Cómo evitar las pérdidas de visión del glaucoma, la enfermedad de Laura Matamoros

(Foto: Europa Press Entertainment/Europa Press via Getty Images)
Laura Matamoros tiene dañado el nervio óptico debido a un glaucoma, la misma enfermedad que sufre su padre. (Foto: Europa Press Entertainment/Europa Press via Getty Images)

Algunos hábitos vinculados a la pandemia, como pasar más tiempo delante de pantallas, permanecer en espacios interiores o reducir las visitas a consulta, han empeorado la salud ocular de los españoles.

Esas nuevas rutinas podría incluso provocar pérdidas de visión irreparables, según el informe ‘Visión de Futuro, la salud ocular en tiempos de coronavirus’; sobre todo, en el caso de aquellos pacientes con patologías previas o no detectadas. Laura Matamoros es una de las afectadas.

La influencer ha contado que le han diagnosticado glaucoma: “tengo dañado el nervio óptico, veo muy poquito y de la mitad del ojo para abajo apenas tengo visión” . Tras el susto inicial, llegó a pensar que era un tumor o esclerosis múltiples, se ha puesto en manos de uno de los especialistas más conocidos del país, el doctor Fernández-Vega, y ya está en tratamiento

(Instagram Laura Matamoros)

“Tenía muchas vibraciones, no en el párpado sino en el ojo, y en los aviones cuando subía sentía mucha presión. Además, sentía unos pinchazos muy profundos. Fui al oftalmólogo, y cuál fue mi sorpresa, tras hacerme las pruebas que me tenía que hacer me derivaron corriendo para hacerme un TAC. Fue el peor día de mi vida, sin saber qué me podía pasar. Tras descartar que no tuviera un tumor, había que desacertar los siguientes pasos, que eran la esclerosis múltiple”, explicó en su perfil de Instagram.

Con su testimonio da visibilidad al glaucoma, una patología que afecta a más de 64 millones de personas en todo el mundo y a más de 1 millón de españoles (2,13 por ciento), según el Consejo General de Colegios de Ópticos Optometristas (CGCOO).

Una enfermedad asintomática y sin cura

"El problema del glaucoma, explica la doctora Paloma Martínez de Carneros, es que como la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) y la retinopatía diabética son enfermedades que, en general, no producen dolor o síntomas agudos, sino una pérdida de visión muy progresiva”.

Por eso, muchos pacientes no han considerado prioritario acudir a revisión durante la pandemia: “Si no te das cuenta, la enfermedad va avanzando. El glaucoma, por ejemplo, es una patología asintomática en estadios iniciales, pero poco a poco va afectando al campo visual y al nervio óptico. De ahí la importancia de las revisiones anuales, especialmente a partir de los 40 o 45 años”, advierte la oftalmóloga.

Las señales que deberían hacerte sospechar

Al ser una enfermedad silente puede evolucionar hasta estadios avanzados sin que el paciente acuda al médico. Solo cuando ha llegado a un punto de cierta gravedad, el glaucoma da la cara con determinados síntomas que hacen necesario una revisión urgente de la presión dentro del ojo.

  • Visión borrosa.

  • Fuerte dolor de ojos y de cabeza.

  • Náuseas y vómitos.

  • Aparición de halos de colores alrededor de luces brillantes.

  • Pérdida de visión repentina.

Lamentablemente en estos casos puede ser demasiado tarde puesto que la pérdida de campo visual es irreversible.

No esperes a los 40 para hacerte una revisión

Es por ello que se hacen imprescindibles las revisiones oftalmológicas de rutina a lo largo de la vida adulta y a edades más tempranas en caso de existir factores de riesgo como antecedentes familiares o alta miopía.

Ten en cuenta que si no se detecta de manera temprana esta patología podría perjudican gravemente tu calidad de vida, ya que las personas con una mala calidad visual tienen un mayor riesgo de accidentes de tráfico, caídas, fracturas e, incluso, de un empeoramiento de problemas neuronales o psicológicos.

