso respecto a su temática, la potencia de sus personajes y escenarios. Y creo que una denuncia tan potente de los abusos sexuales en una película tan comprometida con las mujeres nativas americanas no debería quedar eclipsada por la polémica de Weinstein, sobre todo valorando que el exproductor solo se implicó en la distribución y labores ejecutivas y fue una cinta sacada adelante con los esfuerzos de tribus indias como los Tunica-Biloxi y con una intención de denuncia por parte de su director. Además, el polémico productor ya no olerá ni un centavo de sus beneficios, que fueron a parar a causas benéficas.

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