Juan, el hijo de 15 años de Florencia Peña, se declara fan de su mamá y viaja a estudiar a Nueva York: “Mi sueño es ser libre”
Se llama Juan Otero Peña y es el hijo de Florencia Peña y el músico Mariano Otero. Con apenas 15 años tiene muy claro que quiere ser artista y todos sus proyectos giran alrededor de ese objetivo. “ Soy un artista en formación ”, dicen Juan, que en julio viaja a Nueva York para sumarse a la academia Go Broadway. Es histriónico, extrovertido, simpático y charlatán, y conversó con LA NACIÓN sobre sus sueños, la relación con su mamá y las ganas de crecer ya.
Por estos días, acaba de estrenar Te pido mildis, que puede escucharse en streams de Telefe en vivo por YouTube, Twitch y todas las redes del canal, de lunes a miércoles a las 16. Lo acompañan Lolo Poggio, hermana de Julieta Poggio; Nico Peralta, Sabri Cortez y Sol Ulloa. “Estoy muy emocionado y muy contento porque es mi primera vez en un proyecto tan grande y tan importante. Hice otras cosas antes, pero con esto me identifico y siento que puedo ser yo realmente . En los últimos meses, vine a distintos streamings de Telefe hasta que un día decidieron armar uno todos juntos, mezclando un montón de personalidades. Me encanta el plan, venir y charlar sobre lo que me interesa. Además, soy muy fan de Gran Hermano y me gusta debatir”, se entusiasma Juan.
-¿Te animarías a participar de Gran Hermano?
-No lo creo, porque es un puntapié que no necesito. Puedo hacer otra cosa, pero me gusta mirar el programa. Y soy recholulo .
-¿Quién te gustaría que gane esta edición?
- Virginia es la número uno. Me parece una señora muy natural, que no finge, que no quiere ser otra cosa para pertenecer y así es aceptada . Por eso Furia no se la banca; sabe que Virginia tiene mucho aguante.
-Cuando dijiste que ibas a hacer un streaming, ¿en casa te pusieron alguna condición?
-No. En casa siempre me apoyan y la última decisión la tuve yo. Además, me va rebien en el colegio. Estoy cursando tercer año y tal vez hay días que tengo que faltar a los talleres, o no puedo ir a los campamentos ni a los viajes. Era una cosa o la otra, y elegí hacer streaming porque siento que es el puntapié para mi futuro . Es un arranque y el grupo es hermoso y compartimos un montón de cosas. No me arrepiento porque lo hice pensándolo bien. Disfruto de cada momento que vivo y me siento muy feliz con mi situación actual. Hace unos años hice una película, Los adoptantes; una obra de teatro, Algo en común, y un programa de televisión, STO. Mi sueño es ser libre y poder vivir de lo que me gusta, tan amplio y sencillo como eso .
-¿Con 15 años ya lo tenés tan claro?
-Sí. Tengo 15 años, pero para mí tengo 18.
-¿Por qué?
-Quisiera tener 18. Sé que no tengo que apurarme y me lo dice todo el mundo, pero casi todos mis amigos son más grandes; una de mis mejores amigas tiene 21. No puedo formar parte de los planes que hacen, como ir de joda o a bares para más de 18, por ejemplo. Tengo amigos de mi edad, pero si me das a elegir prefiero amigos más grandes porque siento que me entiendo mucho más, me relaciono mejor. Cuando termine la secundaria voy a salir de joda todos los días (risas). A veces me cuesta un poquito equilibrar todo con los estudios. De lunes a miércoles tengo el streaming, salgo del cole y voy directo al canal, y llego retarde a casa porque me levanto a las 6 y capaz tengo que estudiar para el día siguiente. Los jueves tengo canto y ensayo con mi banda de la escuela, y los viernes juego al handball. No tengo un día para relajarme, no puedo. Me gusta sentirme productivo .
-Decías que cuando seas grande querés ser artista….
-Quiero ser artista. Ya me considero un artista en formación. Siempre hay algo nuevo para aprender. De grande voy a actuar, a bailar y, sobre todo, a cantar. En julio me voy a estudiar a Nueva York, a la Academia Go Broadway. Son dos semanas intensas con clases de baile, de interpretación, canto. Tengo clarísimo lo que quiero. Y también me interesa mucho la economía, así que quizá haga algo de eso también.
-Artista y economista, entonces…
-(Risas) Tanto no. Me va muy bien en el colegio y soy de las personas que me interesa entender la materia y no solamente aprobarla. Economía es la materia con la que más conecto, me interesa analizar el mundo, leo sobre lo que pasa en nuestro país.
