La adicción a las drogas de Esmeralda Pimentel que casi le cuesta su carrera
"Me estaba afectando mucho, ya no podía grabar"
Esmeralda Pimentel no solo es reconocida por su talento actoral, que evidencia en su trabajo en cine y televisión; la mexicana también ha sido valiente al hablar de los desafíos que ha enfrentado en su vida personal y en la industria del entretenimiento. Su firmeza al defender lo que considera justo, incluso cuando eso implica confrontar situaciones que otros prefieren dejar en la oscuridad, es algo que se celebra a sí misma.
Basta recordar cuando, en 2019, dio un paso al frente al compartir públicamente la experiencia de abuso sexual que vivió en la infancia; su objetivo no era solo crear conciencia sobre los peligros que corren los niños sino invitar a otras víctimas a alzar la voz.
Otro ejemplo vino un año después, en 2020, cuando, motivada por haber sido rechazada en múltiples trabajos por tener estrías, se unió a una campaña que se enfrentaba a los estándares de belleza impuestos por la sociedad. Aquella experiencia impactó su carrera y su percepción sobre la belleza.
Consistente con su naturaleza franca y abierta, Esmeralda aceptó revelar detalles íntimos sobre todas sus luchas, incluida la que tuvo contra las adicciones.
Durante su participación en el podcast “El rincón de los errores”, dirigido por Marimar Vega y Efrén Martínez, la actriz confesó cómo logró superar los abusos, su dependencia a las drogas y la pésima relación que tenía con su madre, que ha logrado sanar con el tiempo.
Una infancia que forjó su espíritu disruptivo
Esmeralda creció en un entorno machista y violento en Zapotlán el Grande, Jalisco. Desde una edad temprana, se vio sometida a críticas y etiquetas despectivas, tanto ella como su madre fueron juzgadas; la actriz era apenas una niña. Esta realidad la llevó a distanciarse de su lugar de origen, afirmando: "Llevo muchos años sin regresar a Zapotlán, porque lo recuerdo como un lugar donde no tenía libertad".
Esta sensación de sometimiento la impulsó a cuestionar el sistema social establecido, y a luchar por la autonomía a la que tanto aspiraba, marcando profundamente su crecimiento personal y su evolución en lo profesional.
Su infancia también fue lastimada por una dolorosa experiencia de abuso que mantuvo velada por su contexto familiar, que normalizaba el silencio ante estos hechos: Esmeralda dormía cuando un primo comenzó a tocarla. Su primera reacción fue acusar a su familiar con una autoridad: “Mi abuelita me dijo: ‘Cállate, no lo vuelvas a decir. Eso no pasó’”, declaró la actriz. Aquella respuesta la hizo sentirse desprotegida e incomprendida.
Lamentablemente para la actriz, esa no fue su única experiencia de abuso. Sin embargo, en esta segunda ocasión, sí fue escuchada, defendida y protegida. Fue un profesor quien la incomodó. De nuevo levantó la voz. Esmeralda le confió lo sucedido a su madre, quien, sin titubear, denunció al docente ante el director de la escuela. La falta de empatía de parte de esta figura llevó a la madre de Esmeralda a sacarla del colegio.
A pesar de lo traumáticas que resultan, estas experiencias la han fortalecido y la han impulsado a no permanecer indiferente ante el abuso: "Estoy muy atenta a lo que sucede a mi alrededor, especialmente si involucra a niños", confesó la actriz.
Cómo transformó el rompimiento con su madre en amor
Durante años, Esmeralda Pimentel llevó consigo un peso emocionalmente abrumador: el resentimiento hacia su madre por cómo había reaccionado ante las situaciones traumáticas que experimentó de pequeña.
Tras años en terapias y una profunda reflexión personal, madre e hija lograron alcanzar una reconciliación profunda y transformadora: "Por muchos años tuve una relación muy difícil con mi madre y la culpé mucho. Me cuestionaba por qué me sucedieron todas esas cosas estando ella presente. ¿Por qué no intervino? Fui injusta, enojada y resentida. Pero ahora, estamos en un lugar maravilloso".
La transformación ocurrió en una sesión crucial el año pasado, cuando ambas habían renunciado internamente a la posibilidad de mejorar su relación. Esmeralda había aceptado la idea de que su vínculo con su madre sería incómodo y doloroso por el resto de sus días, lo que la llevó a distanciarse emocionalmente.
Esta situación la impulsó a intentarlo una vez más: "Creo que el haber considerado la posibilidad de renunciar a mi madre fue lo que me hizo reconocer todo lo maravilloso que ella había sido y es", compartió.
Finalmente, Esmeralda se dio cuenta de su ceguera: su madre siempre estuvo presente, a pesar de las circunstancias difíciles. Ahora Esmeralda se observa como un espejo de su madre: hoy día acepta que la rebeldía que la caracteriza, la heredó de su madre.
Las relaciones que la han marcado
La vida personal de Esmeralda Pimentel también ha estado en el foco público debido a sus relaciones amorosas. Su primer gran amor público fue Osvaldo de León, con quien mantuvo una relación intermitente durante dos años. A pesar de que la pareja consideró contraer matrimonio, su relación terminó.
Posteriormente, se vinculó con el actor Alfredo Gatica, relación que finalizó después de algunos meses. Su noviazgo más largo y notorio fue con el actor Osvaldo Benavides, compañero de reparto en 'La bella y las bestias'.
A pesar de los rumores de compromiso y embarazo, la relación terminó dos años después, debido a rumores de infidelidad de Benavides con la actriz Michelle Renaud.
Sus experiencias sentimentales también le han dejado varios aprendizajes: “Mi ex expareja me abrió el corazón. Me extendió el corazón y me nutrió de muchos libros, de muchas terapias o muchas cosas que hoy son herramientas para mí”, reconoció.
Aunque no reveló el nombre del responsable de este crecimiento, dejó ver que esa persona ha sido crucial en su vida porque le ayudó a comprender que el enojo no debe ser un pretexto para lastimar al otro, sino una oportunidad para resolver los conflictos.
Otra de las relaciones que a nivel mediático generó mucha polémica fue la que sostuvo con la escritora Bárbara Arredondo. Esmeralda relata que con ella comenzó a explorar su libertad de amar: “Conocí a una mujer maravillosa de la cual, pues, me enamoré y esto atentaba contra todo mi sistema”.
Esta desafiante relación trajo consigo un proceso de autoaceptación y libertad, gracias a la cual ha dejado las etiquetas que definen su orientación sexual.
El punto de no retorno en su carrera profesional
Esmeralda Pimentel inició su trayectoria gracias a Nuestra Belleza México. Posteriormente, incursionó en la televisión, donde ha participado en producciones como 'El color de la pasión', 'La vecina' y 'Enamorándome de Ramón'. El gran salto llegó cuando trabajó en proyectos de Netflix, como ‘La bella y la bestia', 'Ahí te encargo' y 'Donde hubo fuego'.
Sin embargo, el camino no ha sido tan sencillo como podría parecer. En su búsqueda de alcanzar cierta espiritualidad, Esmeralda cayó en las drogas, situación que también logró superar: "Las dejé porque ya no había dinero y porque me estaba afectando mucho; ya no podía grabar".
Las confusas y turbulentas experiencias de vida que atravesó Esmeralda Pimentel, la llevaron a encaminarse hacia un difícil proceso de aceptación en el que ha abrazado sus sombras y errores: "Cada vez me acepto más como soy".
Actualmente, la actriz ha elegido complacerse a sí misma: el descubrimiento de su propia voz y esencia marcan su presente en la industria. No necesita más para apelar a su autenticidad y a seguir buscando su realización personal.