La 'María Magdalena' del cine mexicano que tuvo detrás al matrimonio entre una "princesa" y un revolucionario

Medea de Novara interpretó a María Magdalena en el cine mexicano. La actriz nació en Liechtenstein.  (Photo by LMPC via Getty Images)
Medea de Novara interpretó a María Magdalena en el cine mexicano. La actriz nació en Liechtenstein. (Photo by LMPC via Getty Images)

La Semana Santa es un periodo idóneo para ver películas que abordan historias religiosas relacionadas a estas fechas. Funciona para revisar títulos que en ocasiones llevan a prestar atención a lo que hay detrás de ellos, es decir, las tramas reales sobre sus rodajes o miembros del staff. Tal es el caso de María Magdalena: Pecadora de Magdala (1946), de Miguel Contreras Torres.

Respaldándose en el evangelio de Mateo, el director ofrece una versión sobre la prostituta que busca la redención por conducto de su fe en Jesús de Nazaret tras el arrepentimiento que siente por su vida pasada. Ella es el personaje principal de este filme pionero en la recreación de la pasión de Cristo en la cinematografía mexicana.

Es un trabajo notorio en varios aspectos. Utiliza efectos especiales adelantados para su época que muestran, por ejemplo, la ascensión de María Magdalena. La producción es fastuosa y el vestuario es impecable.

A nivel artístico fue un parteaguas para el actor que interpretó a Jesucristo, Luis Alcoriza, quien aprendió lo suficiente de Contreras Torres para empezar a explorar su vocación como guionista y a forjar sus inquietudes como cineasta. Primero se convirtió en un escritor notable en colaboración con Luis Buñuel y después inició una prolífica carrera como director.

La actriz que personificó a María Magdalena fue Medea de Novara, una mujer con un entramado de vida digno de película. Nació en un país europeo que hasta la actualidad no supera una población de 40 mil habitantes, Liechtenstein. Enclavada entre Suiza y Austria, esta pequeña nación se rige bajo el sistema de una monarquía constitucional. En 1905, al interior de su capital, Vaduz, Medea vino al mundo.

Maravillada por los albores del cine y distante de acceder a él estando en un territorio prácticamente alejado de esa modernidad, se aventuró a cruzar el océano en barco para dirigirse a Hollywood. Allí tocó puertas a mediados de la década de los 20 para buscar oportunidades como actriz y se las abrieron. Aparte de encontrar trabajo, halló al amor de su vida, el director Miguel Contreras Torres.

Ambos colaboraron juntos en la etapa definitoria de la transición del cine mudo al cine sonoro. Él como director y ella como actriz, se afianzaron en la industria nacional con piezas como María Magdalena: Pecadora de Magdala, última aparición de Medea de Novara en la pantalla grande para dar paso a entregarse a su familia. Previamente hizo junto a su marido Zitari (1931), La noche del pecado (1933), Juárez y Maximiliano (1933), Tribu (1934) y La paloma (1937).

Contreras Torres también fue un personaje en su recorrido de vida. Perteneció a las tropas de Venustiano Carranza durante la Revolución Mexicana. Tuvo el rango militar de Mayor, grado castrense con el que se retiró del Ejército en 1923 para dedicarse de lleno al cine como guionista, realizador y productor.

En la década de los 50, Contreras Torres se erigió como un hombre clave en defensa de la exhibición y la distribución de películas en México. Emprendió una lucha contra el empresario William Jenkins, magnate estadounidense que dominaba un monopolio para decidir qué se veía y qué no, marginando y discriminando a filmes nacionales que a su vez no tenían oportunidad ni derecho para recuperar la inversión de su producción, pues no había espacios para mostrar esas obras. Jenkins era dueño de todas las salas del país.

La batalla del cineasta con el objetivo de una sana competencia y democratización del cine para favorecer a creadores nacionales lo llevó a publicar El libro negro del cine mexicano en 1960. En ese texto aborda la realidad de una industria que favorece a terceros y perjudica a quienes se encargan de crear por los caprichos de un hombre con poder que controla la exhibición. Torres Contreras fue uno de los cineastas que, dadas las circunstancias, impulsó los círculos alternativos con teatros alquilados para exhibir sus películas de manera independiente, o clandestina.

Cuando se supo que su esposa era europea y provenía de una pequeña nación con principado, se asumió que era miembro de la realeza. Entonces surgieron leyendas urbanas: que era integrante de la monarquía, que era princesa, que pertenecía incluso a la casa real austriaca. Quizá una de las más sonadas fue que su marido le compró el castillo de Gutenberg, ubicado en Balzers, Liechtenstein, cuando se trata de un patrimonio arquitectónico que es una construcción histórica perteneciente al Estado.

Medea de Novara y Miguel Contreras Torres dejaron como legado una filmografía que incluye su exploración a María Magdalena, mujer a la que en su ficción redimen permitiéndole alcanzar la gloria eterna y plasmarlo tal cual con una imagen que es alucinante y poderosa si se toma en cuenta que se mostró en 1946.

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