La historia que resume a la perfección a la reina Isabel II

La reina Isabel II de Gran Bretaña (a la derecha) mostrando al rey Abdullah de Arabia Saudita ejemplares de la Colección Real en la Galería de Cuadros del Palacio de Buckingham en Londres, el 30 de octubre de 2007. La reina Isabel II dio una bienvenida lujosa al rey Abdullah de Arabia Saudita el martes, al comenzar una visita de Estado en medio de airadas protestas y titulares en los que acusaba a Gran Bretaña de los fracasos antiterroristas. La reina, junto a su esposo, el príncipe Felipe, y el primer ministro Gordon Brown, dieron la bienvenida formalmente al rey en el Desfile de Guardias a Caballo en el centro de Londres, donde pasó revista a los guardias de honor con sombreros de piel de oso. FOTO AFP/AKIRA SUEMORI/WPA POOL (Crédito: AKIRA SUEMORI/AFP vía Getty Images)

La reina Isabel II fue una monarca que batió récords.

Gobernó durante más tiempo que cualquier otro rey o reina de la historia británica, viajó más por el mundo que cualquier otro gobernante y su matrimonio con el príncipe Felipe fue el más largo de la historia.

Además de batir récords, la reina Isabel II tampoco temía romper moldes. Esa característica de su personalidad se aprecia mejor en una anécdota que involucra al entonces príncipe heredero Abdullah de Arabia Saudita.

La fascinante historia, revelada en las memorias del diplomático británico sir Sherard Cowper Coles, cuenta cómo la reina “aterrorizó” al príncipe llevándolo en un viaje espeluznante por los terrenos de Balmoral, lo cual representó una sorpresa para el gobernante de un país donde las mujeres no pueden conducir.

“Se supone que no debes repetir lo que dice la reina en una conversación privada”, escribió sir Cowper-Coles.

“Sin embargo, la historia que me contó en esa ocasión, la escuché más tarde de su protagonista, el príncipe heredero Abdullah de Arabia Saudita, y es demasiado divertida como para no repetirla”.

El enviado británico a Afganistán y Pakistán, Sherard Cowper-Coles, llegando al Ministerio de Relaciones Exteriores para una reunión en Islamabad el 24 de abril de 2009. El 24 de abril, combatientes talibanes comenzaron a evacuar un distrito de Pakistán donde el gobierno desplegó fuerzas adicionales bajo la presión de Estados Unidos para evitar que los radicales se acercaran más a la capital, según funcionarios. FOTO AFP/Farooq NAEEM (Crédito: FAROOQ NAEEM/AFP vía Getty Images)

En 2003, el príncipe Abdullah, que era el gobernante de facto de Arabia Saudita tras el derrame cerebral que sufrió su hermano, el rey Fahd, fue invitado a visitar Balmoral y almorzar con la reina.

Sir Cowper-Coles rememoró: “después del almuerzo, la reina le preguntó a su invitado real si le gustaría dar un recorrido por la finca.

“Abdullah, el urbanita príncipe saudí, se mostró vacilante al inicio pero finalmente accedió animado por su ministro de Relaciones Exteriores”.

“Llevaron los Land Rover reales delante del castillo”.

Una fotografía de grupo del rey Abdullah de Arabia Saudita (a la derecha) con la reina Isabel II (a la izquierda) y el duque de Edimburgo (en el centro) antes del banquete de Estado en el Palacio de Buckingham en Londres, después del primer día de la visita de los reyes saudíes. (Foto de John Stillwell - PA Images/PA Images vía Getty Images)

“Según el protocolo, el príncipe heredero se subió al asiento delantero del primer Land Rover, con su intérprete ocupando el asiento posterior”.

“Para su sorpresa, la reina se subió al asiento del conductor, giró la llave y partió”.

“Las mujeres todavía no pueden conducir en Arabia Saudita y Abdullah no estaba acostumbrado a que lo llevara una mujer, mucho menos una reina”.

“Su nerviosismo no hizo más que aumentar cuando la reina, que condujo vehículos del Ejército en tiempos de guerra, aceleró el Land Rover por las estrechas carreteras escocesas, hablando sin parar”.

“A través de su intérprete, el príncipe heredero imploró a la reina que disminuyera la velocidad y se concentrara en el camino que tenía delante”.

Tal vez el príncipe no sabía que la reina fue entrenada para conducir ambulancias y trabajar como mecánico de camiones durante la Segunda Guerra Mundial, lo que significa que durante todo el tiempo estuvo en manos expertas.