La hazaña de Silvia Pinal para salvar a ‘Viridiana’, un clásico del cine, del franquismo y el Papa Juan XXIII

Viridiana, el poster original de 1961. (Photo by LMPC via Getty Images)
Viridiana, el poster original de 1961. (Photo by LMPC via Getty Images)

En 1961 el Festival de Cine de Cannes entregó la Palma de Oro a dos películas. Una de ellas fue Una larga ausencia, de Henri Colpi, y la otra Viridiana, de Luis Buñuel. Pero la anécdota rescatable no está en el inédito doble galardón otorgado sino en la milagrosa exhibición del filme protagonizado por Silvia Pinal durante la competición. Pudo verse en el festival gracias a que logró entrar de contrabando a Francia.

Viridiana fue considerada una película “maldita” por el gobierno de Francisco Franco, que emprendió una campaña de censura para su proyección en España y una cacería para destruir ese trabajo por cuestionar supuestamente al régimen. El Vaticano, bajo el papado de Juan XXIII, se sumó a la prohibición y persecución del filme por considerarlo “inmoral”. No querían que se viera de ninguna forma.

Los censores del franquismo y la Iglesia católica consideraron repugnante toda la trama porque narra las intenciones de un amor prohibido (tío con sobrina) y evoca al pecado con simbolismos sexuales. Pero fue el final lo que más causó molestia en ambos sectores porque, en su interpretación, Buñuel promovía la depravación y el degenere con la alusión a un trío sexual.

Mientras que Italia accedió a la petición de no exhibir Viridiana y se deshizo de las copias que tenía, México aceptó la solicitud de cerrar sus salas a ese filme en caso de recibir alguna copia del material. Enterada de lo que sucedía fuera de Francia y sabiendo que había dos copias por proteger, Silvia Pinal entró en acción para salvaguardarlas arriesgando su carrera y su propia integridad.

La actriz mexicana sabía que el director, ella y miembros del staff artístico de Viridana eran vigilados. Comprendía también que en caso de cruzar fronteras estaban expuestos a que sus equipajes fueran revisados de forma minuciosa. Por eso recurrió a la táctica de bordar el magazine a su vestimenta. Bien tapados y cubiertos para no sufrir el efecto de velación, rollos de película se los cosió al interior de sus prendas.

Una de las copias se la dio a guardar al torero Luis Miguel Dominguín, padre de Miguel Bosé. El señor enterró el material en su jardín hasta que lo desenterró para efectuar exhibiciones privadas de la obra que estaba en el ojo del huracán. Esto llegó a oídos del gobierno franquista y de inmediato procedieron a decomisar esa copia.

La segunda fue salvada por Pinal a manera de proeza. Se cosió los rollos, pasó la aduana mexicana argumentando que traía filmes familiares de sus vacaciones que no cabían en el equipaje y se los entregó a amigos íntimos para que los escondieran. A preguntas expresas de la prensa en aquella época, la actriz respondía que no sabía nada acerca de la existencia de más copias salvo la que se vio en Cannes y de la cual tampoco tenía idea acerca de su paradero. Hasta la fecha se dice que ésta fue la que salvó, entiéndase la que le dio la Palma de Oro a Viridiana.

Tuvieron que pasar 16 años para que la película pudiera exhibirse sin restricciones. Con la caída del franquismo y Pablo VI en el papado (más flexible que su antecesor con el cine), Viridiana pudo verse en 1977 alrededor del mundo, incluyendo México, país que durante los gobiernos de Adolfo López Mateos (1958-1964) y Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970) apoyó la censura.

Para 1977 hubo público que no se escandalizó con lo que vieron en pantalla. Por el contrario, se mostraron incrédulos ante toda la polémica que se generó alrededor de una novicia (Silvia Pinal) queriendo ser desposada por su tío Jaime (Fernando Rey). No era para menos su reacción, muchas cosas habían cambiado desde principios de los 60’s a casi finales de los 70’s. El planeta era otro.

En cambio, críticos cinematográficos, cinéfilos y académicos sí recibieron con asombro y beneplácito ese filme por tratarse de Luis Buñuel y porque confirmaban lo que para algunos expertos es la mejor actuación de Silvia Pinal en toda su trayectoria. Asimismo, corroboraron lo que se escribió tiempo atrás acerca de ella.

El crítico mexicano Emilio García Riera pudo verla en Cannes en 1961 y escribió lo siguiente en su texto: “Viridiana, como es sabido, ha sido anatematizada por el franquismo y por el clero más reaccionario. La libre exhibición de la película debe ser propugnada por todos los espectadores. De Viridiana se podría escribir todo un libro sin agotar sus significados y sugerencias. Debe verse varias veces. Es la obra de un hombre sincero, sientan el valor moral de escucharlo”.

Pinal daba razón a ese escrito con la práctica. Admiró mucho a Buñuel, más aún con esta película. La actriz dimensionó su participación en Viridiana como lo más “sublime” que como intérprete pudo hacer debido a la sinceridad del realizador español para contar esa historia. Amó tanto a su personaje que por eso llamó así a su hija que fallecería en 1982 víctima de un accidente automovilístico.

Previo al fallecimiento del cineasta español en 1983, Silvia Pinal acudió a visitarlo en su lecho de muerte. Él no la reconoció como Silvia, ni como la señora Pinal, sino como Viridiana. Viéndola con gusto, le repitió ese nombre un par de ocasiones más. Ella lo tomó como un halago y como símbolo del cariño que ambos le tuvieron a una pieza que los marcó para siempre y que integra la lista de las mejores películas de la historia.

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