Excluir a María Félix, la decisión que arruinó el remake en Hollywood de un clásico mexicano

En el Festival de Cannes de 2018, Martin Scorsese dejó claro cuál es su película mexicana favorita. (Photo by Vittorio Zunino Celotto/Getty Images for Kering)
En el Festival de Cannes de 2018, Martin Scorsese dejó claro cuál es su película mexicana favorita porque presentó una copia restaurada de ese filme. (Photo by Vittorio Zunino Celotto/Getty Images for Kering)

Están por cumplirse 100 años de haberse filmado y estrenado Enamorada, obra emblemática de Emilio ‘Indio’ Fernández que está ubicada entre las 100 mejores películas mexicanas de toda la historia. Es también uno de los títulos favoritos de Martin Scorsese entre sus gustos de todos los tiempos.

Su aprecio por el filme lo puso de manifiesto en 2018 cuando se encargó de presentar la copia restaurada en el Festival de Cannes. En su ponencia resaltó la importancia que tiene ‘el Indio’ como realizador y el valor histórico que posee la película a nivel mundial como pieza representativa de México.

La historia cuenta cómo el general Reyes (Pedro Armendáriz), líder de una tropa zapatista, que se enamora de Beatriz (María Félix), la agreste e indomable hija de uno de los hombres más ricos y notables de Cholula, Puebla, una ciudad que es tomada por los revolucionarios para confiscar bienes de las familias adineradas.

Entre los atractivos que cautivan a Scorsese de Enamorada se encuentra el aspecto visual de Gabriel Figueroa por su “extraordinaria fotografía en blanco y negro”. El interés estético hacia el trabajo de Figueroa lo llevó a sentir un apego especial por los fotógrafos mexicanos al grado de que su cinefotógrafo de cabecera actual es Rodrigo Prieto, nominado junto a él por Killers of the Flower Moon en la edición 96 de los premios Oscar.

No era la primera vez que Scorsese compartía su fascinación por el filme. En 2015 lo eligió para rendir homenaje al cine mexicano de la época de oro que organizó el Festival Lumiére de Lyon, Francia.

Enamorada y el Festival de Cannes tienen un idilio especial. En lo que va del siglo XXI, el festival rinde un tributo periódico a esta pieza dirigida por Fernández. Le tiene cariño, por no decir que le hace honor a su título. En 2005 se efectuó una exhibición especial de playa en Cannes al presentarse como un clásico. En 2018 se proyectó junto a otros 30 filmes de corte internacional considerados clásicos y así traerlos del pasado al presente.

Yendo más atrás, el Festival de Cannes, al igual que la mirada de Martin Scorsese, quedó maravillado con el estilo de Gabriel Figueroa. El romance entre el fotógrafo y el certamen tuvo su mejor momento en 1946 cuando fue galardonado con el premio a Mejor fotografía por María Candelaria, dirigida también por Emilio ‘Indio’ Fernández.

El caso de Enamorada trascendió a Hollywood. Ante el éxito que tuvo en México y las críticas favorables que recibió alrededor del planeta, se le propuso a Fernández hacer una versión de corte hollywoodense del mismo argumento en 1949, es decir, tres años después. La única condición que le pusieron era utilizar a otra actriz que no fuera María Félix.

La producción de Bert Granet le hizo saber que sí querían a Pedro Armendáriz como el protagonista masculino del remake, pero que el protagónico femenino debía recaer sí o sí en Paulette Goddard, célebre estrella del cine mudo que trabajó al lado de Charles Chaplin y que con la llegada del cine sonoro quiso mantenerse en planos estelares durante la década de los cuarenta.

La exigencia para tener a Goddard tenía una poderosa razón financiera: ella era productora asociada del proyecto. Quería el rol principal, interpretar a la mujer que personificó María Félix. Para que se hiciera notorio que habría diferencias entre una y otra, el personaje de Goddard se llamó María Dolores Peñafiel (nombre que fusionó los nombres de Dolores del Río y María Félix); la mujer a la que da vida Félix se llamaba Beatriz.

Se modificó el título original del filme para que tampoco chocara con la versión mexicana. En inglés se dio a conocer como The Torch, mientras que en español se le tituló como Una mujer rebelde y/o Del odio nace el amor para su exhibición y distribución fuera de Estados Unidos. Igualmente que Enamorada, se respetó la permanencia de Gabriel Figueroa en la cámara.

A diferencia de la mexicana, la versión hollywoodense no tuvo el efecto esperado, sobre todo porque el público estadounidense de aquellos años no conectó con una trama ambientada en la Revolución Mexicana. Por otra parte, significó el fin del periodo de esplendor para Paulette Goddard, quien no pudo acomodarse a la transición del cine mudo al cine sonoro y en la década de los cincuenta se inclinó por la televisión.

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