Khloé Kardashian recuerda el día en que su madre, Kris Jenner, le vomitó encima

Kris Jenner y Khloé Kardashian credit:Bang Showbiz
Kris Jenner y Khloé Kardashian credit:Bang Showbiz

La familia Kardashian nunca ha tenido reparos a la hora de airear sus conflictos en público, entre otras razones porque sus programas de telerrealidad son su sustento económico y el motivo de su fama planetaria. Sin embargo, la nueva temporada de 'Las Kardashian', disponible en la plataforma Disney+, ha conseguido rizar el rizo para seguir sorprendiendo a los espectadores con anécdotas cada vez más surrealistas.

La quinta temporada arranca con fuerza, ya que Khloé Kardashian (39) echa la vista atrás para rememorar dos traumáticos episodios de su adolescencia. Con tan sólo 14 años, la joven estaba aprendiendo a conducir y, en una ocasión, su madre Kris Jenner (68), le pidió que llevara a sus hermanas mayores, Kourtney (45) y Kim (43), al colegio. Kris no dudó en mentir a su hija y asegurarle que había recibido una licencia especial, expedida supuestamente por el gobierno californiano, que la habilitaba para ello antes de conseguir el preceptivo permiso.

"No me juzguéis hasta que no os pongáis en mi lugar. Esa licencia del gobierno fue una auténtica mentira. ¡Vamos a ir a la cárcel!", comenta en una escena del episodio. Pero eso no es lo peor: en otra ocasión, Khloé se vio obligada a ponerse una vez más al volante para traer a su madre a casa después de una noche de excesos por parte de Kris. "Mamá estaba fatal. Estábamos sólo ella y yo. Iba conduciendo por la autopista. Tenía 15 años, era demasiado para mí. Ella había sacado la cabeza por la ventanilla. Y no hubo aviso", explica.

Y se produjo la fatalidad. Kris no pudo contener las náuseas y devolvió buena parte del alcohol ingerido, salpicando todo el coche y a su propia hija. "Y me dio de lleno. Y empecé a llorar. No paraba de vomitar y yo sólo podía gritarle: '¡Mamá, por favor!'", cuenta. El abrigo de gamuza que en esos momentos llevaba Khloé, uno de sus preferidos, acabó arruinado. "Era lo más caro que nunca había tenido. Y la gamuza no tolera que le viertan nada ácido, ¿sabes?", lamenta.