Kate Middleton pierde a la secretaria que le enseña a ser princesa
La mano derecha de Kate Middleton de puertas para adentro, Catherine Quinn, deja su puesto debido a que le quita demasiado tiempo. Ahora la Duquesa de Cambridge deberá aprender a ser princesa por su cuenta.
Kate Middleton lleva años estando expuesta a la atención mediática, a los juicios sobre sus estilismos y, sobre todo, al exigente protocolo de la monarquía británica. Aclamada por muchos debido a su forma de vestir y actuar, quien le ha enseñado todo es Catherine Quinn.
Tras la gran mujer que es Kate se ha escondido hasta el momento su asistente personal, secretaria y tutora Catherine que, dedicando su vida a Middleton, ha controlado y supervisado cada detalle de su vestimenta, protocolo y eventos.
Quinn, siempre acompañando a Kate pero manteniéndose en un segundo plano ha sido la encargada durante los dos últimos años de recoger flores y regalos que el pueblo británico le ha querido ofrecer a la Duquesa durante actos públicos.
También le ha llevado la agenda, ha dado el visto bueno final a los discursos públicos de Middleton, ha abierto y organizado su correspondencia y le ha enseñado cómo comportarse en cada momento y situación, tanto en actos solidarios como en actos oficiales o ‘low key’, en los que podía estar más relajada.
Sin embargo Daily Mail recoge que esta ayuda inestimable que Kate tenía hasta el momento, llega a su fin al finalizar 2019. La futura princesa de Gales tendrá que seguir sola su camino con todo lo aprendido de Catherine o bien contratar a una nueva profesional que sea de su extrema confianza.
El tabloide inglés recoge que Catherine Quinn ha renunciado a su puesto tan solo dos años después de aceptarlo debido a lo absorbente que es este tipo de trabajo. Es un trabajo que requiere una serie de exigencias e implicación completa por lo tanto también ocupa el tiempo de la vida de Quinn y ella pretende ahora volver a recuperar su vida para poder dedicar espacio a las labores caritativas y solidarias, como siempre había hecho.
Aunque a nosotros esta renuncia nos pueda sonar de lo más normal, en la casa real británica debe haber sentado como un jarro de agua fría dado que lo habitual es que, en este cargo, las secretarias y tutoras personales de las futuras princesas se queden en su empleo, como mínimo, diez años.
Sin ir más lejos, Rebecca Prestley, estuvo mano a mano con Middleton desde que se casó en 2011 hasta 2007 y, además, llevaba diez años trabajando en el entorno de la familia real. Este cese voluntario de Quinn deja a Kate más desamparada que nunca y es que hace un mes escaso que Sophie Agnew, su ayudante más fiel, fue despedida desde Palacio porqué su trabajo resultado ‘redundante’.
Por necesidad, Kate Middleton deberá contratar a una nueva mujer de confianza y, con suerte, le durará muchos años y es que ahora que Meghan y Harry se han separado de su asociación benéfica, tiene que dar la cara junto a Guillermo más que nunca.
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