Maldini culmina su clímax profesional más allá de la tele y la radio

Retrato de Julio Maldonado 'Maldini' mirando a la cámara durante la presentación de un documental.
El periodista deportivo Julio Maldonado 'Maldini'. Foto: David Benito/Getty Images.

Se llama Julio Maldonado, pero ese nombre lo deben usar los documentos oficiales y si acaso sus familiares, y tenemos nuestras dudas. Toda España le conoce como Maldini, algo lógico considerando que comenzó su carrera profesional a principios de los años '90, cuando el lateral izquierdo italiano estaba en pleno auge. Como periodista deportivo especializado en fútbol internacional, es uno de los más prestigiosos y queridos de España.

Se caracteriza por sus conocimientos enciclopédicos, quizás un tanto obsesivos, que le permiten dar referencias de prácticamente cualquier profesional del balompié del planeta, por oscuros y remotos que sean sus orígenes. Le preguntas algo de la liga de Bielorrusia o de ese centrocampista juvenil que empieza a destacar en Burundi y te improvisa un informe detallado. Eso sí, sus críticos le reprochan que lo suyo es más acumulación de datos que sabiduría real y entendimiento del juego, o que muy raramente pasará una reseña negativa de algún futbolista, por mediocre que haya demostrado ser.

En cualquier caso, Maldini aporta algo diferente al panorama mediático futbolero nacional, usando además un estilo sosegado, amable y alejado de polémicas innecesarias, y sin enfundarse de forma ostentosa ninguna camiseta (aunque se la pone, y tampoco lo oculta). Que es algo que, con todo el ruido que hay normalmente, se agradece mucho. Esto le ha llevado a contar con una legión de seguidores en todo lo que hace: tanto en sus colaboraciones para diversos medios como en su canal de YouTube, Mundo Maldini, que supera ya los 630.000 suscritos.

Por eso, Julio se ha planteado sacarse una vieja espina que tiene clavada. De 2006 a 2018 presentó su propio programa de televisión, Fiebre Maldini, un rincón destinado precisamente al análisis del balompié de más allá de nuestras fronteras, con reportajes y comentarios de partidos históricos. Era un espacio muy diferente a lo que se podía ver en cualquier otro canal español; salvando las distancias, lo más parecido sería El Día Después del añorado Michael Robinson, en el que el propio Maldonado colaboró durante un tiempo.

Sin embargo, aunque los datos de audiencia no eran negativos, Movistar+ optó en 2018 por un rediseño radical de su parrilla de deportes que implicó la desaparición del espacio. No prescindió de Maldini, que ya era uno de los rostros más populares de la plataforma heredera de Canal+, sino que le reubicó en tareas de comentario y análisis tanto en otros espacios como en las retransmisiones de partidos en directo. Pero el hecho de acabar con su proyecto personal fue algo que dolió al informador de Leganés, quien, aparte de dejarlo claro cada vez que le preguntaban, nada casualmente cambió en ese momento su nombre de usuario en Twitter de @maldiniplus a @MundoMaldini, el que todavía usa.

Julio siguió haciendo sus cosas en YouTube, subiendo vídeos con frecuencia en los que no aparece el logo de ningún canal, aprovechando su inmenso archivo propio de cientos de miles de partidos de varias décadas de fútbol en todo el mundo. Y le ha funcionado muy bien, como atestigua el seguimiento que tiene. Aunque es innegable que gracias a los grandes medios saltó a la fama en el pasado, no le ha hecho falta contar con el respaldo de ninguna cadena para mantener y ampliar su base de seguidores.

Por eso ahora se plantea recuperar por su cuenta aquel gran proyecto personal que le arrebataron, grabando y publicando de la misma manera que ha visto que le funciona pero con una producción más elaborada. Y en vista de las reacciones que ha suscitado el mero anuncio de la posibilidad, parece que el público lo acogería con los brazos abiertos. Eso sí, tampoco ha faltado quien ha aprovechado para reprocharle prácticas profesionales más cuestionables, como su colaboración con casas de apuestas.

Consideraciones éticas al margen, lo que se pone de manifiesto es que el paradigma en la prensa está cambiando. Un periodista de prestigio ya no depende necesariamente del medio para el que trabaje. Gracias a las redes sociales y a las plataformas de vídeos, puede permitirse prescindir de intermediarios para hacer llegar su mensaje y obtener la rentabilidad necesaria. De hecho, incluso puede servirle para ganar aún más público, puesto que su obra se emitirá en abierto, sin necesidad de pagar cuota alguna.

Esto no significa que las emisoras tradicionales de televisión y radio vayan a desaparecer, o al menos no va a suceder de hoy para mañana. Pero sí que los hábitos de consumo audiovisual se modifican, y que ha entrado un actor nuevo, dispuesto a dar a muchos su oportunidad de quedarse con parte del pastel, del que más vale estar pendiente. Además, si Maldini quiere consolidarse como youtuber, cuenta con una ventaja: seguro que conoce a la perfección todos los equipos y jugadores de su liga, así que no tendrá ningún problema de adaptación si se va a vivir a Andorra.

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