Kim Kardashian no piensa abandonar la megamansión que compró con Kanye West

Kim Kardashian credit:Bang Showbiz
Kim Kardashian credit:Bang Showbiz

A diferencia de su antiguo esposo Kanye West, que parece que todavía no ha encontrado un lugar al que llamar hogar desde su divorcio, Kim Kardashian se siente muy cómoda en la megamansión que compraron en 2014 por 20 millones de dólares y que ahora está valorada en 60 millones tras un largo proceso de reforma que se alargó más de lo esperado.

La celebridad sigue viviendo allí con los cuatro hijos que tiene con su ex -North, de 11 años, Saint, de ocho, Chicago, de seis, y Psalm, de cinco- y no cree que vaya a mudarse nunca.

"Los mejores recuerdos que tengo de mi infancia están en nuestra casa familiar, y quiero crear esos recuerdos y un espacio seguro para mis hijos. Así que no me imagino mudándome", ha asegurado a la revista People. "Ya hemos creado recuerdos tan bonitos aquí".

La decoración minimanilista de la casa se llevó a cabo siguiendo una visión muy concreta de Kanye, que quería crear una especie de monasterio futurista donde existe una habitación dedicada exclusivamente a albergar una escultura acolchada de Isabel Rower. A día de hoy Kim ha aprendido a apreciar la simplicidad y la austeridad del interior, que según ella funciona como una instalación de arte inmersiva y como un espacio de juegos para sus hijos, todo al mismo tiempo.

"Mi casa es un santuario de calma muy necesario. Cuando entro en ella después de un día ajetreado, me invade una sensación de paz que me permite estar realmente presente con mis hijos. Al fin y al cabo, eso es lo que más importa".

Puede que la fundadora de Skims haya optado por los tonos blancos y apagados en los espacios comunes de la casa, pero es "otra historia" cuando se trata de las habitaciones de sus hijos. "Dejo que cada uno diseñe la suya, pueden desmelenarse con los colores que quieran", ha asegurado.