Jorge Telerman: "Hay que despejar temores, miedos para que la vuelta a las salas sea con tranquilidad"

Jorge Telerman, en el hall de la sala Casacuberta

El festejo por los 60 años del Teatro San Martín se produce en medio de un escenario impensable hace apenas unos meses. El coronavirus impuso sus normas. "Es verdad, llega en medio de un escenario extremadamente raro que nos requiere ser más fuertes en la celebración", reconoce Jorge Telerman, el director general del Complejo Teatral de Buenos, de quien depende la gran fábrica de las artes escénicas del país. Desde su casa, y luego de una reunión de gabinete en modo Zoom, agrega: "Estoy convencido que frente a la situación actual debemos actuar con responsabilidad e inteligencia mostrando nuestra vocación de vida. En los momentos más sombríos la humanidad ha dado muestras de encontrar maneras de expresarse artísticamente, pasó en los campos de concentración como frente a grandes cataclismo. Aún en esas circunstancias el ser humano necesita producir arte, consumir arte y una institución tan señera como lo es el San Martín tiene que encontrar formulas para seguir profundizando su voz propia."

-Como si fuera una gran paradoja, en estos momentos lo único que está abierto en el edificio del San Martín es su hall de entrada, en donde los trabajadores de vestuario están fabricando tapabocas.

-Es así y demuestra la calidad humana de las trabajadores y los trabajadores del Complejo Teatral, es un crédito de ellos. El San Martín debe estar presente en las crisis pensando siempre de qué manera organiza su producción de artes escénicas.

- Hasta el 19 de marzo, día antes del inicio de la cuarentena, ¿qué habían pensado para este 25 de mayo?

-Uf, lo voy a tratar de contar sin tristeza... (se ríe). Iban a presentarse obras en las salas junto a festejos en las calles, pero no tenemos razones ni derechos para ponernos melancólicos. De todos modos, muchos de aquello lo estamos reactualizando. En ese sentido la digitalización de nuestro archivo audiovisual es lo que va a posibilitar al público acceder a grandes tesoros que ya estamos subtitulando. Es un trabajo que estaba en carpeta y que las circunstancias actuales hizo que hayamos acelerado ese proceso. Ahora mismo, para poder hablar con vos, puse en pausa Enrique IV (la puesta de Rubén Szuchmacher sobre texto de Pirandello que, en 2005, protagonizó Alfredo Alcón) y te aseguro que volver a ver ese tipo de material es maravilloso. Y es, también, una forma de encontrarle una razón de ser a la tendencia actual de subir materiales a la Red haciendo eje en el rescate del registro audiovisual de grandes puestas para que el público que no vio esas propuestas, aún por un tema generacional, como para aquellos que quieran volver a ver estos trabajos.

-En el final de la dictadura el San Martín hizo un acuerdo con Canal 13 y luego con el viejo ATC por el cual se grabaron para la televisión títulos emblemáticos como María Estuardo, Galileo Galilei o El gran circo criollo. De ese ciclo, ¿se preserva el material?

-Lo estamos recuperando y estamos encontrando material que ni sabíamos...

-El lunes, día del festejo, entre otros materiales van a subir Enrique IV y luego vendrá Mein Kampf, con Alejandro Urdapilleta y Jorge Suárez; y Copenhague, con Alicia Berdaxagar, Juan Carlos Gené y Alberto Segado, dirigida por Carlos Gandolfo. ¿Qué otros títulos irán subiendo?

