Jorge Bosso: se fue a estudiar a Inglaterra, el Estado le pidió que devolviera la plata de un subsidio e hizo carrera en Europa

Jorge Bosso tiene una larga amistad con Héctor Alterio, a quien conoció en Europa
Jorge Bosso tiene una larga amistad con Héctor Alterio, a quien conoció en Europa

CÓRDOBA.- A los 81 años el argentino Jorge Bosso sigue desde España las críticas y crónicas a la presentación teatral de su amigo Héctor Alterio en Buenos Aires. Él también es actor, autor de textos y productor. Fue secretario general de la Unión de Actores y de la Federación de Artistas del estado español y portavoz de la Federación Internacional de Actores. Tiene una memoria prodigiosa y una vida plena de anécdotas y éxitos en Londres y en Madrid.

Salió de la Argentina en 1966, durante el gobierno de Arturo Illia, con un subsidio para estudiar teatro en Inglaterra. Dos años antes había trabajado en una adaptación de Mucho ruido y pocas nueces de Shakespeare y había tenido “repercusión”. “Trabajaba con (José) Cibrián y (Ana María) Campoy y ellos me sugerían ir a estudiar a Inglaterra. Me dieron el subsidio y me fui”, cuenta a LA NACION desde su casa en España.

Recuerda que desembarcó en Londres con una carta de Pedro Asquini, un actor, productor, director teatral de larga trayectoria, y otra de Onofre Lovero, entonces presidente del Instituto Nacional del Teatro, uien le escribió a su par de Inglaterra, quien además tenía una escuela de teatro. “Lo que tenía me alcanzaba para un trimestre, así que busqué trabajos de verano e hice cualquier cosa para sobrevivir -repasa-. Me presenté en la BBC para una prueba como periodista. China Zorrilla me había recomendado visitar la emisora. Fui el 5 de junio y el 13 me contrataron para un radioteatro”.

En 2010, en una entrega de premios con Pilar Bardem, cuando Bosso dirigía la Unión de Actores de España
En 2010, en una entrega de premios con Pilar Bardem, cuando Bosso dirigía la Unión de Actores de España

El radioteatro integraba un especial que la cadena realizaba por el aniversario de la Sociedad Rural Argentina y la prueba fue con Don Segundo Sombra, en donde Bosso quedó para protagonizar: “Empecé con buen pie y no paré. Trabajé en producción de radio, en locución, en periodismo. Y menos mal, porque con el golpe de (Juan Carlos) Onganía el Fondo Nacional de las Artes me pidió la devolución del dinero del subsidio, que eran 50 libras al mes. Lo devolví con creces y dejé bien parado a los que me lo habían otorgado”.

Bosso hizo también televisión en Inglaterra. Menciona que por los contratos que tenía podía costearse estudios. Compró una casa en Wimbledon, se casó y tuvo dos hijos. “En los 70, con los golpes militares en Chile y en la Argentina empezaron a llegar compatriotas; me sumé al sindicato Equity para ayudar en la acogida, colaboré y me interioricé en sus situaciones”, señala.

En la Argentina había debutado en teatro en el 59, a los 18 años, y antes de viajar había hecho repertorio con Florencio Sánchez. De Luis Brandoni fue compañero de colegio y muy joven se había afiliado a la Sociedad Argentina de Actores. Se inscribió en las facultades de Derecho y de Filosofía y no terminó “ninguna”.

Trabajando en Inglaterra cubrió el partido de Estudiantes de La Plata con el Manchester United y después integró el elenco de la película Somos los mejores, que produjo Manuel Antín. “Sustituí a Jorge Salcedo, que no pudo viajar. Dringue Farías se quedó en mi casa, fue una hermosa experiencia”, apunta.

En Londres trabajó como corresponsal de Radio Rivadavia, para José María Muñoz y para el Mundial 78 volvió a la Argentina con la BBC como “puente” del exfutbolista Bobby Charlton, quien era comentarista. “El Gráfico le compró la cobertura y Goles hizo lo mismo con su hermana. Ellos me pagaban para que les hiciera las producciones. Hice dinero así y lo dejé produciendo teatro en Madrid”, indica.

La vida en España

Cuando Alterio emigró a España amenazado por la Triple A, se reencontró con Bosso: “Me lleva 12 años pero nos conocíamos del teatro y tenía admiración por él. Fue como mi hermano mayor en el teatro. Lo contacté para ofrecerle ayuda en Inglaterra y empecé a viajar a España, donde había cantidad de emigrados. Nació la idea de producir teatro porque tenía recursos. Quería hacer una obra de Christopher Hampton que después se hizo famosísima. Me gasté una fortuna en gestiones”.

España lo atrajo y empezó a trabajar con “grandes actores y actrices de teatro”, cuenta y agrega: “Primero alquilamos la casa en Londres y después la vendimos”. En el Mundial del 82, en España, trabajó como periodista free lance para la BBC, para Rivadavia y para Editorial Atlántida. Tiempo después reemplaza a su amigo Lautaro Murúa en teatro, en El día que me quieras, junto a “dos actrices españolas muy conocidas”, recuerda.

Jorge Bosso quiere hacer en la Argentina a un Carlos Gardel de 80 años. Es un unipersonal escrito, interpretado y codirigido por él
Jorge Bosso quiere hacer en la Argentina a un Carlos Gardel de 80 años. Es un unipersonal escrito, interpretado y codirigido por él

La Guerra de Malvinas, asegura Bosso, le cambió su vida. Renunció a la BBC y le bajaron el salario “significativamente” de su corresponsalía para la Argentina. Entonces, se dedica al teatro y empieza a producir para la televisión.

“Conozco el teatro desde adentro. En España no había legislación para actores y en el 86, junto con actores españoles, formamos el grupo fundador de la Unión de Actores -añade-. Me dediqué mucho a lo gremial, por eso hacía tele y cine pero no teatro. Me sumé al Consejo Europeo de Artistas en el 98 y desde 2004 hasta 2016 fui portavoz de la Federación Internacional. Ahí me jubilé como dirigente sindical”.

En la Argentina colabora con Sagai para proteger los derechos intelectuales de los actores. “Mi amigo Pepe Soriano también está ahí, es interesante. Con Alterio sigue la amistad, es muy estrecha y de muchos años”, define. Padre de tres hijos, dos de ellos músicos (Camilo integra el grupo de jazz O’Sister).

“Quiero volver a hacer teatro. Tengo un monólogo sobre Gardel, un Gardel ochentañero que regresa desfigurado para despedirse y pedir perdón por habernos hecho creer que estaba muerto -describe-. En 2015 lo iba a hacer en la Argentina pero era el momento de las elecciones y lo dejé para más adelante. Después llegó la pandemia y se aplazó todo”.