-¿Qué te imaginas haciendo cuando termines el secundario?
- Irme no es la solución a nada, pero quiero vivir la experiencia de estar en otro país . Considero que la formación que necesito es mejor afuera, aunque acá hay buenos profesores e institutos. Amo mi Argentina y es el mejor país del mundo. Por más que haya problemas, tenemos artistas maravillosos. Pero la idea es ir a Europa, quiero conocer el mundo, recorrer, hacer work and travel. Y después, vuelvo.
-¿Cómo es tu relación con tu mamá?
-Genial. Llegamos a casa siempre los dos recansados, le cuento cómo fue mi día y ella me cuenta cómo fue el suyo. Siempre tenemos un punto de conexión. Ser hijo de ella me marcó mucho, pero fue mi elección. Siempre supe que quería ser artista.
-¿Qué te aportan cada uno de tus padres?
-Mi mamá, la libertad. Siempre me dice que si quiero hacer algo, que estudie. Y mi papá me da la parte más técnica y es a quien recurro si canto una canción, por ejemplo. Desde chico me insiste con que aprenda un instrumento y sé que voy a tocar el piano. Muchas veces lo intenté, pero duré una clase.
-¿Cómo es crecer con una mamá como Flor?
-Siempre estuve orgulloso de la mamá que tengo. Me acuerdo de que cuando iba a buscar a mi hermano Toto al colegio con los labios pintados, él se ponía mal, le daba vergüenza. Y a mí, todo lo contrario, me encantaba. Yo siempre fui fanático de mi vieja y capaz le decía a la directora: “¿Vos sabés quién es mi mamá? Florencia Peña” (risas). Soy su fiel fan, voy todos los días al teatro a verla (actualmente protagoniza Mamma mia en el Teatro Coliseo), canto las canciones, la sigo en su carrera . Ella siempre me dio la libertad de elegir lo que quiero y la mejor devolución que puedo darle es acompañarla como ella me acompaña a mí.
-¿Chapeabas entonces?
-¡Sí! (risas). Le decía a todo el mundo que era el hijo de Florencia Peña. Soy fanático de los musicales porque es donde ella más se luce. Mamma mia es un antes y un después en su carrera, me parece. De alguna manera se identifica con el personaje porque si bien no es una mamá soltera, siempre le puso mucho empeño sola. Siento que es parte de su historia y por eso se emociona mucho en escena. También me gustó Casi divas, que hizo hace unos años. Siempre la acompañé, amaba las cámaras y las amo. Toto, en cambio, la pasa mal y Felipe todavía es muy chiquito, pero creo que va a seguir nuestros pasos. Toda la vida me sentí un personaje.
-¿Es parte de tu personalidad o te gusta provocar?
-Me encanta mostrar cómo soy. No tengo prejuicios. Me pongo lo que me gusta y si me quieren criticar, que me critiquen. Mi meta es ser quien quiero ser y hacer lo que quiero hacer sin molestar a nadie.
-¿Te enojan los haters?
-Entiendo que no le podés caer bien a todo el mundo. La libertad de expresión trae diferencias en las opiniones y es difícil compartir todo. Podemos opinar distinto y respetarnos. El hater critica lo que no puede ser. Algunos me critican mi personalidad y quizá es porque ellos no se animan y reflejan su imposibilidad en mí. Escucho las críticas constructivas y cuando me equivoco pido perdón.
-¿Te enamoraste alguna vez?
-No, eso es un montón. Nunca me enamoré de verdad. Me puede gustar una persona, pero también me gusta mucho la soledad. Quiero estar tranquilo, no depender de nadie, y que nadie dependa de mí. Me gusta la libertad.
-¿Los fines de semana elegís estar solo?
-¡No! Me la doy en la pera (risas). Mis amigas vienen a casa todos los fines de semana y escuchamos música, bailamos, charlamos. Es parte de la edad, me parece.
-¿Cómo te llevas con el marido de tu mamá, Ramiro Ponce de León?
-Con “Rama” nos llevamos muy bien, sabe mucho de música también, aunque es abogado. Siempre me acompaña. Vivimos los cinco, con Felipe y mi hermano Toto que es chef, está estudiando en la escuela del Gato Dumas y tiene su emprendimiento que se llama @alfit.alfajores y la rompe; son muy ricos. Toto es muy fanático de la música, no de cantarla, pero sí escucharla.