Jonah Hill y su psiquiatra nos enseñan a vivir la vida con herramientas positivas

Jonah Hill y Phil Stutz en Stutz. Cr. Netflix © 2022
Jonah Hill y Phil Stutz en Stutz. Cr. Netflix © 2022

Jonah Hill quiere ayudarnos a lidiar con nuestra salud mental, la depresión y los pensamientos negativos ante los baches de la vida. Quiere que aprendamos herramientas para salir adelante, a romper con la barrera del pesimismo, la depresión y la ansiedad. Porque él sabe cómo se siente. Él conoce la lucha interna, la tristeza y el desgaste emocional tras haber lidiado con depresión, ataques de pánico y baja autoestima a raíz de la obesidad que padeció durante gran parte de su vida bajo el escrutinio público. Y para ello ha dirigido Stutz, un documental ya disponible en Netflix, donde invierte la relación terapéutica que desde hace muchos años mantiene con su psiquiatra para llevar sus herramientas, lecciones y consejos -que tanto le han ayudado- al alcance de todo el mundo.

Y es que no se trata de un terapeuta cualquiera, sino del renombrado psiquiatra Phil Stutz que durante más de cuatro décadas ha ayudado a infinidad de pacientes creando su propio método. O lo que él llama “las herramientas”, una serie de recursos accesibles, fáciles de comprender y poner en práctica que pueden ayudarnos en momentos de nubarrón anímico.

Desde un principio Stutz nos deja claro que no es un psiquiatra de la vieja escuela. O que siga las reglas de su profesión a rajatabla. Supo enseguida que atender a pacientes escuchando sus problemas, esperando que lleguen a sus propias conclusiones a medida que van surgiendo revelaciones en las sesiones, no era para él. Que necesitaba darles esperanza desde el inicio de la relación terapéutica. Y así ideó sus “herramientas”, una serie de ejercicios y definiciones que explica en el documental y ponen en práctica junto a Jonah Hill, invitándonos a imitarlos para descubrir lo efectivas que pueden ser.

Son varias. Por ejemplo, para cualquiera que sienta que “carece de rumbo” en la vida y no sabe cómo avanzar, cayendo en la vaguería, la tristeza y, eventualmente, en la depresión, Phil Stutz recomienda trabajar y activar nuestra “fuerza vital”. Según el psiquiatra, se trata de “la única parte de ti capaz de guiarte cuando estás perdido”. Él la define como una pirámide dividida en tres niveles: el inferior es la relación con tu cuerpo, es decir, mejorar tu condición física, activarte, desde el ejercicio a la buena alimentación y el cuidado del sueño. Si pones esto en práctica en momentos de bajón emocional, ausencia de motivacón, depresión, etc., según Stutz, existe un 85% de probabilidad de que enseguida nos empecemos a sentir mejor.

Phil Stutz en Stutz. Cr. Netflix © 2022
Phil Stutz en Stutz. Cr. Netflix © 2022

El siguiente nivel es tu relación con la gente porque en momentos difíciles es habitual distanciarse de los demás. “Tus relaciones son como agarres para llevarte de vuelta a tu vida” explica el psiquiatra. “La clave está en tomar la iniciativa” de hacer planes o conectar, no esperar a que los demás lo hagan por ti, porque de eso se trata. De nuestro propio proceso y esfuerzo por salir adelante. El superior, y último, es tu relación contigo mismo. Sugiere, por ejemplo, escribir pensamientos, emociones o lo que nos venga a la mente. “Escribiendo mejoras la relación contigo mismo” explica.

El especialista nos sugiere que si nos sentimos perdidos, no intentemos comprenderlo. Que soltemos esa presión y cultivemos primero nuestra “fuerza vital”. Una definición que, no sé ustedes, pero me resulta sensata y definitiva a la hora de avanzar hacia un estado emocional positivo. Porque el primer paso, explica Stutz, es sentir la pasión por conectar con nuestra fuerza vital.

Y así pasa a la segunda definición que él llama “Parte X”, que es “la voz de la imposibilidad”. Es decir, cuando a veces nos proponemos hacer algo pero una voz interior nos dice que es imposible. Una voz de la que no nos libraremos nunca, pero con la que se puede lidiar reconociendo “los tres aspectos de la realidad” que nadie puede evitar: dolor, incertidumbre y el trabajo constante. Es decir, situaciones con la que convivimos y debemos afrontar como parte de nuestro progreso personal, de superación y lucha contra esa “Parte X”. “El proceso es lo que te hará feliz” asegura Stutz. “Debes aprender a amar el proceso de lidiar con esas tres cosas. Para eso están las herramientas”. El psiquiatra explica que si reconocemos cómo esos aspectos de la realidad activan nuestra Parte X (negativa), podemos aplicar las “herramientas” para anularlas. Si le enseñas esto a alguien, puedes cambiar su vida” sentencia.

Otra de las definiciones que conocemos en el documental es la “Sombra”. Es decir, lo que nos avergüenza de nosotros mismos. Por ejemplo, Jonah Hill pone como ejemplo su propio dolor recordando quien era, un chaval de 14 años con sobrepeso y acné que sentía que todo el mundo lo aborrecía. “Crecer con sobrepeso me jodió la vida” confiesa ante las cámaras, explicando que ni el éxito o el haber perdido peso lo ayudó para enterrar esta imagen perpetua que tenía de sí mismo.

Sin embargo, esa noción o percepción es parte del pasado. Es la “sombra” y Stutz propone el ejercicio de entablar una conversación interna con ella, preguntarle cómo se siente, qué necesita. Porque la única atención que a la Sombra le importa es la nuestra, no la del mundo. Se trata de compensar la relación interna con ese pasado que nos atormenta. Stutz asegura que esta herramienta “funciona con la timidez, para enfrentarte a tu pareja y cualquier situación estresante donde no te sientes como tu mejor cara”.

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Las herramientas del psiquiatra son muchas más y en la película continúan detallando algunas de ellas, pero las dejo para que las descubran en Netflix. De todos modos, lo interesante de Stutz es que no definen las “herramientas” como si fueran una mera teoría, sino que tanto el psiquiatra como Jonah Hill desnudan su vulnerabilidad ante las cámaras, exponiendo sus propios traumas, problemas y conflictos. De esta manera ejemplifican cómo la salud mental puede frenar nuestro progreso vital, energía, relaciones y felicidad.

Por ejemplo, en el caso del actor desde el resentimiento contra su familia por imponer la idea de que la obesidad lo hacía “repulsivo” y que había algo que estaba mal con su existencia; la ansiedad y depresión que fue desarrollando bajo la presión de los medios, de Hollywood y el impacto de la muerte de su hermano en 2017. Mientras que el psiquiatra también hace un ejercicio de humildad hablando de la conflictiva relación con su madre y cómo le afectó en sus relaciones con las mujeres. Habla del Parkinson que le diagnosticaron en la juventud, el dolor físico y sus consecuencias, tanto emocionales como relacionales, evitando el arraigo amoroso con la excusa de su enfermedad. Y juntos ponen en práctica la metodología compartiéndola de manera amena, tangible y personal.

Stutz es, en el fondo, el homenaje de Jonah Hill a su psiquiatra. Una figura que admira y a la que acude desde hace varios años para lidiar con sus problemas. El documental se rodó durante un largo tiempo, exponiendo las inseguridades del actor pero, de esta manera, lograron crear un vínculo cercano, divertido y plagado de humor que convierte al documental en una de las piezas más honestas sobre la salud mental.

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