La burla al AIFA que trae de vuelta a Pepe Magaña, un actor que cayó en la trampa de sus propios excesos

Pepe Magaña criticó al AIFA y eso lo volvió tendencia. Sigue encasillado por su papel de profesor Villafuerte en 'Cachún Cachún Ra Ra'.  (Photo by Medios y Media/Getty Images)
Pepe Magaña criticó al AIFA y eso lo volvió tendencia. Sigue encasillado por su papel de profesor Villafuerte en 'Cachún Cachún Ra Ra'. (Photo by Medios y Media/Getty Images)

El nombre de Pepe Magaña se convirtió en tendencia este 26 de marzo y se extendió al día 27. Resultó extraño saberlo como fenómeno de impacto mediático debido a que es un actor distante de polémicas y escándalos. Afortunadamente no fue por una fatalidad. La trascendencia de su figura por 24 horas es porque se convirtió en un repentino “héroe” colectivo por su burla hacia el AIFA.

Se viralizó un video que muestra al actor sentado en solitario en la sala de abordar del Aeropuerto Felipe Ángeles. Acompañado de su equipaje aguarda el momento de partir. No hay nada ni nadie alrededor salvo la persona que lo graba. Pareciera el set de una enorme bodega abandonada de no ser porque son las instalaciones reales del AIFA.

Esa atmósfera de corte apocalíptico fue aprovechada por él para improvisar un sketch que simula ser un infomercial. Recurrió a sus dotes de comediante para ironizar sobre la operatividad de esta terminal aérea y criticar su funcionalidad:

“Si quieres descansar en estas próximas vacaciones de Semana Santa, no te vayas a Acapulco ni a Huatulco, ni a Miami. Vente al AIFA, al Aeropuerto Felipe Ángeles, donde no hay aviones ni gente. Uno está aquí muy relajado, muy a gusto, nadie te molesta. Aquí se la pasa uno muy feliz”.

Magaña fue celebrado por un amplio número de internautas. Una mayoría de comentarios coincidieron en vitorearlo porque se atrevió a decir de manera humorística y elegante lo que piensa la población en general sobre el AIFA, una obra puesta en marcha por el gobierno actual que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Algunas expresiones de apoyo que pueden leerse en redes son: “Pepe Magaña, eres mi héroe”. “Ojalá más actores hablaran igual que tú, sin miedo”. “Dijo lo que pienso”. “Qué gusto da tener comediantes de este nivel”. “Seré su fan desde hoy”.

Este video surge después de uno que se viralizó el pasado 24 de marzo y que fue protagonizado por otro comediante, Carlos Benavides, quien habló maravillas acerca del aeropuerto para contradecir a sus detractores: “Todos los vuelos están saturados. Hay vuelos que dicen que van llenos. Es mentira que nada más tiene seis puertas”.

Las palabras de Benavides fueron dirigidas específicamente al publicista Carlos Alazraki, al presentador Víctor Trujillo en su faceta de Brozo y al actor Héctor Suárez Gomís, personalidades que han cuestionado y criticado a López Obrador por el gasto efectuado para una infraestructura que en su opinión es inservible.

Magaña irrumpió de imprevisto en un debate que lo posicionó nuevamente en el mapa visual del público que hasta la fecha lo tiene encasillado en la memoria por su papel de Profesor Villafuerte en la serie ochentera Cachún Cachún Ra Ra. Nuevas generaciones apenas supieron de su existencia descubriéndolo en su rol de comediante y sin conocimiento de su pasado.

Detrás del humor que hoy lo tiene en el centro de la conversación a sus 64 años, Pepe Magaña alberga en su interior una historia de crudeza ligada a la vida penitenciaria como consecuencia de la fama desbordada como ‘cachún’.

El éxito de la serie se apoderó de él mediante el descontrol en todos los sentidos. Fue víctima de sus propios excesos: drogas, alcohol y sexo. Siendo un hombre casado en la época de esplendor de Cachún Cachún Ra Ra afectó su relación y su vida por sostener amoríos con varias mujeres, entre ellas la esposa de un comandante policíaco.

El comandante no dejó pasar por alto la infidelidad de su pareja y se encargó de castigar al actor por lo sucedido. Emprendió una venganza que consistió en detener a Magaña para inventarle el delito de tráfico y venta de drogas. Además de inculparlo lo sometieron a un proceso irregular para su sentencia, que fue de siete años y cuatro meses.

“Yo vendía alcohol y cerveza para sobrevivir. La vendía tres o cuatro veces más de lo que se vende en la calle y hay que pagar a los de seguridad”, declaró al programa De primera mano.

Encarcelado en el Reclusorio Norte encontró en la venta de estas bebidas un mecanismo de supervivencia; la muerte respiraba en la nuca de los reos al interior de la prisión por la exigencia de pago de cuotas y gastos por protección. Magaña corrió con “suerte” al haber entablado amistad con el narcotraficante Caro Quintero, un capo respetado que estaba al pendiente del actor.

Del medio artístico, Rafael Inclán fue un colega que estuvo al tanto de él con visitas: “Se formaba cada ocho días, entonces se pasaba dos o tres horas para entrar a verme”. Carmen Salinas fue una compañera de profesión que también le tendió la mano cuando más lo necesitó.

La condena se redujo a tres años y un mes. Puesto en libertad debió reinventar su destino partiendo de la aclaración pública que no era traficante y que nunca había vendido drogas, tal como se satanizó su imagen con la información sobre su encarcelamiento.

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