La redención de Ariel López Padilla como padre tras la trágica muerte de Mariana Levy

Ariel López Padilla en una conferencia de prensa en el 2023 en México. (Photo by Adrián Monroy/Medios y Media/Getty Images)
Ariel López Padilla en una conferencia de prensa en el 2023 en México. (Photo by Adrián Monroy/Medios y Media/Getty Images)

El fallecimiento de Mariana Levy en 2005 repercutió en la relación padre-hija de Ariel López Padilla con María Levy. Con el paso de los años lograron vencer el distanciamiento inicial que hubo entre ellos para reconstruir el lazo familiar y que hoy día los tiene a ambos muy unidos.

El actor se encontraba en Miami cuando le avisaron que su expareja y madre de su hija había muerto. De inmediato quiso volar a México para encontrarse con su nena, a la que no había visto en 5 años, pero la familia Levy Fernández le solicitó no hacerlo para evitar escándalos mediáticos y conflictos personales, esto debido a que el trato con Talina Fernández, madre de la actriz, no quedó en buenos términos después de la separación de Mariana y Ariel en 1998.

Preocupada por el bienestar de María, Talina Fernández se comunicó con él para preguntarle qué hacer con la niña. Vivían en países distintos, él era un hombre desconocido para ella, la abuela era el ser más amado para la pequeña que en ese entonces tenía 9 años. López Padilla pidió tiempo para pensar y encontrar una solución.

“Hablé con mi mamá, que es terapeuta, y le pregunté qué hacer. Me dijo: 'tú ahorita no puedes hacerle un doble duelo a esa niña. La niña ha estado cinco años sin ti, eres prácticamente un extraño. Irse a Estados Unidos, un lugar que no conoce… Tiene que estar con su abuela para ir menguando”. Era lo mejor para María”, comenta a Matilde Obregón en el canal de YouTube de la periodista.

La comprensión de abuela a abuela influyó para tomar una de las mejores decisiones en beneficio de la niña. Primero ayudó a que Talina Fernández retomara comunicación con Ariel López Padilla mediante trato cordial para que él viera por las necesidades básicas de su hija y posteriormente para que fueran acercándose poco a poco uno al otro.

Luego de esos primeros acercamientos, María estrechó el vínculo con su padre. La relación entre ambos vivió su momento más determinante cuando ella cumplió 14 años. Entró en una crisis que la llevó a buscar a su papá para solicitar su ayuda y cercanía. Fue allí cuando él recibió la gran oportunidad de redimirse y reinventarse como figura paterna.

Sin pensarlo dos veces, López Padilla renunció a la estabilidad financiera, profesional y laboral que tenía en Miami para retornar a México con el propósito de estar con su hija. No le importaba empezar de cero, lo único que quería era ser el papá que María merecía tener, sobre todo en una etapa de la adolescencia en la cual experimentaba varios cambios.

“Cuando María me habló y me dijo 'papá, te necesito', entendí que era una señal de alarma y dije 'vámonos'. Yo era profesor en la Universidad Internacional de Florida, tenía trabajo con Telemundo, estaba trabajando para programas de estudios del gobierno de Florida. Me vine para acá. Me contrataron muy bien (en Televisión Azteca)", recordó.

Por fortuna encontró empleo rápido para hacer la telenovela juvenil Quiéreme tonto junto a Litzy y Yahir. Su retorno a México no solamente le trajo la posibilidad de reconectar con María, sino también una sorpresa para volver a creer en el amor. En Fundación Azteca conoció a Paulina Mancilla, su actual esposa y mamá de sus hijos Julia y Santiago.

"Después de grabar, con mucho éxito, los viernes y sábados por la noche me encontraba solo. Tenía una casa con tres recámaras por si María se quería ir a vivir conmigo. Me vi y era Batman, pero sin Alfred, sin nada. Y llega Paulina, mi mujer", cuenta.

Feliz de volver a amar y aprovechando la conexión con su hija, López Padilla se fijó en algo importante de la personalidad de su hija, el gusto por la fotografía. Detectó que tenía fascinación por lo visual, así que le obsequió una cámara profesional para que reafirmara su interés por tomar fotos y para que tomara con seriedad sus metas.

"El primero que le regaló una cámara fotográfica fui yo. Carísima en aquel entonces. Le dije: 'si realmente te apasiona, empieza a hacerlo con los instrumentos adecuados, porque si vas a sacar instantáneas no te vas a dar cuenta de lo que se trata la fotografía'", explicó.

Aquella cámara significó más de lo que creyó. Actualmente María es fotógrafa. Entre los retratos que ha capturado con su lente están las convivencias con su padre, con sus medios hermanos y el hogar Padilla Mancilla que igualmente es su hogar. Disfruta de esa armonía familiar que su padre le ha ofrecido como una integrante más.

Por ahora continúa en el fortalecimiento de su lado espiritual, un objetivo que apoya López Padilla porque eso le ha permitido a María sanar todas las heridas del pasado y reconciliarse con lo que ama. En tanto, el actor se suma a esa idea de fortalecer el espíritu, por lo que disfruta de ser uno más como cualquier ciudadano. Emula a Keanu Reeves al viajar en transporte público y andar en la calle. No quiere lujos, ni una vida extravagante, sólo vivir tranquilamente como cualquier persona.

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