Jorgelina Aranda fue vedette, secretaria de Roberto Galán y consuegra de Susana Giménez

Jorgelina Aranda, una figura que supo marcar una época del mundo del espectáculo
Jorgelina Aranda, una figura que supo marcar una época del mundo del espectáculo

Fue una de las figuras más sensuales del espectáculo. Se desempeñó como modelo, vedette y actriz. Hizo cine con Alberto Olmedo y Jorge Porcel y fue secretaria de Roberto Galán en Si lo sabe, cante. Otros la conocieron como la consuegra de Susana Giménez porque su hijo, Eduardo Celasco, se casó con la heredera de la diva. Jorgelina Aranda nació en Buenos Aires el 19 de agosto de 1942 y murió a los 72 años, luego de una larga enfermedad, el 10 de enero de 2015.

Con apenas 19 años fue elegida Miss Capital en 1961 y ese título reforzó el incipiente trabajo que hacía desde chica como modelo publicitaria. “ Arranqué muy chiquita en esta profesión, recién salida del colegio de monjas” , contó alguna vez en una entrevista. Debutó en radio a los 16 años reemplazando a una periodista y fue la Tía Jorgelina, que daba consejos a los oyentes. Gustó tanto que quedó fija en el programa.

Un casting fortuito le permitió ser parte del elenco de la película Un italiano en Argentina, de Dino Risi y se codeó con actores de la talla de Vittorio Gassman y Nino Manfredi. Unos años después tuvo otra oportunidad y filmó De quiénes son las mujeres, con Luis Landriscina y Germán Kraus. A partir de entonces, hizo Todos los pecados del mundo, Este loco loco Buenos Aires, El inquisidor de Lima, Basta de mujeres (con Alberto Olmedo y Jorge Porcel), Hay que parar la delantera, Expertos en pinchazos, La playa del amor, Departamento compartido, Amante para dos, Abierto día y noche, El fuego del pecado. En 1986 filmó su última película, Soy paciente, junto a Norman Briski, Oscar Martínez y Rodolfo Ranni. Luego se retiró del mundo del espectáculo a pesar de que tuvo buenos proyectos para continuar.

La secretaria sexy de Roberto Galán

Las secretarias en los años 80 del programa Si lo sabe, cante conducido por Roberto Galán. Desde la izquierda: Petty Castillo, Stella Maris Muñoz, Ángeles Cudos, Dorita Delgado, Jorgelina Aranda y Gladys Mancini
Las secretarias en los años 80 del programa Si lo sabe, cante conducido por Roberto Galán. Desde la izquierda: Petty Castillo, Stella Maris Muñoz, Ángeles Cudos, Dorita Delgado, Jorgelina Aranda y Gladys Mancini

En televisión debutó en Operación Ja ja, de los hermanos Gerardo y Hugo Sofovich, y estuvo en varias temporadas. También fue parte de La peluquería de Don Mateo, La tuerca, El botón, El pasito, Coletti press, Humor a la italiana y No toca botón. Pero la gran popularidad le llegó en 1980, de la mano de Si lo sabe, cante con Roberto Galán. Jorgelina Aranda era la secretaria más sexy de este ciclo que fue un boom. Ella era la que alcanzaba los sobres, bailaba alrededor del estudio, le sacaba risas al conductor y derrochaba simpatía y gracia. Tenía su pequeño bloque, una presentación cantada y hasta había merchandising con fotos de Galán y sus chicas. En ese momento las secretarias generaban un verdadero furor en el público, por lo que iban con seguridad privada cada vez que se presentaba en algún evento porque miles de personas se le acercaban para pedir fotos y autógrafos.

Justo cuando estaba en el momento de más popularidad, Aranda tuvo que pedir licencia en Si lo sabe, cante porque quedó embarazada de su segunda hija, Marina. La reemplazó Celia Jullie, una santafesina que fue la más intelectual del ciclo. Unos meses después, volvió al programa y se quedó hasta el final.

