La lección que Imanol Landeta aprendió tras dejar la TV para ser empresario
POR Alejandro Feregrino-. La decisión que Imanol Landeta tomó de abandonar su carrera como cantante y actor fue tan radical que en 2009 se alejó para siempre de los sets y los escenarios y se dedicó durante muchos años a un negocio bastante diferente: administrar un estacionamiento.
Digo que fue radical porque incluso reprimió la vena artística con la que nació; no sólo dejó de grabar discos, incluso abandonó la guitarra y dejó de cantar.
"Me metí a estudiar administración y mientras estoy estudiando me entero de que se va a concursar un estacionamiento", recordó en una entrevista para el canal de youtube 'Envinadas'.
Invitó a su hermano Jordi a participar en el proyecto, concursaron y ganaron la licitación. Ahí comenzó a sentirse cómodo en un negocio en el que no importaba si perdía o no el cabello.
"Tuvimos que aprender de la noche a la mañana. Teníamos nuestro catre en la oficina, entonces recibíamos a nuestro equipo de trabajo, despedíamos a nuestro equipo de trabajo, dormíamos en la oficina, nos cruzábamos al gimnasio a bañarnos, regresábamos y recibíamos a todos. Fue una etapa pesada pero bien divertida".
Una exitosa carrera
Hijo del actor Manuel Landeta, Imanol nació para el escenario. Cuando tenía cinco años participó en la obra de teatro de Plaza Sésamo y, desde ese momento hasta su retiro prematuro, prácticamente nunca dejó de actuar.
Protagonizó la obra de teatro Marcelino, Pan y Vino y participó en una decena de telenovelas, entre ellas El niño que vino del mar, De pocas, pocas pulgas y Código postal.
También grabó cinco discos y ofreció cientos de conciertos en México, Latinoamérica y Estados Unidos.
Durante esa etapa fue el galán de todas las adolescentes, incluidas otras actrices de su generación, como Daniela Luján, quien durante la entrevista en 'Envinadas' le confesó entre lágrimas de emoción que era su admiradora número uno.
Aunque en una entrevista en 2021 Imanol confesó que la caída del cabello fue otra poderosa razón por la que decidió abandonar los escenarios, pues las oportunidades comenzaron a escasear, el hijo de Manuel Landeta aseguró que, en el fondo, siempre estuvo la preocupación por tener un estilo de vida con un ingreso estable y no depender del llamado de los productores.
Adiós a la actuación
Para ello fundó una casa productora, pero el negocio no le gustó y vendió su parte. Fue entonces que llegó la oportunidad de administrar estacionamientos y decidió dejarlo todo.
"No debí haber soltado una liana antes de agarrar la otra, pero es tan intenso el mundo artístico, es tan celoso que te absorbe. Aventé fuego a mis barcos y los quemé, me retiré".
Después, incursionó en el mundo de los bienes raíces donde ha tenido una carrera exitosa, pero siempre -reconoció en la entrevista- sintió que algo le faltaba.
Fue en la pandemia que decidió sacar y dar rienda suelta a su lado artístico. Reabrió su página de Internet y la convirtió en un blog en el que comparte sus colecciones de pintura y, después de muchos años, decidió tomar nuevamente clases de guitarra.
"No abandones tu esencia"
"Han pasado cuantos años y, entonces, el año pasado, de pronto dije ‘¿Sabes qué, güey? Tienes que retomar todas tus cosas. Tienes una fibra artística que no puedes ocultar. Acéptala, quiérela, abrázala y dale'".
No obstante, dejó en claro que esto no significa que volverá a la actuación, aunque es precavido al asegurar que ‘nunca digas nunca’.
Eso sí, aunque seguirá en el mundo de los negocios -pronto saldrá al mercado su marca de mezcal, Malacría-, aseguró que nunca más reprimirá su lado artístico.
"No abandones tu esencia y ese es un mensaje que yo le doy siempre a mi hija, nunca dejes de ser tú por lo que te digan que debiera ser".