Juan Diego Botto y un viaje muy personal a Argentina, donde debutará en teatro

Buenos Aires, 12 jun (EFE).- Con un "vínculo identitario sólido y potente" y "raíces" en Argentina, país donde nació y del que confiesa le quedan "cosas absurdas" cotidianas, el actor, dramaturgo y director Juan Diego Botto, afincado en España desde niño, está a punto de vivir su "primera vez" subido a un teatro de Buenos Aires.

Inmerso en un viaje muy personal, el intérprete de "Historias del Kronen" (1995) o "Martín (Hache)" (1997), entre más de 50 filmes en su prolífica carrera, Botto representará del 21 al 25 de junio "Una noche sin luna", escrita por él y basada en textos de Federico García Lorca, con la que lleva tres años de exitosa gira.

Muy personal, porque viajó con su familia -su madre, la profesora de arte dramático Cristina Rota; sus hermanas, las también intérpretes María Botto y Nur Levi; y su pareja, la periodista Olga Rodríguez-; porque recorrió la ex ESMA -lugar de represión de la dictadura argentina, en el que su padre, el actor Diego Botto, fue detenido y desaparecido-; y porque actuará en el Teatro San Martín.

"Aquí, en este teatro, haciendo "Romance de lobos", (mis padres) se hicieron novios. O sea que, en parte, el hecho de que esté aquí como ser humano tiene que ver con esa obra y con este teatro", explica a EFE en Buenos Aires.

Criado en España desde los tres años y medio, cuando su madre huyó de la dictadura argentina (1976-1983), la filmografía de Botto (Buenos Aires, 1975) cuenta con títulos rodados entre ambos países, como "Roma" (2004) o "Las viudas de los jueves" (2009).

Y ahora, caminando por las calles de la capital argentina, recuerda "las ganas" que le surgen "de rodar" en ella, algo que podría confirmarse si concreta "un proyecto" surgido en esta particular gira.

"De momento, no es más que la semilla de un algo muy germinal de lo que, quizá, pueda llegar a ser un proyecto, que tiene que ver con mis padres; es el bosquejo de un guion de lo que fueron los dos últimos años desde que desaparecen a mi padre hasta que mi madre consigue exiliarse", indica el actor.

Resalta, además, el "momento maravilloso" que vive el cine argentino y la "debilidad" que siente por Adolfo Aristarain, con quien filmó "Martín (Hache)" y "Roma".

Sin embargo, nunca había experimentado subirse a un escenario de Buenos Aires y ahora saldará esa "deuda pendiente" con "la sensación de una suerte de círculo que se va a cerrar aquí".

DERECHOS HUMANOS

Parte de su agenda argentina ha estado marcada por su compromiso con los derechos humanos. Además de ser recibido por el presidente del país, Alberto Fernández, visitó el Parque de la Memoria y el Museo Sitio de Memoria ESMA.

El autor de obras como "El privilegio de ser perro" (sobre el exilio), "Despertares y celebraciones" (sobre la dictadura argentina) y "Un trozo invisible de este mundo" (sobre la inmigración) opina que Argentina es "vanguardia en cuestiones de derechos humanos".

"Hacer un juicio a las juntas militares a 2 años de haber terminado la dictadura es un hecho inédito. Y todo el proceso de memoria, verdad, justicia y reparación creo que es, quizá, uno de los mejores modelos que existen en el mundo sobre cómo construir justicia, cómo construir memoria y cómo reparar a las víctimas", expresa.

Indignado por que "no hay nadie que haya sido juzgado por la dictadura" en España y por la falta de "esfuerzo para contrarrestar el adoctrinamiento" de la dictadura de Francisco Franco (1939-1975) sobre la Segunda República (1931-1936), resalta la diferencia con Argentina en la cuestión de los desaparecidos.

"Cuando vine a Argentina en 2004, fui a la Secretaría de Derechos Humanos y pedí el legajo de mi padre. En España no hay un sitio al que ir para pedir información", dice.

ESAS PEQUEÑAS COSAS

Siempre comprometido con cuestiones políticas, debutó como director de un largometraje con "En los márgenes" (2022), con el trasfondo de los desahucios en España, un "muy bonito" rodaje que le enseñó cómo investigan los periodistas, en este caso, su esposa, con quien escribió el guion; y el trabajo "colaborativo" de hacer una película.

"Nosotros, como actores, llegamos y está todo montado (...); pero nos perdemos otra parte que es muy bonita, que he disfrutado mucho, que es colaborar con todo el equipo y remar juntos hacia el final de la historia", añade.

Consultado por lo que conserva de argentinidad, reconoce "cosas absurdas" como decir "shampú" por "champú", "crema de enjuague" por "suavizante" o hablar a su madre "de vos".

"Es impensable que a mi madre le hable de tú. Y llevo toda la vida en España. Pero, evidentemente, hay cosas que están ahí para siempre", resume.

Concepción M. Moreno

(c) Agencia EFE