Hizo teatro de revistas en varias oportunidades en la avenida Corrientes, compartió cartel con Moria Casán y trabajó con Alberto Closas en la comedia Pato a la naranja. Además, grabó un disco en los 70, que se llamó Erótica acompañada de Billy Blond y La pesada del rock and roll, con arreglos también de Alejandro Medina. También fue pionera en hacer topless en las tapas de revistas en la época del destape, luego de la dictadura militar.

La tapa del disco que sacó Jorgelina Aranda
La tapa del disco que sacó Jorgelina Aranda

Sus amores

No tuvo una vida amorosa escandalosa, pero en los 80 su romance con Cacho Castaña llenó tapas y páginas de revistas del corazón. Estuvieron juntos un par de años y el cantante dijo alguna vez que con ella “eran puro fuego”. Se conocieron filmando La playa del amor (1979) y fue un flechazo.

Para entonces ya se había separado del productor de televisión Eduardo Celasco, con quien estuvo casada durante casi una década y fueron padres de Eduardo Celasco Jr., que en los 90 se casó con Mercedes Sarrabayrouse, la hija de Susana Giménez, y la hicieron abuela de Lucía y Manuel, a quienes adoraba. Aranda y la diva se habían conocido haciendo la película Basta de mujeres, cuando Susana ya era toda una estrella. Se hicieron muy amigas y lo fueron hasta el final. “Descansá en paz, Lina querida”, la despidió Susana en ese momento.

Una tierna foto que compartió su nieta Lucía Celasco a días de su muerte
Una tierna foto que compartió su nieta Lucía Celasco a días de su muerte

Con Susana siempre tuvieron buena relación, aunque se veían poco: “Apenas si pasamos Navidad juntas. Nos vemos muy poco porque ella labura mucho y yo también, así que casi no tenemos tiempo para juntarnos”.

Unos años después de separarse de Celasco, Aranda se casó con Julio Toledano, con quien tuvo a su hija Marina, quien hace algunos años abrió un negocio de ropa con su sobrina Lucía Celasco.

Fidel Pintos, Alberto Olmedo, Javier Portales, Jorge Porcel y Jorgelina Aranda en “La peluquería de Fidel“, que forma parte del programa Operación ja ja
Fidel Pintos, Alberto Olmedo, Javier Portales, Jorge Porcel y Jorgelina Aranda en “La peluquería de Fidel“, que forma parte del programa Operación ja ja - Créditos: @Archivo

“El cierre del círculo”

Era muy familiera y en una entrevista radiofónica contó: “Cuando nació Eduardo lo llevaba a todos lados conmigo. En ese momento estaba grabando La tuerca y cuando tenía que darle la teta pedía parar un ratito y me iba al camarín. Y con Marina me pasó lo mismo. Cuando la casa me quedó grande y los brazos vacíos, llegaron los nietos justo a una altura de la vida en la que una necesita ser mimada y abrazada; los nietos cierran el círculo porque llenan el hueco del afecto incondicional. Son una bendición”.

A finales de los 80, Jorgelina Aranda se unió a la iglesia Evangelista y abandonó el mundo artístico, pero hizo radio durante algunos años y estuvo al aire en Colonia con Jorgelina Aranda directo al corazón, los sábados a la noche. “Si alguna vez alguien me dice que el programa le hizo bien, ya me doy por servida y satisfecha. Hay gente que hasta me llama a mi casa y les puedo dar mucho apoyo. No pretendo combatir el bajón del sábado a la noche, sino acompañarlo. Desde ese lugar aporto mi experiencia, gracias a los golpes y alegrías que me dio la vida, y entablo un diálogo con aquellos que no quieren levantarse de la cama, tratando de echar mano al discernimiento. Desde el principio del programa, me planteé que nunca iba a pasar una mala noticia y no porque viva en una nube, sino porque hay exceso de información. Prefiero pasar el dato de una persona que hace terapias gratuitas. La gente está sobreinformada y atemorizada, y un pueblo con miedo se paraliza, no decide y no piensa, sino que se va en la tristeza y en las agresiones diarias y nos volvemos enemigos, unos contra otros, y quedamos paranoicos”, contaba en la época en que debutó el ciclo, en 2001.