La influencia de las princesas de Disney en la imagen corporal

Estudio revela datos sorprendentes sobre la influencia de las princesas de Disney en la imagen corporal
¿Las princesas de Disney tienen un impacto positivo o negativo en los niños? Las conclusiones difieren. (Ilustración fotográfica de Victoria Ellis para Yahoo Noticias; fotos: Getty Images, Everett Collection)

Después de décadas analizando cómo las princesas de Disney pueden afectar la autoimagen de sus jóvenes fanáticos, un estudio nuevo realizado con una muestra pequeña ha concluido que es más probable que estos personajes hagan más bien que mal.

La investigación, publicada en la revista Psychology of Popular Media de la Asociación Americana de Psicología, analizó el impacto de las princesas de Disney en la confianza de los niños en el transcurso de un año, enfocándose específicamente en la estima corporal y el rol de género. Tras analizar a 340 niños que vivían en Denver, Colorado, los resultados mostraron que tener una princesa favorita mejoraba dichas áreas.

"En el caso de los contenidos infantiles, las personas suelen criticar o desdeñar lo que gusta a los niños, especialmente a las niñas", dijo en un comunicado de prensa Jane Shawcroft, estudiante investigadora de doctorado en el Departamento de Comunicación de la Universidad de California, Davis y autora principal del estudio. "Las princesas de Disney realmente son importantes para los niños pequeños y también debemos reconocer la relevancia de los contenidos enfocados en las mujeres y que cuentan historias sobre estas".

El estudio ha llegado en un buen momento ya que la película Barbie de Greta Gerwig rompió récords de taquilla y está permitiendo que las personas reevalúen su relación con la icónica muñeca de Mattel. Al igual que la película, el estudio de Shawcroft proporciona una perspectiva evolucionista del impacto de las princesas de Disney puesto que ha tenido en cuenta los personajes modernos favoritos, como Moana, la princesa polinesia que debutó en 2016 y representa un impulso hacia la diversidad y la inclusión.

¿Por qué hay controversia?

Hasta el momento, todos han coincidido en que las princesas de Disney han tenido una gran influencia en la cultura pop, particularmente en los más jóvenes, que las han idolatrado desde el debut de Blancanieves y los siete enanitos en 1937. Sin embargo, todavía no existía un consenso sobre si esa influencia era positiva o nociva.

Un estudio de 2004 se fue por la vertiente negativa: al enfocarse en los mensajes sobre la belleza y la delgadez en los contenidos infantiles, la autora principal Sylvia Herboz concluyó que las películas de Disney Cenicienta y La Sirenita concentraban “la mayoría de los mensajes relacionados con la imagen corporal” del contenido de video analizado. El ideal corporal representado en esas películas, según el estudio, era eurocéntrico y delgado, algo que en un estudio de 2015 se consideró un factor que influía en la insatisfacción corporal en las niñas.

Esta idea se convirtió en un punto focal en otras obras, como el libro de Peggy Orenstein de 2011 Cenicienta se comió a mi hija, así como Princess Recovery de Jennifer Hartstein y The Princess Problem de Rebecca Hains. El hilo conductor de estos libros fue la preocupación que albergaban los padres a inicios de 2010 por un entorno mediático saturado de representaciones muy específicas y limitadas de la belleza y la feminidad.

Sarah M. Coyne, investigadora de la Universidad Brigham Young, amplió esos descubrimientos en su investigación de 2016, en la cual descubrió que las niñas, en especial, podían ser víctimas de la influencia de los “estereotipos particularmente dañinos” que representaban los cuentos de princesas y la apariencia de esos personajes. También constató que las niñas con peor estima corporal se implicaban más con las princesas de Disney durante más tiempo.

Pero en 2021 Coyne tenía una nueva visión de ese impacto, sobre todo teniendo en cuenta la evolución de los cuentos de princesas. “Nuestro estudio anterior indicó que la cultura de las princesas tuvo un efecto negativo a corto plazo. Pero eso cambia con el tiempo”, dijo refiriéndose a la actualización de sus hallazgos.

