Joaquin Phoenix no merece la etiqueta de actor "difícil", lo suyo es otra cosa

BEVERLY HILLS, CALIFORNIA: 78.° PREMIO ANUAL DEL GLOBO DE ORO -- En la foto: Joaquin Phoenix habla en el escenario en la 78.° entrega anual de los Premios Globo de Oro celebrada en The Beverly Hilton y transmitida el 28 de febrero de 2021 en Beverly Hills, California. -- (Foto de Christopher Polk/NBC/NBCU Photo Bank a través de Getty Images)
BEVERLY HILLS, CALIFORNIA: 78.° PREMIO ANUAL DEL GLOBO DE ORO -- En la foto: Joaquin Phoenix habla en el escenario en la 78.° entrega anual de los Premios Globo de Oro celebrada en The Beverly Hilton y transmitida el 28 de febrero de 2021 en Beverly Hills, California. -- (Foto de Christopher Polk/NBC/NBCU Photo Bank a través de Getty Images)

A lo largo de los años han sido muchas las voces que han calificado a Joaquin Phoenix como un actor difícil. Ya sea por su actuación de método, por sus personajes intensos o por ser distante en entrevistas, el ganador del Óscar por Joker suele transmitir una imagen de tipo serio, frío y metódico que no genera calidez o cercanía. Sin embargo, James Gray, director que tuvo ocasión de trabajar con Phoenix varias veces en el pasado, ha salido a arrojar luz al asunto, a defender al actor y a llevar el foco de las críticas hacia otro lado.

“¿Por qué Joaquin Phoenix es 'difícil'? Él no es difícil. Él está bien. Es 'difícil' en el mejor de los sentidos. Lo quieres difícil”, le dijo Gray a Vulture durante la promoción de Armageddon Time, su última película. “Difícil para mí es que no llegas a tiempo. O no recuerdas tus líneas. O eres muy discutidor y te interpones en el proceso. Difícil no es que me hagas muchas preguntas sobre el personaje. ¡Eso no es difícil!”.

A lo largo de su filmografía, Gray ha convertido a Phoenix en uno de los rostros más habituales de su cine, siendo el protagonista de numerosos títulos de su obra como La otra cara del crimen, La noche es nuestra, Two Lovers o El sueño de Ellis, una experiencia que ratifica su comodidad al coincidir profesionalmente con el oscarizado intérprete. Por esta razón, cree que el problema no corresponde al propio actor, sino a la forma en la que los directores se acercan a los protagonistas de sus películas durante el proceso creativo.

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Según explica, los directores modernos han perdido la costumbre de prestar atención al actor, escuchar sus preocupaciones y darle el mimo que merece, lo que viene a ser ofrecer un trato humano. Gray cree que están tan inmersos en la parte artística de la película que se olvidan de que hay personas reales detrás de los personajes, quienes tienen sus propios problemas y preocupaciones ajenos a su vida profesional.

“No creo que la mayoría de los cineastas de hoy estén inmersos en una tradición en la que el actor lo es todo. Están en la pantalla y su honestidad emocional es primordial”, continuaba el director. “Así que me digo a mí mismo ya los demás: 'Al final, tienen que ganar las conversaciones'. Es increíblemente difícil actuar brillantemente en algo”.

Un buen ejemplo lo vimos durante la producción de Joker, cuando un vídeo filtrado del rodaje mostró a Joaquin Phoenix teniendo una reacción violenta con el equipo de la película. En una entrevista con Jimmy Kimmel, donde al actor se le mostró el vídeo, él hizo referencia a lo mismo que comenta James Gray, a lo inhóspito que pueden llegar a ser los sets de grabación ante la dificultad de encontrar “algo real” dentro del proceso artístico.

“A veces, un rodaje de una película es intenso. Tienes mucha gente encerrada en un espacio muy pequeño, y tú tienes que encontrar algo real”, explicaba a Jimmy Kimmel sobre el incidente en el que cargó contra Lawrence Sher, director de fotografía de Joker. “Debería pedir disculpas públicas”, continuaba, “pero sí que es verdad que a veces escuchaba sus murmullos y eso hacía difícil dar con la emoción que buscas”, reiteraba sobre cómo la parte artística de la interpretación y los métodos de trabajo pueden llegar a ser hostiles.

Precisamente, James Gray hace hincapié en que esto afecta en mayor medida a personas como Phoenix, cuyo problema no es ser difícil, sino una persona abierta en sus vulnerabilidades que necesita sentirse seguro. “Con Joaquín, la etiqueta de 'difícil' viene porque se vuelve muy abierto sobre su vulnerabilidad y su necesidad de sentirse seguro en un espacio. Joaquín en la mesa de lectura, cuando le toca hablar, decía: 'Mierda, mierda, mierda, mi línea'. Mierda mierda.' No quería revelarse allí. Ya sabes, algunas personas simplemente ponen los ojos en blanco ante eso. Pero los actores necesitan ser protegidos y queridos”, agregaba.

Por esta razón, parece claro que Joaquin Phoenix no merece este calificativo que le ha acompañado en estos últimos años. Al final, no deja de ser un actor más endeble de lo que se acostumbra Hollywood al que la intensidad de los rodajes y del proceso creativo le pasa factura a nivel personal. Y en un ambiente donde el equipo artístico mira más hacia el buen rumbo de una película dejando el terreno personal y humano en un plano secundario, es entendible que ocurran estas situaciones difíciles. Pero como bien parece claro, el culpable no es el actor.

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