La emotiva historia de cómo el hijo de Erika Buenfil conoció a su hermana jugando
Convertirse en madre fue una decisión que a Erika Buenfil la llena de orgullo y defiende a capa y espada, especialmente porque el padre de su hijo Nicolás se negó a estar presente durante el embarazo y gran parte de su vida. Pero la actriz sabe que ser la única en la vida del joven no le es suficiente, por lo que ha tenido que ceder y respetar los acercamientos con una familia que hasta hace pocos años le era desconocida.
Antes de ser conocida como la reina de TikTok, Buenfil fue una de las actrices más populares y solicitadas en casi todos los escenarios de entretenimiento: desde sus novelas en Televisa (Aprendiendo a amar, Amor en silencio, Marisol); importantes roles en teatro (Como tú lo deseas, Una cena con-movida); en el cine (Cementerio de terror, Ladrones de tumbas); hasta trabajos destacados como conductora (XE-TU, Hoy).
A mediados de la década de los 2000, Ernesto Zedillo Jr. (primogénito del expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León) conoció a la artista y sostuvieron una relación secreta (él además estaba comprometido). Ella quedó embarazada pero cuando Zedillo Jr. le dijo que no estaba preparado para esa responsabilidad, se separaron, y siempre mantuvo en secreto la identidad del padre del niño.
Hasta que en 2008 la conductora Inés Gómez Mont en un programa de Ventaneando develó su secreto. "Toda la cuestión de mi maternidad, y él no decir quién era el papá... cuando la noticia (es) confirmada, me senté con Nicolás y le dije 'con lo que me alcances a entender, pasó esto'. Le conté más o menos la historia en su lenguaje, 'se fue, pero no quiere decir que no te quiera', todas estas cosas que uno maneja para no lastimarlo, y me dijo 'ya sé'", contó en una reciente entrevista en Netas divinas.
La revelación hizo que Erika enfermara. "Me salió una bola en la tiroides, de que dicen que uno somatiza, que atora, se hace un nudo en la garganta, literal; donde no puedes hablar muchas cosas, te tienes que callar muchas cosas, donde hay un miedo porque también es una familia importante en el país. Yo no quería sacar ningún tipo de ventaja, yo quedé embarazada. Punto".
El acoso mediático no se hizo esperar y pronto su casa fue sitiada con periodistas, cámaras y micrófonos que buscaban una declaración. Incluso pidió que su familia no respondiera el teléfono en su domicilio. Pero sabía que debía dar la cara para retomar un poco de su tranquilidad. "Estaba en la mañana haciéndome mis huevitos con jamón y dije 'a la primera llamada que entre, voy a contestar, al que caiga, fue Javier Poza, ¡qué suerte!, porque sus preguntas nunca fueron ni lastimosas ni hirientes".
Dado este primer paso, no le quedó más que seguir repitiendo el tema hasta que Televisa, la empresa con la que ha trabajado desde el inició de su carrera, le pidió volver a callar. "Fue una entrevista bien hecha, con cuidado, pero para responderle a la contraparte (a TV Azteca)", recordó.
Buscar a la familia ausente
Fue en agosto de 2022 en una entrevista con Isabel Lascuráin cuando Erika Buenfil reveló más detalles sobre su maternidad en solitario, cómo fue que conoció a Ernesto Zedillo Jr, y sobre todo cómo fue que Nicolás y su padre se encontraron por primera vez.
Sin ahondar en detalles sobre cuándo ella y su expareja restablecieron comunicación, ni la fecha -"en algún punto nos pasamos los teléfonos", dijo-, la actriz reveló la dramática reunión entre padre e hijo, en la que no estuvo presente.
"(Estaba con una amiga) en un restaurante, me entra una llamada y me dice (Nicolás) 'mamá, me está tratando de contactar, que me quiere conocer, que viene para la casa'", relató Buenfil. La noticia la tomó completamente desprevenida y decidió tomar rumbo hacia su casa, pero antes habló con su expareja. "Le marco, 'sí, no te preocupes, voy para su casa', porque iba a ser el cumpleaños de Nicolás, que le iba a llevar su regalo", dijo en aquella ocasión.
Sin embargo, Nicolás y las hijas de Ernesto Zedillo Jr ya habían tenido encuentros.
"Coincide con sus hermanas por Internet. Viene la pandemia, enciérrense, y entonces los chicos empiezan a jugar un poco más juegos de video y entonces recibo una llamada de parte del papá para decirme si mi hijo se llamaba (en los juegos en línea) 'Príncipe azul' o no sé qué. Le grito a Nicolás '¿tú te llamas así?', 'sí'. (Ernesto) me dice 'pregúntale si está jugando con 'Cenicienta', vaya, no recuerdo los nombres, '(Nicolás), ¿tú estás jugando con una niña que se llama tal?', 'sí'. Entonces me dice Ernesto 'es que es su hermana'", contó en la reciente entrevista.
Una vez finalizada la llamada entre los adultos, Erika le avisó a su hijo quién era la persona con la que había estado interactuando. "Ellos, los hermanos, se encontraron por Internet. La niña sí sabía quién era Nicolás, pero Nicolás ni idea. Entonces ahí empiezan a comunicarse, jugando, a mí me dio mucha emoción porque además él le empieza a decir a todos sus amigos que estaban conectados '¡estamos jugando con mi hermana!'. Se me salía el corazón y creo que se llevan muy bien y eso me da mucho gusto porque no está solito. Gracias a Ernesto que lo permitió".
Erika recordó que la primera vez que tuvo que hablar con Nicolás sobre quién es su padre, el entonces niño tenía unos 6 o 7 años y cuando en la escuela tenía que explicar la razón de un padre ausente, este decía que era hijo de padre divorciados. "Él lo decidió, yo en ningún momento dije; sí curó un poquito este run-run de esta cosa que le preguntan y así lo resolvió. Creo que nuestros hijos se empiezan a acostumbrar y a entender y a resolver a su manera. Ya hable con él perfectamente, ya ve a su papá sin problema, pero pasó mucho tiempo. Ya curó sus heridas, un poquito, de alguna manera".