Julio Torres revela una experiencia distinta como inmigrante en su esperada cinta 'Problemista'
Ha tenido que ser paciente. Pese a que su debut como director y protagonista de una película de cine debía haberse estrenado el pasado 4 de agosto, el lanzamiento fue postergado a último minuto por su compañía distribuidora, A24, convertida desde hace buen tiempo en sinónimo de producciones independientes marcadas por su calidad y su sentido del riesgo.
En ese momento, el estudio detrás de títulos como “Everything Everywhere All at Once”, “Midsommar” y “The Witch” anunció que la decisión de posponer “Problemista” -la cinta a la que nos referimos- se debía a que las huelgas conjuntas del Sindicato de Actores de la Pantalla (SAG por sus siglas en inglés) y del Sindicato de Guionistas de Estados Unidos (WGA) iban a impedir su participación durante la recta final de la campaña promocional de un trabajo que había recibido ya la aprobación mayoritaria de los críticos tras su paso por el prestigioso festival South by Southwest.
Lo curioso es que, antes de dicho anuncio, Julio Torres dio varias entrevistas, incluyendo la que le ofreció a este medio, y que estuvo bajo embargo hasta hace unos días, lo que tiene sentido en vista de que la cinta se exhibe en salas a partir de este fin de semana. Esto nos permite ofrecerles finalmente la transcripción de una conversación que se centró en el nuevo -aunque no tan nuevo- filme, protagonizado por el mismo Torres en el papel de Alejandro, un joven inmigrante salvadoreño de Nueva York que intenta renovar su visa de trabajo para mantenerse en este país de manera legal y seguir desarrollando sus metas creativas.
En medio de esos trances, Alejandro conoce a Elizabeth, una extravagante promotora del arte que es interpretada por la gran Tilda Swinton (“Michael Clayton”, “We Need to Talk About Kevin”). Lo que sigue es una serie de enredos marcados por el surrealismo y el estilo de comedia absurda que distinguen a este autor.
Torres, que vive también en la Gran Manzana desde el 2009, y cuyas experiencias de vida tienen más de un punto de encuentro con las de Alejandro, no llegó a este punto con las manos vacías, sino con el antecedente de haber sido guionista del popular programa estadounidense “Saturday Night Live” (“SNL” para los amigos); de haber sido también escritor, cocreador y actor de la celebrada serie “Los Espookys”, y de haber tenido incluso su propio especial de comedia unipersonal en HBO, titulado “My Favorite Shapes”. Estas son sus palabras.
Julio, me parece necesario empezar por el nombre de la película, “Problemista”. ¿Es una palabra inventada?
Sí, me la inventé. Quería un título que sonara como un movimiento artístico, como el surrealista. Pero este es un movimiento que nace a raíz de aprender a amar los problemas. También suena como un tipo de persona que crea problemas o atrae problemas.
Claro. Porque si hubieras usado la palabra problemático, todo hubiera sido mucho más simple. Pero querías darle un tono más complejo.
Un tono más rebuscado [risas].
¿Qué tanto te pareces al protagonista?
Es una historia semi autobiográfica y basada en momentos que viví en los que sí me sentía como Alejandro, antes de poder tener una visa y trabajar aquí como escritor. He cambiado bastante, pero aún hay un poco de Alejandro dentro de mí, es decir, de ese joven más callado, más taciturno, que observa en lugar de actuar. Incluso en la ropa; hubo un momento en el que en el que me vestía así.
¿Llevabas también tu mochila para todos lados?
A todos lados. Nunca me la sacaba.
El personaje habla en inglés, y tú dominas también la lengua. Supongo que lo hacías ya antes de llegar a Estados Unidos, cuando estabas en El Salvador. Eso te diferencia de lo que ha sucedido con otros inmigrantes, como pasó también con tu estatus legal, porque llegaste con una visa de estudiante.
Sí, estudié desde chiquito en un colegio bilingüe. Traté de retratar la vida como la viví, como la sentí. No pretendo ser el embajador de nadie que no me haya elegido para hablar de sus experiencias. Si alguien ve mi película y se siente reflejado en ella, perfecto. La trayectoria de Alejandro es sumamente diferente a la trayectoria de alguien que tiene que venir indocumentado. Pero lo que muestro es una de las tantas maneras que existen de emigrar a los Estados Unidos.
Eso no es lo único original de “Problemista”. Está también el estilo que manejas, ese humor surrealista y absurdo que se cuela permanentemente en la historia.
No te sabría decir de dónde viene toda esa rareza, pero la manera en la que sé cómo expresarme es a través de metáforas y de símbolos. No sé hacerlo de otro modo. Tal vez eso cambie en el futuro.
En este caso, además de actuar, dirigiste por primera vez. ¿Qué retos implicó hacerlo?
