'La familia P. Luche': el placer culposo de los mexicanos creado por Eugenio Derbez
Eugenio Derbez hoy goza de un prestigio sin precedentes. El Óscar que ganó como parte del elenco de CODA es una prueba latente de ello. Sin embargo, el actor y director mexicano ha tenido que vivir toda una odisea para llegar al sitio que ocupa hoy en día. En esa ruta, hay un punto de quiebre que hasta la actualidad sigue marcando su vida profesional: La Familia P. Luche.
Hay pocos productos que puedan relacionarse más con Eugenio que aquel programa de principios de siglo encargado de convulsionar a la televisión mexicana. En realidad ya había esbozado los personajes y la tónica del programa en algunos sketches que hizo para Derbez en cuando, el programa de comedia que lo puso en la cima de la barra cómica de Televisa. Sin embargo, en La Familia P. Luche confluyeron todos los recursos que Derbez venía trabajando desde la época de Al derecho y al Derbez, su primera incursión como capataz al frente de un programa.
La idea vio luz el 7 de diciembre del 2002, fecha en la que se emitió el primer capítulo. El plan estaba diseñado para actuar con el efecto de bola de nieve, pues las aventuras de Ludovico P. Luche pronto se convirtieron en el fenómeno televisivo del momento. Cada capítulo era esperado por una audiencia que recibió con los brazos abiertos el humor ácido del programa. Claro que la presencia de Consuelo Duval, que dio vida a Federica, tuvo una importancia sustancial, debido a que ejercía un rol protagónico que se conjugaba a la perfección con el personaje de Ludovico.
Bibi, Junior y Ludoviquito eran el complemento perfecto y quizá más que eso: en muchos episodios las historias giraban en torno a sus personalidades, en una fórmula que bebe directamente de Los Simpson. Desde luego que el tono del programa mereció diversas críticas negativas. Y era de esperarse. La Familia P. Luche fungía como un compendio de todo lo que puede ser criticable: Televisa, Derbez, humor negro, guiones retorcidos plagados de los peores estereotipos mexicanos, y el acaparamiento mediático que suele hartar a los espectadores ajenos al gusto por determinado programa.
El éxito fue rotundo durante la primera temporada, que terminó el 3 de marzo de 2004. Para ese momento estaba claro el principal mérito de Eugenio Derbez: convertir su programa en el gusto culposo preferido de la audiencia mexicana. Por alguna razón, y aunque no es exactamente algo digno de aplaudir, todos los niños de la época conocían los chistes locales de la serie y los trasladaban a la vida ordinaria.
Por ejemplo la frase “¿Por qué no eres una niña normal”, que todos los integrantes de la familia le dirigían a Bibí, se convirtió en un cintillo de uso popular, pese a lo despreciable del contexto. Era bullying a todas luces y lo han reconocido los propios protagonistas de la historia. “Claro, eso es bullying a infantes. Pero bullying durísimo, yo creo que es el peor bullying del universo a la Bibí. Los niveles de crueldad son elevados”, dijo Consuelo Duval en una entrevista con Escorpión Dorado.
Y es que tampoco se puede ocultar el sol con un dedo. Derbez recurrió al manual de telebasura en un sinfín de ocasiones para construir personajes, escenas y capítulos enteros. Si algo se le puede reconocer a Eugenio es que todo el tiempo fue transparente con sus intenciones: no buscaba una comedia sofisticada ni tampoco una comedia blanca. Él ponía las cartas sobre la mesa y decidía cómo repartirlas.
La audiencia aceptó el juego, pero con reservas. La Familia P. Luche se mantuvo en la cima de la barra cómica durante el tiempo que se estuvo al aire sin ser motivo de admiración. Es difícil que alguien sostenga a este programa como su show preferido, pues sería inevitable ruborizarse al aceptar algo así. Pero a decir del éxito rotundo y atemporal, esta producción cumplió con el plan de conquistar a un público masivo. Las redes sociales están repletas de chistes referentes al show, tal es el caso del grupo de Facebook TV Abierta Posteo, en el que miles de internautas traen a cuento escenas que les parecieron divertidas.
El proyecto terminó en 2012 con la emisión de la última temporada. También destaca como mérito de la producción haber mantenido al elenco original durante diez años, algo muy complicado de lograr en la televisión de cualquier época. Al día de hoy, el programa más trascendente en la carrera de Eugenio Derbez puede verse en México a través de Distrito Comedia. Y vaya que la gente lo sigue viendo, aunque en público muchos puedan renegar de programa y adjudicarse valores estéticos que les impedirían ver contenido de ese tipo. Todos lo hemos visto y no hay modo de negarlo. Es el gusto culposo mejor adoptado en muchos años. Increíble o no, su creador tiene un Óscar en su currículum.