-Lo que lanzaremos el lunes es la apertura del archivo como para profundizar aún el concepto del San Martín como una institución abierta. Hace pocos días volví a encontrar reflexiones de Mario Roberto Álvarez y de Macedonio Ruiz de cuando fueron encomendados para hacer el Teatro. Ellos decían que el espíritu y el nervio que debía guiar no solamente al diseño del edificio sino a su actividad toda era de crear una institución abierta a los nuevos géneros, a las innovaciones, al público. De hecho es el primer gran teatro de la ciudad cuyas salas no tienen palcos para que la gente de distintos sectores sociales se mezclen. En este largo proceso lo que faltaba era abrir su historia, su archivo para que esté al alcance de todos. La idea es sumar aún obras de la temporada internacional, como los montajes de Pina Bausch y los de Tadeusz Kantor que pasaron por la sala. Tengo en claro que ver esas obras grabadas no será la misma experiencia de los que tuvimos la dicha de verlas en vivo, pero bueno... Por lo pronto, el 25 subiremos Enrique IV por estas cuestiones que tienen los aniversarios y, a partir de ese momento, iremos robusteciendo el archivo público en este año de festejo sumando un título por semana.

-¿Qué películas aportará la sala Leopoldo Lugones?

-El mes aniversario de la Lugones es octubre, para ese mes sumaremos grandes títulos que pasaron por la sala.

-Pero la Lugones no abrió en octubre de 1960. Recordemos que la fecha de apertura del San Martín fue hace 60 años, pero que recién 15 meses después se estrenó una obra de teatro.

-Sí, se abrió sin programación y eso sucedió gracias a la capacidad maravillosa de sus dos arquitectos que presionaron al poder político para que el maravilloso edificio que ya estaba casi terminado se abra. Hasta ese momento no se había puesto en funcionamiento por razones políticas. Recordemos, vino el golpe de 1955 que derrocó al gobierno de Perón y a partir de ese momento empezaron a circular fantasías absurdas como la de darle al edificio un destino sanitario o usarlo como oficina pública solamente con la idea de no concluir una obra que había empezado durante el peronismo. Una de las muchas cosas buenas que hizo el gobierno de Arturo Frondizi fue abrir el San Martín aunque no tuviera programación.

Fachada del icónica sala pública porteña

-En la semana de aniversario habría que agregar otro: el 24 de mayo se cumplen 6 años que el Teatro Presidente Alvear está cerrado por obras que nunca se concluyeron.

-Así es... Hay varios aniversarios, algunos mejores y otros peores. Y a ese dato hay que sumar que se cumplen 20 años de la creación del Complejo Teatral, que comenzó cuando yo era Secretario de Cultura de la ciudad y Kive Staiff era el director del teatro. Efectivamente, el Alvear hace muchos años que no está en funcionamiento. Hace unos meses se había iniciado otra etapa de su necesaria reforma que, ante esta nueva circunstancia del coronavirus, apenas tengamos la información anunciaremos cuándo se retomen sus trabajos.

- En muchos teatros europeos se están discutiendo los protocolos a seguir para cuando se reanude la actividad y hay estudios para medir cómo será la respuesta del público. ¿En el gobierno porteño se están debatiendo los posibles protocolos a aplicar?

- Se están intercambiando ideas y opiniones. Lo único que sabemos es que esto tiene que volver a funcionar entendiendo que las actividades culturales en lugares cerrados demandarán más tiempo para volver a la actividad. Y en ese proceso de toma de decisiones creo que hay que contemplar la responsabilidad individual. Por supuesto, será necesaria una serie de protocolos precisos, pero cada uno de nosotros tendremos que ser artífices y actores de ese cumplimiento. Hay que trabajar en despejar temores, miedos para que el regreso a las salas sea con tranquilidad. Tenemos que volver a los teatros bien, sin riesgos.

-Desde otra perspectiva, ¿el presupuesto asignado por la Ciudad al Complejo Teatral ha sufrido modificaciones ante este escenario pandémico?

-Todos los presupuestos públicos están hoy sujetos a las necesidades de los gobiernos para atender la emergencia sanitaria.

-Para terminar, ¿recordás la primera vez que entraste al San Martín?

- Sí, fue en los años 70. Entré desde el Cultural San Martín en donde había una especie de performance que me generó una buena sensación corporal. Ingresé por la FotoGalería y fui hasta las Lugones para ver una película de Pier Paolo Pasolini. O sea, entré a lo grande.