La copia de nuestros archivos digitales, una sana costumbre

(Foto: htomari/Flickr)

Les tengo que decir una verdad de la vida: los discos rígidos se rompen y pueden perder todo lo que tenían allí almacenado. Desde información laboral hasta la primera foto del hijo en brazos de la madre, perdidos para siempre. Y generalmente los discos tienen la maldita costumbre de romperse cuando uno no había realizado un backup. No olvidemos, tienen partes móviles, y estas se mueven a gran velocidad. Siendo tan fácil asegurarnos de tener una copia de resguardo, no hacerlo es una picardía que puede resultar cara.

No piensen que a ustedes no les puede pasar. Todos corremos el riesgo de que se nos rompa un disco.

El otro día se acercó a mi escritorio de la redacción del diario donde trabajo, un reportero gráfico al borde del llanto. El disco duro de su notebook, de 500 GB, no había querido trabajar más. Huelga por tiempo indefinido. Allí estaban guardadas las imágenes de varios años de labor, algunas de ellas nunca publicadas, por lo que no había de dónde obtenerlas. Otras podían ser verdaderas obras de arte tomadas con una Canon o una Nikon. Le expliqué que lo veía muy difícil de solucionar y que como última opción quizás le convendría ir a un experto en recuperar datos de discos dañados, pero que le iba a salir cara la apuesta y que tal vez no se conseguiría nada. Mi amigo dijo que no le importaba. Y no le salió barata su falta de backup. Es que la operación se realiza en determinadas condiciones de asepsia en el lugar de operación. Finalmente, la historia tuvo un final feliz: se recuperó casi la totalidad de la información almacenada. El costo: 6 mil dólares, más el valor de un disco rígido externo.

Hay algunas máximas para seguir con nuestros archivos digitales. Primero, hacer copias. No una, ya que las leyes de Murphy se cumplen. En mi caso, yo hago copia en tres discos rígidos externos. También tenemos la opción de guardar información en la Nube. Por ejemplo, si compramos la licencia anual del paquete Office de Microsoft nos dan capacidad de almacenamiento de 1 TB en la Nube. Tanto los móviles con Android como los de Apple acompañan la función de almacenamiento en la Nube, una cantidad gratis, y si queremos más, habrá que pagar. Si nos roban o perdemos el smartphone, todas las fotos que teníamos allí volverán al logearnos a un nuevo celular.

Podemos también comprar discos rígidos inalámbricos que traen software para que cada vez que creamos un archivo en nuestra computadora o lo modificamos, se haga una copia automáticamente en el dispositivo externo.

Por esto, sigamos la ley que es preferible que sobre y no que falte. Seamos organizados y guardemos los archivos por temas y por fecha, de manera que cada vez que busquemos algo sea fácil de encontrar.

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