La historia de “La Reina Virgen” y el poeta que inventó el inodoro, (pariente de Kit Harrington)
El utilísimo invento del inodoro se lo debemos a un poeta y a una reina. La reina fue Isabel I de Inglaterra conocida como “La Reina Virgen”, ya hablaremos del porqué se la llamaba así. El poeta fue Sir John Harrington, que no escribió malos versos satíricos, pero que no serán recordados por tener la mala suerte de compartir época con William Shakespeare. Con Shakespeare al lado no hay quien destaque, claro. Pero, vamos a la curiosa historia de por qué un poeta acaba inventando el Water Closet.
La Reina Isabel I fue todo un personaje. Isabel decidió no casarse jamás, a pesar de que la principal tarea del cualquier reina era un heredero al trono. Pero, la Reina fue una mujer tan obstinada y segura de su propio criterio. Consiguió convencer a la Corte Inglesa del siglo XVI de que para ella la propia Inglaterra era su esposo. Inglaterra debía ocupar todos sus pensamientos y casarse sólo sería una distracción para sus verdaderas obligaciones. Como la Cámara de los Comunes insistió en que la Reina debía perpetuar su dinastía con un matrimonio y su propia descendencia y entonces la Reina Isabel disolvió la Cámara durante cuatro años. Después de esta decisión nadie volvió a llevarle la contraria.
Además de no querer casarse, Isabel I estaba obsesionada con varias cosas. Una era que se la recordara por haber sido una reina virgen. Y lo consiguió. Isabel I es recordada como “La Reina Virgen” a pesar de que tuvo innumerables amantes. Casarse no se casó, pero enamorase, o simplemente romancear, lo hizo y mucho. Otra de sus obsesiones fue la juventud. Isabel I se fue maquillando el rostro cada vez con mayor palidez, según fue cumpliendo años. La Reina Isabel I quería un rostro virginal y pálido como símbolo de juventud y pureza. Isabel no salía de sus aposentos sin previamente haberse sido maquillada con multitud de polvos blancos.
La limpieza fue su tercera gran obsesión. A pesar de sus excentricidades, Isabel I fue una mujer adelantada a su tiempo en muchos aspectos. La Reina aprobó unos postulados muy progresistas conocidos como “las leyes de los pobres” para asegurar a los más desfavorecidos unos mínimos para sobrevivir. Pero Isabel I también se afanó mucho en lograr una Inglaterra más aseada, más saludable. Y si este objetivo no era fácil de lograr fuera de palacio, al menos dentro de los muros de su Corte Isabel quería conseguirlo. Y aquí es cuando entra en esta historia el poeta y el inodoro.
John Harrington nació en el palacio de Isabel I, pues fue el hijo de una de sus doncellas. El joven John disfrutó de criarse dentro del palacio porque la Reina Isabel le adoptó como ahijado oficial. Hay que señalar que la Reina tuvo 102 ahijados oficiales, que de alguna manera suplían la descendencia de “La Reina Virgen”. Con la prebenda de contar con el favor de la Reina, John vivió de manera acomodada y pudo dedicarse a lo que más le gustaba: escribir versos. De hecho, fue la Reina Isabel I en persona quien insistió al joven John para que se convirtiera en poeta. Pero sus versos satíricos enseguida empezaron a resultar conflictivos para la Corte. John mostraba en sus rimas conceptos demasiado críticos y rebeldes para la Corona. Finalmente la Reina Isabel I expulsó a John Harrington de palacio.
Como el inteligente y pragmático John conocía de la obsesión de la Reina Isabel por la limpieza, ideó un obsequio para ella con el que pudiera lograr su perdón. John describe en su relato “La metamorfosis de Ajax” una especie de gran orinal con un sistema de vaciado propio. Hasta ese momento lo único existente eran orinales que se vaciaban lanzando sus desechos por la puerta, o por la ventana, de las casas. John Harrington le prometió a la Reina construirle un artefacto que hiciera más higiénico el asunto de las evacuaciones gástricas. Prometido y hecho. Y algunos nuevos inodoros se instalaron en palacio. Sin embargo, como todo hombre adelantado a su época paga las consecuencias. La Corte no terminó de ver con buenos ojos aquel invento del poeta y lo tachó de inútil y hasta sucio. Las ironías de la vida. El asunto es que la Reina hizo más caso a su Corte que a su ahijado. Isabel no le permitió a John Harrington patentar el invento del inodoro y además le desterró a las campañas bélicas para que escribiera sobre guerras.
Curiosa manera de conducirse la vida: Una reina obsesionada con la pulcritud y la limpieza en todos los ámbitos, que acaba por desterrar al poeta que le sirve en bandeja uno de los más sanitarios inventos de la historia. Y si alguien debe saber bien lo injustas que resultaron la vida y la historia con John Harrington seguro que es Kit Harrington, uno de los protagonistas de “Juego de tronos”. Kit, el famoso Jon Snow de la popular serie de televisión, es descendiente de John Harrington y seguro que conoce esta fabulosa historia de su pariente el poeta inventor del inodoro.