Karina Mazzocco y Omar El Bacha: un encuentro en el supermercado, una caja de dulces con una sorpresa y 18 años de amor
Cuando ese día Karina Mazzocco fue al supermercado, no imaginó que iba a conocer al amor de su vida. Y aunque fue un flechazo, ella se resistió en un principio. La conductora y Omar El Bacha, que en ese momento era piloto automovilístico, se vieron por primera vez entre las góndolas de verdulería. Ella, en pleno éxito de Grandiosas, estaba camuflada e intentaba pasar desapercibida, y pensó: “Qué lindo morocho, me gusta”, pero siguió haciendo sus compras. Además, estaba divorciándose de su primer marido, Ignacio Fonda, con quien estuvo 11 años, y no tenía en sus planes volver a enamorarse, al menos a corto plazo. Sin embargo, el destino estaba sellado: fue hace 18 años, un día de junio del 2005, y pronto Karina y Omar empezaron a frecuentarse, se mudaron juntos, y a finales del 2006 fueron padres de Malek .
Flores, bombones y un celular
Ese primer encuentro fue breve: él la siguió hasta el estacionamiento del supermercado, la ayudó a cargar las bolsas y le pidió el número de teléfono, pero ella no se lo dio. Con el tiempo Mazzocco reconoció: “¡Qué antigua fui! Por suerte, él insistió y tuvo una idea piola porque un día me mandó una caja con dulces árabes y adentro había un celular y el único número agendado era el suyo. Ese fue el comienzo de todo”, dijo hace poco más de un año en Los mammones.
Decidido, El Bacha no se conformó con la respuesta de ella, la siguió hasta la casa, tomó nota de la dirección y empezó a mandarle flores y bombones hasta que Karina aceptó una salida y no se separaron más. “ Me gustó que Omar me encarara porque es una cosa difícil que suceda. No sé qué fantasía tendrán los hombres porque somos minas normales, pero no cualquiera se anima. Empezamos a hablar todos los días y a vernos. Llevamos muchos años juntos y tenemos un hijo. La verdad es que no estaba en los planes ser mamá, pero me enamoré mucho ”, reconoció. “Malek es nuestro único hijo. Todo lo hacemos muy a conciencia, tratando de no invadir, pero también marcando y educando en todo momento”, contó Karina en una entrevista con LA NACION.
Crisis superadas
De perfil bajo, poco se sabe de la vida íntima de la pareja. Alguna vez Mazzocco contó que tuvieron un par de crisis, pero jamás vivieron separados. La primera vez que la relación tambaleó fue cuando Malek tenía apenas un año. “ Fue una crisis personal que repercutió en la pareja. No había vuelto a trabajar y me sentía pedida, insatisfecha y me costaba aceptar que ya no generaba dinero ”, confesó en un ciclo radial hace años ya.
La segunda crisis fue en el 2016: “Estábamos desconectados, cada uno en la suya”. De todo eso nadie se enteró, pero sí se rumoreó que estaban separados en el 2018 y no era cierto. “Quizá todo surgió porque ese año nos mudamos a otra casa y por ahí todo el movimiento hizo suponer una ruptura”, justificó ella alguna vez.
El socio perfecto
En una nota con LA NACION, Mazzocco habló de su relación con Omar El Bacha: “Si miro hacia atrás, no puedo creer todo lo que pasó. Es el socio perfecto para mi vida. Mi compañero ideal que elijo una y un millón de veces más. Fue todo muy rápido desde que nos conocimos hasta que nos convertimos en padres, pero evidentemente hubo una mano sagrada que nos unió y era nuestro momento para encontrarnos. Yo estaba divorciada recientemente, con 36 años, él 34, pero fue un momento fabuloso para conocernos porque cada uno ya tenía sus experiencias, sabíamos qué queríamos y qué no”.
Nunca se casaron ni está en sus planes hacerlo. “Esa es la clave de nuestro éxito (risas). Tenemos el compromiso más fuerte que podemos tener, que es el amor incondicional hacia nuestro hijo Malek, así que nada nos puede unir más que eso. Estamos muy enamorados. Y otro de nuestros secretos es que cada uno tiene su espacio. Él es un apasionado de los autos de carrera, es expiloto, y tiene sus momentos en la semana en los que se dedica a eso. Y a mí nada me hace más feliz que verlo y vibrar en esa energía de alegría conjunta”, admitió en esa entrevista. “ Ya no soy una mujer celosa, lo fui de más joven, cuando era más insegura y no tenía definidos mis propios intereses. En cambio, ahora me ocupo de desarrollar una vida propia, una vida espiritual, un camino de autoconocimiento. Todo lo que me llena de felicidad lo hago y eso hace que pueda encontrarme con mi pareja completamente nutrida, satisfecha de mi vida afectiva, social y profesional. Llego completa al encuentro con el otro. Y con Omar eso es recíproco. Nos divertimos mucho juntos, nos potenciamos y tenemos química”.
Aunque cada uno en la familia tiene sus propias actividades, suelen pasar tiempo juntos y acompañar a Malek a fútbol: “Me gusta verlo evolucionar con sus compañeros. Es el capitán del equipo y me gusta que tenga una pasión tan fuerte, como nos sucede a su papá y a mí.