“Ahora estamos viendo que la cultura de las princesas tiene efectos positivos a largo plazo en la perspectiva de género”. Además, en aquel momento Coyne le contó a Yahoo Vida y Estilo que descubrió que tanto los niños como las niñas que estaban “realmente interesados en la cultura de las princesas se adherían menos a la masculinidad hegemónica [tóxica]... y era más probable que vieran a las mujeres en igualdad de condiciones... Así que ese fue el gran hallazgo que hizo noticia: las princesas como fuerza curativa para gran parte de esa masculinidad tóxica que vemos retratada en los medios”.

En ese momento, tanto Moana como Elsa y Anna de Frozen ya habían encarnado un nuevo tipo de princesa de Disney en la que la apariencia no desempeñaba un rol protagónico.

El estudio de Shawcroft publicado en agosto tuvo eso en cuenta, ya que clasificó a las princesas como delgadas, promedio y por encima del promedio/sobrepeso con el objetivo de perfilar mejor las diferentes maneras en que los niños interactuaban y jugaban con ellas y descubrir qué relación guardaba el tipo de cuerpo del personaje con eso. En última instancia, fue la actividad física con la que se asociaron las princesas “promedio”, no su estética corporal, lo que contribuyó a una mayor estima corporal en los niños que las preferían.

“Corren, escalan montañas enormes y luchan contra cosas”, dijo Shawcroft. “En el caso de estas princesas, sus historias versan más sobre lo que pueden hacer con sus cuerpos que sobre cómo lucen esos cuerpos”.

Por el contrario, las princesas con cuerpos delgados no tuvieron un impacto directamente negativo en la imagen corporal del niño.

Perspectivas

Las princesas de Disney son la puerta de entrada de los niños al ideal corporal

“Creo que los padres piensan que la cultura de las princesas de Disney es segura. Esa es la palabra que escucho una y otra vez: es ‘segura’. Sin embargo, si realmente nos sumergimos en ello y queremos abrazarla, los padres también deberían considerar el impacto a largo plazo de la cultura de las princesas... Las princesas de Disney representan algunos de los primeros ejemplos de ideal delgado al que se exponen las niñas. Como mujeres, vemos ese ideal durante toda nuestra vida, pero realmente comienza con las princesas de Disney, a los tres o cuatro años”. Sarah M. Coyne, 2016

Estas historias perpetúan el estereotipo de “lo bello es bueno”

“Un análisis de contenido de videos infantiles populares reveló que en la gran mayoría de ellos (84%), el atractivo físico femenino se asoció con la sociabilidad, la amabilidad, la felicidad o el éxito... Los personajes más rellenitos son representados como malvados, poco atractivos, antipáticos y crueles”. – Sylvia Herbozo, 2004

El papel de la princesa ha evolucionado positivamente

Con el paso del tiempo, los roles de las princesas han cambiado dejando de ser completamente pasivas o incluso dormidas durante los rescates finales en historias como Blancanieves y los siete enanitos, La Cenicienta y La Bella Durmiente, para ayudar al príncipe en Pocahontas y Mulan... El papel de princesa conservó su feminidad a lo largo del tiempo, algo por lo cual fue recompensado, pero también se expandió para incorporar algunas características tradicionalmente masculinas”. —Lara Descartes, 2011

Las princesas con roles activos y cuerpos promedio pueden aumentar la confianza infantil

“Las princesas con un cuerpo promedio ejercen un efecto protector, ya que fortalecen la confianza de los niños en sus propios cuerpos y les permiten jugar de diferentes maneras”. — Jane Shawcroft, 2023

Los padres pueden reforzar las perspectivas positivas de las princesas de Disney

“Concéntrate en la humanidad detrás de cada princesa, no solo en su apariencia. Las princesas como Moana son personajes profundos llenos de pasión y bondad. La historia no versa sobre su apariencia sino sobre perseguir tus sueños y descubrir quién eres. Los padres pueden reforzar esas cualidades interpersonales para ayudar a sus hijos a crecer. Podemos mostrarles que las princesas tienen una gran profundidad más allá de su apariencia”. —Sarah M. Coyne, 2021 (en una actualización de sus resultados de 2016).

Kerry Justich