Karmele Marchante narra sus desgracias amorosas: estafada, en una secta y repentinamente viuda

¿Qué se cuenta Karmele?

La periodista Karmele Marchante ha decidido que ya no se calla más y ha escrito un libro a sus 76 años.

¿Ha escrito Karmele un libro sobre su vida?

Pues sí, este libro es sobre la vida profesional y sentimental de Karmele y se titula “No me callo”. En dicha lectura podemos conocer mucho mejor los entresijos del peculiar carácter de la colaboradora televisiva.

Karmele es casi un meme del corazón para muchos pero tras sus broncas en ‘Tómbola’ o ‘Sálvame’ también se esconde una mujer feminista que ha vivido auténticas tragedias en el amor.

Ostras, no me lo esperaba, ¡cuéntame toda su vida amorosa!

Las memorias de Karmele Marchante recogen 76 años de su vida y reparan en sus tres grandes amores que, desgraciadamente, nunca tuvieron un final feliz por distintos motivos de lo más surrealistas.

En ‘No Me Callo’ la periodista explica que a principios de los 70 se enamoró perdidamente de Loftur, un joven islandés de metro ochenta y cinco. El Español recoge: “de bondad, simpatía, ternura, alegría y curiosidad ante el mundo que estaba descubriendo”, según ella misma lo describe.

La catalana se enamoró y pronto compartiría piso con el joven y con otra compañera que estudiaba periodismo. El islandés hablaba bien español y atinaba algo en catalán cosa que a ella debería encantarle, ¡y no la culpo!

Por su amor se mudaron a París dado que él debía estudiar en la Sorbona y su nidito de amor era un pequeño apartamento con mágicas vistas a la Torre Eiffel donde daban rienda suelta a su amor y su pasión. Pasión, por cierto, tan escandalosa que tenía fritos a los vecinos según recoge el medio.

Tras viajar a Islandia y conocer a la familia, la pareja se casó en Barcelona y luego se mudaron a instalarse en Islandia, más concretamente, en casa de la abuela de Loftur. Karmele necesitaba aportar a la economía familiar e hizo de todo, desde dar clases de cocina española, hasta trabajar con pescado y, finalmente, meterse en el periodismo como enviada especial de ‘Efe’ pero ni así encontró su lugar.

Marchante volvió a España un par de meses a coger aire de su hogar natal pero echaba tanto de menos a su amado que quiso volver a Islandia pero fue él quien vino a Barcelona. Eso sí, cuando se reencontraron, él era un hombre totalmente distinto, metido en una nueva filosofía de vida llamada ‘bahai’ y que solo hablaba de la biblia de Bahuala y no le interesaba nada más en el mundo.

La situación era tan ‘sectaria’ que tiempo después el padre del joven fue a rescatarlo “Llegó a Barcelona casi sin avisar, y allí constató el penoso estado psíquico en el que se hallaba su hijo. De acuerdo con él y sin consultarme nada, decidieron que lo mejor era ir a curarse a Islandia”, revela Karmele. Aquella fue la última vez que Marchante vería a su marido hasta que, tiempo después, le llegaría el papel del divorcio que firmó tras haber pasado por el mismísimo infierno emocional, afirma el citado digital.

Las décadas pasaron y Karmele supo reencontrarse como la mujer fuerte que siempre ha demostrado ser a pesar de su aspecto frágil. Como todos sabemos, logró labrarse un puesto en los medios de la prensa rosa con gran renombre y teniendo tanto seguidores como detractores.

Ya en su época de ‘Sálvame’ conoció a Diego, con quien se casó en 2010 en Granada. Todo parecía genial con este supuesto ingeniero que logró enamorarla con palabrería y actitud pero, según ella, todo era una gran farsa y se sintió usada por él “se cobijó en mi sombra buscando fortuna sin dar golpe”, explica.

Además asegura que le reportó serios problemas económicos: “Caí al vacío por mi bancaria. La directora de mi sucursal me llamó a capítulo ante las muchas cosas raras que veía en mis cuentas y tarjetas. De nuevo la impotencia y las sacudidas de estupor en mi cuerpo”.

A raíz de esto, se enteró de que este “vago y mentiroso” (como ella le define) le había estado robando: "Le firmé un poder general para administrar mi patrimonio, que era muy extenso por lo mucho que había ahorrado e invertido durante los años de grandes ganancias. 'Ya que no trabajas, administra mis bienes', le rogué un mal día. Y, sin que me diera cuenta, el cuatrero me desplumó, lo vendió todo. Se declaró insolvente, puso mis propiedades a nombre de terceras personas y yo estaba en la puta calle".

Este segundo matrimonio fallido (¡y de qué modo!) hizo que Karmele cayera de nuevo al agujero emocional y la comprendo perfectamente. Seis años después de aquello dejó ‘Sálvame’ y se volvió mucho menos mediática pero más fiel a sí misma.

Un tercer hombre consiguió entrar en su corazón a pesar de las heridas anteriores y de él habla cosas buenas describiéndole como: "hombre maravilloso que respetaba mis tiempos y espacios sin convivir bajo el mismo techo”.

Pero la vid a también tenía una sorpresa amarga para ellas y es que este tercer amor de su vida, falleció de un infarto súbito que no dio tiempo a reaccionar. De nuevo Karmele, tuvo que recoger sus pedazos y de esta ocasión ha pasado alrededor de un año así que, aunque sigue adelante porque a Marchante no hay quien la pare, lo cierto es que de dolor, sabe un rato.

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