Así que no esperes a que sea tarde e investiga tus antecedentes familiares. Pregunta a tus padres, abuelos y/o tíos paternos y maternos si sufren esta u otras enfermedades oculares. Especialmente si han sufrido glaucoma o problemas de alta presión ocular. Quizá seas lo que médicamente se denomina ‘población de riesgo’ y no lo sepas.

Controla tu tensión ocular, si es alta puede indicar sospecha de glaucoma

Conocer y controlar nuestra tensión ocular es otra medida fundmental para saber si padecemos algún un trastorno ocular. Nuestros ojos están formados por un líquido que se llama humor acuoso. Este líquido hidrata nuestros ojos, fluye a través de la pupila hasta la cámara anterior de los ojos y se drena.

Cuando el humor acuoso no drena bien, se acumula y aumenta la presión intraocular del ojo, pudiendo dañar el nervio óptico, que transmite la información que captan nuestros ojos hacia nuestro cerebro.

El rango de presión intraocular normal está situado entre los 12 y 21 mmHG (milímetros de mercurio). Cuando existe glaucoma, la presión suele ser superior a este valor, aunque no siempre es así. En el glaucoma normotensivo la presión no supera los 21 mmHg a pesar del daño existente en el nervio óptico.

Para realizar un correcto diagnóstico del glaucoma es necesario estudiar la forma y color del nervio óptico, el campo visual completo, el espesor corneal y, sobre todo, medir la presión intraocular. La tensión intraocular aporta información de gran valor para conocer el estado de nuestros ojos y, de ahí, que sea necesario medirla durante las visitas oftalmológicas.

Como mínimo deberían tomarte la presión intraocular una vez al año, porque en la mayoría de los casos suele estar elevada. Esta prueba siempre debe ir acompañada de un examen del nervio óptico por parte del especialista.

Sigue el tratamiento indicado por el especialista y busca apoyo

Existen tratamientos médicos (colirios), láser y quirúrgicos que pueden ayudar a controlar el deterioro visual asociado al glaucoma.

El objetivo de todos ellos es detener o ralentizar la progresión de la enfermedad. Para conseguirlo se empieza por un tratamiento a base de colirios (conocido como “Presión Intraocular Objetivo”), que se suele establecer de forma individualizada y dinámica.

En el caso de Laura Matamoros, según ella misma cuenta, se está sometiendo a un tratamiento con unas gotas que se llaman Saflutan, que se utilizan cuando la presión en el interior del ojo es demasiado alta.

Además de visitar al especialista, puedes conseguir más información sobre la enfermedad y buscar apoyo en la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares (AGAF).

El autocuidado contribuye a una buena salud ocular

Según la Fundación de Investigación del Glaucoma (GRF) los alimentos que se deben evitar son aquellos que aumentan el estrés oxidativo del organismo, los cuales dañan las arterias. Los alimentos ricos en vitamina C y antioxidantes han demostrado ser beneficiosos para el nervio óptico. Por el contrario conviene evitar o limitar el consumo de sustancias estimulantes, como la cafeína o la taurina, que pueden alterarnos y afectar a tu visión.

Hacer ejercicio de manera regular puede ayudarte a reducir la presión intraocular. Y es importante controlar el estrés, dormir las horas necesarias y cuidar la postura. Es aconsejable elevar algunos centímetros la cabecera de la cama y no acostarse boca abajo.

“En muchas ocasiones nuestro cuerpo puede interpretar un alto nivel de cansancio como si fuese estrés, por eso es importante realizar un descanso de mínimo ocho horas, y hacer pequeñas paradas durante la jornada laboral que nos ayuden a descansar nuestra vista. Por otro lado, también es positivo aprovechar los momentos de ocio para reducir el tiempo de exposición a las pantallas y realizar otras actividades que nos permitan usar la visión lejana como pasear”, concluye el doctor Fernando Llovet, director médico de Clínica Baviera Madrid.

Más historias que podrían interesarte:

Tic nervioso en el ojo y temblor de párpados, dos avisos de que estás al límite

5 factores que podrían provocar ceguera

Por qué es importante controlar la presión intraocular tanto como la arterial