El jinete olímpico William Fox-Pitt recuerda el día en que casi 'mata' a Madonna

Madonna credit:Bang Showbiz
Madonna credit:Bang Showbiz

Han pasado dos décadas desde que Madonna protagonizó una de sus reinvenciones más sorprendentes, que la alejó temporalmente de la provocación y la irreverencia en un intento de convertirse en una singular dama británica. Tras su boda con el cineasta Guy Ritchie en el año 2000, la reina del pop hizo todo lo posible por mimetizarse con la aristocracia del país. Para ello, añadió más decoro del habitual a su vestimenta, se lanzó a la escritura de cuentos infantiles y, asimismo, quiso aprender a montar a caballo.

Durante sus ocho años de matrimonio con el director, la diva residía en la imponente finca Ashcombe House, situada en plena campiña inglesa. Aunque la propiedad pertenecía a Ritchie, la artista no dudó en hacerse construir un establo, con su correspondiente pista de entrenamiento, y se compró un caballo. A fin de convertirse en la mejor amazona posible, Madonna reclutó al jinete olímpico William Fox-Pitt, quien acaba de rememorar sus semanas de trabajo con la artista en su última entrevista al diario Daily Telegraph.

El laureado deportista acabó forjando una relación muy estrecha con la diva en el marco de sus clases semanales, aunque no estuvo exenta de problemas y tuvo un abrupto final. "Aprendía rápido, pero no siempre quería aprender. Había días en los que sólo quería salir a dar un paseo. Pero el riesgo de que se cayera era muy grande", ha señalado sobre la testarudez e impaciencia que a veces mostraba la diva.

Y ese peligro se materializó en un aparatoso accidente. Madonna no estaba preparada para saltar vallas, pero aun así dirigió su montura a toda velocidad hacia una de ellas. El caballo no quiso colaborar y lanzó a la cantante contra el suelo. "Era muy valiente, pero no era una saltadora y se cayó. Yo no sabía dónde mirar. Estaba tumbada en el suelo, no se movía y yo pensaba: 'Oh Dios mío, está muerta'", ha contado.

"Pero volvió a la vida rápidamente. Y hablando mucho", ha añadido sobre el monumental enfado que tenía la intérprete estadounidense, ya que William salió rápidamente en busca del caballo. "La tomó conmigo. Estaba cubierta de arena y no quería que nadie se enterara de que se había caído. En esas situaciones, cuando alguien no está muerto, tu primer instinto pasa por atrapar al caballo", ha explicado.

Fue entonces cuando Madonna le exigió, a gritos, que le ayudara a limpiarse. "No vayas a por el caballo. Lidia conmigo, quítame esta mier**. Que no se entere nadie", ha puesto en boca de Madonna. Lo cierto es que William estaba muy cohibido y no sabía muy bien cómo afrontar la tarea sin que pudiera parecer una invasión de su espacio personal.

"Empecé a limpiarla con cuidado, tratando prácticamente de no tocarla. Y me dijo: 'No lo estás haciendo bien. ¡Hazlo bien!'. Así que ya tuve que cepillar su pecho y sus muslos, esperando que nadie me viera y pensando: 'Por el amor de Dios, ¿qué estoy haciendo?'. Y esa fue la última lección que impartí", ha asegurado el jinete de 55 años, quien anunció su retirada profesional hace tan sólo unos días.