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Brasilia, 8 ene (EFE).- El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, encabezó este miércoles una ceremonia en recuerdo de la asonada golpista del 8 de enero de 2023 con un fuerte discurso en defensa de la democracia y una invitación al "diálogo y la armonía". El acto concluyó con un simbólico "abrazo a la democracia" realizado en la Plaza de los Tres Poderes, donde se concentran las sedes de la Presidencia, el Parlamento y la Corte Suprema, que hace dos años fueron asaltadas por miles de activistas de extrema derecha que exigían un golpe militar. Ese movimiento fue el corolario del convulsionado proceso que comenzó tras las elecciones de octubre de 2022, en las que el líder progresista derrotó al ultraderechista Jair Bolsonaro, quien no aceptó la pérdida e instó a desconocer el resultado. "Hoy es un día para decir que si todavía estamos aquí y estamos vivos es porque la democracia esta viva" declaró Lula, para afirmar "dictadura nunca más, democracia siempre". También aludió a planes de asesinato que la investigación sobre la intentona golpista ha desvelado. "Esos desequilibrados que creían que era fácil tomar el poder querían asesinarme y matar también al vicepresidente Geraldo Alckmin y al magistrado Alexandre de Moraes", de la Corte Suprema, afirmó. Lula invitó a la sociedad a "renovar la fe en el diálogo entre los opuestos y la armonía entre los poderes", sobre los cuales dijo que en dictaduras "solo están concentrados en manos de fascistas". Durante las ceremonias también fueron presentadas 21 obras de arte restauradas después de ser destrozadas por los golpistas en 2023, entre las que figuran un valioso reloj suizo de 1808 y el mural 'As Mulatas', del modernista Di Cavalcanti. Un acto simbólico, con más ausencias que presencias Fue un acto de mucho simbolismo aunque con escaso calor popular, que reunió a miembros de los tres poderes del Estado, pero no en el más alto nivel de representatividad, así como a autoridades militares y a un millar de militantes del oficialista Partido de los Trabajadores (PT). Hubo ausencias de peso, explicadas por el receso en los poderes Legislativo y Judicial, que retomarán sus trabajos en febrero. No asistieron el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, en el exterior de vacaciones, ni el jefe de la Cámara baja, Arthur Lira, cuyo padre está en delicado estado de salud. Tampoco estuvo el presidente de la Corte Suprema, Luis Barroso, aunque envió un mensaje leído por el magistrado Edson Fachin, en el cual reiteró su condena a lo ocurrido en 2023. Con el país político pensando ya en las presidenciales de 2026, los mayoritarios partidos de centro también se ausentaron y llamaron a la "pacificación" desde un péndulo que en años preelectorales suele oscilar hacia izquierda y derecha a la espera de definiciones. La ultraderecha niega el golpe e insiste en la amnistía El bolsonarismo, que tampoco estuvo en el acto, se concentró en las redes sociales, en las que organizó conferencias en directo con fuertes críticas a los juicios por el asalto a Brasilia y defendió una amnistía para los golpistas que intenta promover en el Congreso. El diputado Eduardo Bolsonaro anunció que su padre, líder de la extrema derecha, fue invitado por Donald Trump a su investidura el próximo día 20 en Washington, por lo que ha vuelto a pedir la devolución de su pasaporte, retenido por la Corte Suprema, que lo investiga como supuesto mentor del asalto en Brasilia de 2023. También insistió en negar que el 8 de enero de 2023 haya habido un intento de golpe y reafirmó la tesis de la ultraderecha de que eran solo "viejitas y personas desarmadas" que expresaban de forma "pacífica" su descontento con la victoria electoral de Lula. La Justicia, sin embargo, ha abierto 1.552 acciones penales que hasta hoy han llevado a 371 condenas por golpe de Estado y otros delitos contra la democracia. Además, la Policía Federal ha imputado a Bolsonaro y a 39 personas de su entorno por conspiraciones destinadas a impedir la investidura de Lula, convencida de que esas tramas desembocaron una semana después en el intento golpista del día 8. El informe policial está en manos de la Fiscalía General, que en las próximas semanas decidirá si acusa formalmente ante el Supremo a Bolsonaro y los otros imputados. (c) Agencia EFE