La mente maestra tras el éxito comercial del Hijo del Santo

Gabriela Obregón pasó de actriz y productora en los '90 a ser la mente creativa del éxito comercial del Hijo del Santo. (Photo by Victor Chavez/WireImage)
Gabriela Obregón pasó de actriz y productora en los '90 a ser la mente creativa del éxito comercial del Hijo del Santo. (Photo by Victor Chavez/WireImage)

La década de los noventa fue crítica para la industria cinematográfica mexicana a nivel general. La producción de filmes vino en picada en todos los sentidos. El costo financiero para levantar proyectos era alto, por lo tanto, poca gente con capital quería invertir en cine. Eso repercutió en apostar al formato de video para hacer películas, lo que se tradujo en baja calidad audiovisual. Fue también un lapso de reinvención, y una de las personalidades que lo intentó en ese periodo fue Gabriela Obregón.

A principios de esa década comenzó a despuntar como actriz en títulos como Retrato de una mentira (Gilberto de Anda, 1990), Instinto de supervivencia (Gilberto de Anda, 1991), Traficantes de niños (Ismael Rodríguez Jr, 1992), Cambiando el destino (Gilberto de Anda, 1992) y Ya la hicimos (Rafael Montero, 1994). Cuando parecía ascender en su carrera actoral, y de forma intempestiva, dejó de aparecer en pantalla. No obstante, su nombre figuraba en los créditos de otras películas como productora y productora ejecutiva. Una de ellas fue Sin remitente (1995), de Carlos Carrera. Sin embargo, desapareció del escenario cinematográfico.

No se supo de ella hasta años después porque se convirtió en la esposa de El Hijo del Santo. Quienes tenían noción de su pasado en el cine, la identificaron rápido. Quienes no, creyeron que simplemente se trataba de la pareja del luchador. Ambos coincidieron cuando se realizó y estrenó Santo: la leyenda del enmascarado de plata (Gilberto de Anda, 1993), película protagonizada por el heredero plateado.

Pero que no haya tenido presencia pública no significa que se haya retirado. Gabriela Obregón trasladó su experiencia como productora hacia la lucha libre al posicionar al Hijo del Santo como un gladiador estelar y una marca comercial exitosa. Es el propio luchador quien ha reconocido el aporte de su esposa como la estratega que definió el rumbo deportivo y mercadológico del nombre de El Santo. Así se lo hizo saber a Yordi Rosado en su podcast.

La defensa del legado que ha emprendido El Hijo del Santo para proteger los derechos de imagen de su padre y todo lo relacionado a él tiene como punto de partida a la mente maestra de Gabriela Obregón, quien conminó a su marido a registrar el nombre tanto por protección como para uso comercial. Hoy día existe una tienda que oferta productos oficiales, lo cual es consecuencia de haber atendido esa laguna en materia de propiedad intelectual.

Para no extrañar el cine, Gabriela Obregón retornó a él como productora y directora. ¿Con cuál película? Con el documental El hombre detrás de la máscara (2013), un trabajo que cuenta qué significa ser hijo del Santo y quién es el hombre que vive bajo la identidad de El Hijo del Santo.

El matrimonio sigue vigente. El luchador recientemente apareció en el reparto de Cassandro (Roger Ross Williams, 2023), película que narra la vida del exótico cuyo nombre real es Saúl Armendáriz. En tanto, Gabriela Obregón sigue distante de los reflectores. ¿Será que ahora con las oportunidades que representan las plataformas de streaming volverá a la acción como productora, actriz o directora? Tiempo al tiempo.

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