Karyme Lozano, de reina de novelas a una vida alejada de la fama que la hace más feliz
Después de su debut profesional como hija de Daniela Romo en el melodrama ambientado en los años 50, 'Si Dios me quita la vida' — con César Évora y Omar Fierro — en 1996, Karyme Lozano se convirtió rápidamente en una estrella del género de la telenovela. Tuvo distintos papeles, hasta que llegó la ocasión de encarnar a Fátima en 'Tres Mujeres' en 1999.
Aunque el papel había sido escrito con Andrea Legarreta en mente — y ella ya le contó a Mara Patricia Castañeda cómo fue que la empresa la convenció de rechazar el personaje y quedarse como conductora en 'Hoy', efectivamente dando fin a su carrera de actriz para convertirse en conductora full time—, Karyme supo cómo hacerlo suyo a lo largo de los casi 300 capítulos de la telenovela creada por Martha Carrillo, que se convirtió en un auténtico fenómeno y puso a Karyme y a Jorge Salinas en los cuernos de la luna.
Karyme actualmente vive en una zona residencial de Los Ángeles con su esposo Michael Domingo, los dos hijos que adoptaron, Mateo y Ana Lucía y la hija de ella de una relación anterior con el actor Aitor Iturrióz, Ángela, que tiene 21 años y está terminando sus estudios universitarios en un campus del sur de California.
A 7 años de haberse semiretirado —porque aunque no hace telenovelas, la actriz se mantiene activa en proyectos anglosajones esporádicamente, como una participación en la serie de Kevin James 'Kevin Can Wait' o una aparición en la próxima comedia de Rob Schneider 'Daddy-Daughter Trip' — Karyme ha buscado la manera de mantener un perfil más bajo, aún si en sus redes sociales se mantiene activa, y principalmente, lo que ha buscado es la estabilidad, al igual que Valentino Lanús, en un mundo más espiritual y en el caso de ella, enfocado a la familia.
Nacida en Ciudad de México el 3 de abril de 1978, Karyme siempre se sintió atraída por la actuación, ya que sus tíos eran los actores Jaime Lozano y la aclamada Ana Bertha Espín (ellos se separaron en 1992, pero la relación afectiva entre Karyme y Espín se ha mantenido vigente toda la vida) y estuvo de un modo u otro, conectada con las tablas, incluso desde sus participaciones como actriz en las puestas en escena en el American School de la capital mexicana, donde se educó.
Parte de una generación 'dorada' del CEA que incluyó a figuras como Mariana Seoane (que por esos años era su amiga inseparable), Nora Salinas, Valentino Lanús, Sebastián Rulli, Anna Layevska, Kuno Becker y varios más, que llegaron a ser estrellas a nivel internacional, Karyme comenzó desde abajo y ella a nadie le debe nada; todo lo hizo a base de su esfuerzo.
Tras la muerte de su padre en 2009, un evento que la afectó profundamente, Karyme puso un freno a su carrera y pasó más tiempo con Ángela, habiéndose separado de Iturrióz en 2002; fue este acercamiento a la maternidad el que la llevó a encontrar un refugio y una alegría en esta faceta, algo que su carrera de actriz no le daba, y cuando en 2012 conoció a Michael, encontró a un hombre que compartía sus valores más conservadores, y cansada de lo superficial, le dio la espalda a la fama para ser feliz.
Karyme y Michael fueron foster parents por algunos años en el área de Los Ángeles y decidieron convertirse en padres adoptivos permanentes al adoptar a Mateo y Ana Lucía, dos pequeños que, como se ve en sus historias de Instagram han cambiado su vida llenándola de actividades y alegrías aunque no ha olvidado su pasión por actuar, pero definitivamente la puso en segundo lugar.
"Mucha gente me pregunta ‘¿Cómo le haces con tu carrera, con tu familia, con tus hijos?’", señaló la protagonista de 'Niña, amada mía', en uno de esos videos. "Pues es la gracia de Dios. Todo lo bueno que vean en mí viene de Dios. Todo lo malo soy yo, el ser humano imperfecto. Ahora que estoy dirigiendo y produciendo, todo eso viene a través de la oración, de mi relación con Dios, que me inspira a través de su Espíritu Santo".
Algunos miembros del público la han criticado por hacer proselitismo religioso y tener actitudes muy conservadoras y antiliberales, pero si se mira a Karyme en comparación con Eduardo Verástegui (que no solo es antivacunas, es homofóbico —sutil ironía—, antiaborto, y proTrump) en realidad la posición de Lozano es bastante moderada; pero algo ha dejado claro: en la familia ha encontrado el amor, la paz y la tranquilidad que ni sus mayores momentos de fama le pudieron dar.