Jessica Alba y el sexismo laboral que sufrió antes de consagrarse como empresaria de éxito

Ha protagonizado algunas de las películas más emblemáticas del cine contemporáneo, ha encarado con éxito el drama, la aventura y la acción, y aunque su talento es innegable, ella misma lo ha puesto en duda durante mucho tiempo. De hecho, en una entrevista reciente para la revista People, reveló que antes de entrar de lleno en el mundo del entretenimiento rezaba mucho pidiendo una señal que le indicara que podía hacer una carrera en este ámbito. Y así fue. A los 17 años incursionó de la mano de James Cameron a la televisión, como protagonista del programa Dark Angel.

Es en esta misma entrevista donde Alba pasa de revisar su transición de celebridad a empresaria, donde hace referencia a lo que es evidente, a pesar de que muchos seguimos volteando la mirada quizás con el afán de que evadiendo, va a dejar de ocurrir: el sexismo laboral es una realidad que afrontan no solamente las simples mortales comunes y corrientes, sino también aquellas que parecen estar cerca del Olimpo.

Jessica Alba. (Photo by Dia Dipasupil/Getty Images)
Jessica Alba. (Photo by Dia Dipasupil/Getty Images)

"Siempre quise que me trataran de la forma en que veía que trataban a los hombres. A ellos se les decía: 'Oh, eres muy inteligente… si tienes ideas sobre el personaje o la historia’ mientras que para las mujeres era como ‘¿Qué? ¿Tú tienes una opinión?’”, asegura y agrega que además de sentirse presionada por tener que probar que era más que su apariencia, sentía que mientras las mujeres eran vistas como agresivas -por tratar de hacerse valer-, los hombres lucían asertivos y poderosos.

"Creo que las actitudes hacia las mujeres fuertes eran bastante opresivas en muchos sentidos cuando se trataba de que las mujeres tuvieran una posición igual", puntualizó quien ahora preside Honest Company, una exitosa empresa que comercializa productos sostenibles que van desde productos de belleza hasta productos para bebés y para el hogar valuada 1.44 billones de dólares.

Jessica Alba. (Photo by David Crotty/Patrick McMullan via Getty Images)
Jessica Alba. (Photo by David Crotty/Patrick McMullan via Getty Images)

Llegar allí no ha sido fácil pues los detractores no han faltado, a los que Alba asegura haber afrontado con datos, estadísticas, cuestionamientos y el empeño de que todo puede funcionar si se encuentra la manera correcta de hacerlo. Y aunque seguramente el éxito tiene mejor sabor cuanto más duro se ha trabajado, es injusto que aún hoy influya el género sexual en la credibilidad de una persona, en sus posibilidades de crecimiento y remuneración.

Aglaia Berlutti, escritora pop especializada en temas de identidad de la mujer, opina que el sexismo laboral se sostiene dos bases. "La primera, el hecho de la percepción de que la mujer puede o no abordar ciertos ámbitos laborales; y luego, el hecho de que muchísimas mujeres creen aún que las cuotas, la discriminación positiva y sobre todo, el hecho de otorgar una cantidad de oportunidades a las mujeres demeritan el talento de quienes las reciben, pero esto se sostiene sobre la confusión entre talento y capacidad".

Ejemplo de esto es cuando muchas mujeres dicen que no les gusta ser reconocidas en un ámbito laboral simplemente por ser mujeres, pero el asunto está en que estos espacios es donde se encuentran las oportunidades de mostrar el talento.

Jessica Alba. (Photo by Rich Fury/VF20/Getty Images for Vanity Fair)
Jessica Alba. (Photo by Rich Fury/VF20/Getty Images for Vanity Fair)

Otro ejemplo que apunta Berlutti es el área científica, donde las mujeres suelen ser discriminadas; o en la política, donde vemos cargos de elección que no tienen nada que ver con el género, pero están sujetos a la forma en que la cultura percibe a la mujer. "Casi siempre las mujeres son percibidas como más emocionales, espirituales, maternales y con una posición menos administrativa y eso incide en las votaciones. Es así como la gente malinterpreta la cuota, porque cree que son regalos para cualquiera por el simple hecho de ser mujer y no, son espacios para que quien pueda llegar ahí lo haga sin menoscabo de su género”.

También existe la discriminación física. “Tradicionalmente a las mujeres se nos educa para no dedicarnos a esos oficios, pero la verdad es que una mujer también puede desarrollar su musculatura. El hecho es que el sexismo laboral proviene de una cantidad de ideas malinterpretadas, discriminatorias que se repiten y son sumamente superficiales”.

(Getty Creative)
(Getty Creative)

A las mujeres se les suele discriminar de forma específica, y en los ámbitos laborales en general se toman decisiones a partir de estereotipos, lo cual es peligroso y complicado. “Algunos ejemplos de ello son la famosa pregunta al momento de firmar un contrato sobre si la mujer planea quedar embarazada; al hombre no se le pregunta si planea convertirse en padre. O que casi todas las mujeres reciben un porcentaje inferior en su salario al que reciben los hombres en su misma posición, esto ocurre porque su trabajo no es interpretado con el mismo valor que se le da al trabajo del hombre”, concluye la escritora y sugiere que para avanzar es primordial admitir que hay sexismo y luego subsanar lo que lo provoca dejando de normalizar hechos que no lo son.

Hay que destacar que una manera contundente de lidiar con estos parámetros es tomar acciones en cuanto a las oportunidades de trabajo sin autocuestionarse. El talento encuentra la manera de hacerse notar, pero tenemos que empujarlo con convicción absoluta de nuestras capacidades y alcance. Si tememos ser calificadas de conflictivas por exigir, nunca podremos hacer valer nuestra voz y opinión. Quizás nos cueste mayor esfuerzo encontrar una manera más asertiva de expresarnos, respaldarnos con datos, pero que eso no nos detenga. Sigamos allanando el camino.

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