Una jirafa en el balcón: un relato sobre la culpa y la búsqueda de una verdad sepultada bajo los mecanismos del olvido
Una jirafa en el balcón (Argentina/2024). Dirección: Diego Yaker. Guion: Diego Yaker, Camila Maurer. Fotografía: Mauricio Heredia, Juan Carlos Lausín. Música: Claudia Lively. Edición: Daniel Rusillo. Elenco: Andrea Frigerio, Diana Gómez, Juan Leyrado, Mirta Busnelli, Mimí Ardú, Claudio Gallardou, Fini Bocchino, Artur Busquets. Duración: 92 minutos. Distribuidora: Star Distribution LA. Calificación: apta para mayores de 13 años. Nuestra opinión: buena.
La culpa y la búsqueda de respuestas, dos temas tan esencialmente humanos, conforman el eje transversal de Una jirafa en el balcón, ejercicio cinematográfico a cargo del realizador Diego Yaker que funde presente y pasado en pos de una construcción del ser.
Lidia (Andrea Frigerio) disfruta el otoño de su vida en España. Divertida, independiente y con la ilusión de que su única hija, Valeria (Diana Gómez), está a punto de convertirla en abuela. Una carta de notificación la enfrenta con un pasado que creía muerto y enterrado: en la Argentina se va a realizar un juicio de reparación para su marido Oscar, desaparecido durante la última dictadura cívico-militar, y la convocan a ella como testigo.
Por pedido expreso de su hija, que quiere saber lo que realmente pasó con su padre, Lidia regresa al país del que se exilió en 1978 con pasaporte falso, para encontrarse con fantasmas propios y ajenos, compañeros de militancia que guardan más de un secreto, historias contadas a medias, y una suma de responsabilidades que también la atañen. Quizás la verdad no sea tal cual ella la recuerda, o haya sido un mecanismo de defensa de su propia memoria para dejar atrás el horror y un proyecto de vida que se vio destruido de un minuto para otro.
El relato que propone Una jirafa en el balcón se construye a partir de diferentes puntos de vista, yendo del presente al pasado, como una forma de completar un rompecabezas del que faltan muchas piezas. Si bien Lidia, que debió huir embarazada para salvar su vida y la de su hija, se percibe como una sobreviviente, es vista por lo que quedaron acá como una cobarde, una persona que abandonó la lucha colectiva en beneficio de su propio bienestar. Mientras ella rehacía su vida en otro país, el resto de sus compañeros eran secuestrados y torturados. Ella lo sabe, pero durante cuarenta años utilizó la negación de ese pasado como motor de su nueva vida, por eso al principio duda si vale o no la pena remover heridas que nunca cicatrizaron. ¿Lo hace por ella? ¿Lo hace como una deuda para con su hija? Recién cuando emprenda el camino podrá contestar esas y otras preguntas. En ese viaje interior a partir de sucesos externos, la película juega con algunas segundas intenciones en forma de golpes de efecto, que si bien no desentonan en cuanto a la construcción del personaje principal, tampoco aportan al devenir esperado y su consecuente resolución . Especialmente siendo una propuesta cuya estructura se apoya en la contundencia de sus diálogos.
Andrea Frigerio se carga en los hombros la historia, reafirmando lo bien que le han hecho los años a su ductilidad como actriz. Su Lidia se muestra decidida, implacable, vulnerable o frágil, conforme avanza la historia, como un reflejo de lo que pasa en su interior. A la estrella la acompaña un elenco impecable conformado por Juan Leyrado, Mimí Ardú, Mirta Busnelli, Claudio Gallardou y la española Diana Gómez. Como dato de color, quien interpreta a la protagonista en su etapa adolescente es Josefina “Fini” Bocchino, hija de Frigerio y Lucas Bocchino.
La jirafa en el balcón, que le da título al film, era un peluche utilizado por Lidia y su marido como una señal de peligro. Si estaba presente no había que entrar a la casa, había que huir. La Lidia adolescente huyó, aterrorizada por un enemigo omnipresente, mientras que su versión adulta volvió para enfrentar la verdad, más allá de cualquier consecuencia o circunstancia. Se lo debía a su hija, se lo debía a su nieta. Se lo debía a ella misma.