El Jisk'a Anata, la fiesta pequeña del carnaval boliviano que reúne al campo y la ciudad

La Paz, 3 mar (EFE).- Ritmos autóctonos de las áreas rurales andinas de Bolivia y bailes folclóricos contemporáneos populares en las ciudades se exhibieron este lunes en el Jisk'a Anata, la fiesta pequeña del carnaval en el país andino que recorrió las principales calles de La Paz.

El frío y el clima lluvioso que tuvo La Paz en los últimos días no fue impedimento para que los bailarines iniciaran la demostración folclórica pasadas las 11.00 hora local (15.00 GMT).

El desfile, que se realiza desde hace 31 años, partió en la avenida Montes, en el linde entre el norte y el centro de la ciudad, sede del Gobierno, y avanzó por las principales vías del llamado 'casco urbano central'.

La celebración nació "con el objetivo de darle fuerza al carnaval" de la ciudad de La Paz que estaba "muy venido a menos" tres décadas atrás, dijo a EFE el presidente de la Sociedad Andina de Conjuntos Folclóricos de la festividad, Juan Carlos Tapia.

"El Jisk’a Anata se constituye en una entrada folclórica singular pues aglutina a agrupaciones que vienen de provincias del interior del departamento y del país, como a danzas urbanas o estilizadas", explicó.

Según Tapia, la diferencia de esta fiesta con otros desfiles de carnaval radica en la "gran variedad" reflejada en los 35 tipos de danza y música que interpretan las 76 fraternidades o comparsas participantes.

La inclusión también marca el festejo, pues entre las fraternidades hay cinco instituciones que trabajan con personas con discapacidad, algo que "llena de orgullo" a los organizadores, agregó.

El desfile

Una de las demostraciones principales del desfile fueron los grupos de pepinos, ch'utas y cholitas, los tres personajes centrales del carnaval de La Paz.

El Pepino, el rey de la celebración, lleva una careta y una especie de mono con encajes que usualmente es bicolor, y refleja la alegría y el desenfreno urbanos durante estas fiestas.

El ch'uta y la cholita introducen costumbres aimaras en la fiesta, como el agradecimiento a la 'Pachamama' o Madre Tierra por sus frutos, una tradición arraigada en el occidente de Bolivia.

El ch'uta viste un pantalón abombado en las caderas, camisa, chaquetilla corta, sombrero y una máscara, y se mueve con un trote rítmico, haciendo dar vueltas a su pareja, que puede ser una o dos cholitas, las emblemáticas mujeres aimaras bolivianas que también lucen sus mejores galas en el carnaval.

Los grupos alternaron entre danzas autóctonas andinas como los 'khantus', y moseñadas con otras más contemporáneas como la diablada, kallawayas, los tobas o el salay.

También hubo una demostración del waka tokori, una sátira de las corridas de toros popularizadas en el altiplano boliviano desde la colonia.

En esta danza, las mujeres van vestidas como lecheras y llevan puestas varias polleras, mientras que los hombres llevan un traje que emula a los toros y también están los kusillos, los alegres personajes andinos que se parecen a los arlequines o bufones europeos y que bailan a su propio ritmo con ágiles piruetas.

Tradición andina

Según Tapia, la "base cultural y filosófica" del Jisk'a Anata es la cultura aimara, pues en las zonas andinas el carnaval comienza el lunes y el festejo simboliza "el inicio del periodo de cosecha con el recojo de las papas primerizas".

"En el campo se hace una pequeña ch’alla (una bendición andina) a los surcos, a las papas primerizas para después dar paso al Jach’a Anata (la fiesta grande), que se celebra mañana, martes", precisó.

En el Martes de Ch'alla, muchos bolivianos derraman alcoholes sobre la tierra y adornan sus casas y vehículos con serpentina y globos para agradecer a la Madre Tierra por los bienes obtenidos, una tradición que se extendió hacia otras regiones.

La mayoría de las regiones bolivianas celebran el carnaval con desfiles similares, pero la fiesta mayor del folclore de Bolivia es el Carnaval de Oruro, declarado en 2001 Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad por la Unesco.

Este desfile de danzas folclóricas que se realizó el sábado en la ciudad andina de Oruro es uno de los más visitados.

Gina Baldivieso

(c) Agencia EFE