He tenido la dicha de poder adquirir experiencia poco a poco. El hecho de haber escrito para “Saturday Night Live” me permitió ser parte de una gran producción sin tener la responsabilidad de ser director. Pude observar a los directores, pude trabajar de algún modo con el departamento de vestuario, el de maquillaje, el de peluquería, y observar cómo funciona todo ese ecosistema. Cuando empecé a trabajar en “Los Espookys”, la co creadora Ana [Fabrega] y yo adquirimos más experiencia y más conocimiento, aún sin dirigir.
El tercer paso fue decir ‘ok, ya puedo dirigir’, y me sentí bastante apoyado, porque el equipo confiaba bastante en mí. Trabajar con un director joven que jamás ha dirigido antes requiere apoyo, y lo recibí por parte de todos los departamentos. Pero debo también agradecer mucho a Tilda, porque ella fue la que insistió en que yo fuera el director.
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Esta es tu primera película, pero posee un estilo visual muy definido. ¿Cuáles fueron tus influencias en el plano visual?
De adolescente, empecé a enamorarme del cine a través de [las películas de Pedro] Almodóvar, Wes Anderson y Charlie Kaufman. Recuerdo la primera vez que vi “Amores perros”. Me encanta Wong Kar-wai. Y soy completamente fan de Sofia Coppola.
La comedia vino a raíz de que no sabía cómo escribir un guión y no sabía a quién enseñárselo. Me dije entonces que, si hacía stand up, alguien podría verme y darme algún trabajo.
Pero también tienes influencias de Disney, ¿verdad? La película lo demuestra en algunas de sus escenas y en algunos de sus personajes.
Creo que hay bastantes símbolos divertidos en esa estética. Estamos hablando de una corporación que tiene las manos puestas en todos los países del mundo. Es casi imposible que no te haya influenciado cuando eras un niño.
Pero tienes aparentemente una relación de amor-odio con ella. En tu especial televisivo, hablabas ya de ciertas inconsistencias en la manera en que maneja a sus personajes.
Es como un símbolo de la relación que tiene Latinoamérica con Estados Unidos. Esa de “me atrae, pero me enoja”. “Me quiere, no me quiere”. “No quiero saber nada de ella, pero dependo de ella”. Es una relación bastante complicada, y es una relación que Alejandro tiene con Elizabeth, el personaje de Tilda. Se parece a estar enamorado de algo o de alguien que es sumamente difícil.
No evitas tampoco los comentarios sociales, pero no vas por el camino predecible. Por ejemplo, el oficial de inmigración que asiste a Alejandro en su caso se porta muy bien.
Me gusta la idea de retratar a todos los personajes como seres humanos que son complejos, que no son buenos ni son malos, que están tratando de sobrevivir como todos lo hacemos. De hecho, al platicar con la actriz que interpreta a la primera jefa que despide a Alejandro de un trabajo, le dije que ella no es una villana; no es una mujer malvada que quiere despedir al pobre inmigrante, sino una persona que sabe que, si no despide a este muchacho que cometió un error, a lo mejor la despiden a ella. Se trata de eso, de encontrar empatía y de tratar de ponernos en los zapatos de los otros.
El sueño de Alejandro en la película es trabajar para una gran compañía de juguetes, y esta se menciona directamente, lo que resulta curioso por la proximidad que establece con una reciente película que competirá en el Oscar. ¿No hay ningún problema con el uso de ese nombre?
Según los abogados de la película, no hay ningún problema, así que voy a creerles. Decidí mencionarlos directamente porque la verdad es que hay corporaciones y marcas que tienen muchísima influencia en nuestras vidas. Es imposible retratar la vida como es sin mencionar al menos a una de ellas. Se sentiría ridículo no hacerlo.
¿Quisiste también hacer algo con una compañía de juguetes en algún momento de tu vida?
No, eso es inventado. Originalmente, Alejandro iba a ser escritor, pero luego, me di cuenta de que quería algo más específico para él. Los juguetes me atrajeron porque son símbolos, son metáforas. Y el hecho de poder contar una pequeña fábula a través de un juguete era algo que me interesaba.
Tilda hizo hace poco una película muy particular en Colombia; se llamaba “Memoria”, y tenía elementos de cine fantástico. Está obviamente interesada en hacer cosas arriesgadas y diferentes. Su personaje en “Problemista” va por ese lado; puede llegar a ser incluso antipático. Me imagino que la empujaste hasta el límite.
Ella ya no tiene miedo de nada. La atraen por completo los proyectos complejos y los directores que trabajan en cosas así.
¿Cómo fue dirigirla?
Me sentí sumamente protegido por ella. No fue como contratar a una actriz y conocerla justo antes del rodaje, porque estuvo allí desde el principio. Se sintió como trabajar con una amiga. Es casi la cocreadora de la película, el hada madrina de la película.
¿Cómo te sientes con lo que está pasando en tu carrera? Pese a la cancelación de “Los Espookys”, que molestó mucho a los fans, seguiste adelante, y ahora estás a punto de tener una película propia en las salas.
Creo que me siento contento. Lo que me da felicidad es crear historias, crear mundos. Y ya tengo ganas de volver a crear algo.
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Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.