“Layla”: el crudo relato de amor no correspondido que expuso la fascinación de Eric Clapton por la primera esposa de George Harrison

Marzo de 1976: Eric Clapton y Pattie Boyd en el estreno del film Tommy, basado en la ópera rock de The Who, en Londres
Marzo de 1976: Eric Clapton y Pattie Boyd en el estreno del film Tommy, basado en la ópera rock de The Who, en Londres - Créditos: @Michael Putland

Sus reconocidas ductilidad y destreza sobre las seis cuerdas lo han convertido, sin ninguna duda, en uno de los más brillantes, influyentes y mejores guitarristas de la historia del rock. No obstante, y sin intenciones de negar ni menospreciar lo manifestado anteriormente, también es cierto que Eric Clapton es un destacado intérprete y consumado compositor.

Dentro de su vasto y celebrado repertorio sobresale una canción que no solo ha superado el paso del tiempo y se transformó en todo un clásico sino que también es considerada una de las más bellas y románticas melodías . La referencia va para “Layla”, un crudo y doloroso relato de amor no correspondido en el que el ex The Yardbirds abre su corazón y expone sus sentimientos por Pattie Boyd, la por entonces esposa de George Harrison. En su famoso estribillo expresa: “Layla, me tienes de rodillas/Layla, suplicando cariño, por favor Layla/Querida ¿no aliviarás mi mente preocupada?”.

Durante el rodaje de la película de Los Beatles A Hard Day’s Night, George Harrison conoció a Pattie Boyd, una de las modelos mas representativas del llamado Swinging London de la década del 60 y con quien, en 1966, contrajo matrimonio en el condado inglés de Surrey. Por aquel entonces, Clapton y Harrison habían forjado una gran amistad. De hecho, Clapton colaboró como guitarrista en “While my Guitar Gently Weeps”, tema de Harrison incluido en el White Album de Los Beatles aunque no figuró en los créditos. Por su parte, y tras el pseudónimo de L’Angelo Misterioso, George tocó el bajo en “Badge”, canción del álbum Goodbye de Cream, el trío que integraba Clapton. Fue precisamente en aquella época cuando comenzó a tomar forma la fascinación del músico con Pattie Boyd.

Eric Clapton, en tiempos en que las paredes de Londres amanecían con la leyenda
Eric Clapton, en tiempos en que las paredes de Londres amanecían con la leyenda "Clapton is God" (Clapton es Dios)

Más allá del envío de algunas cartas en donde le confesaba su amor, Clapton apeló también a sus dotes compositivas para conquistarla. Y así fue que junto con el baterista Jim Gordon escribió “Layla”. El título del tema está inspirado en Layla y Majnun, una obra del poeta clásico persa Nezami basada en hechos reales y que llegó a sus oídos por intermedio de su amigo Ian Dallas. La misma cuenta la historia de una princesa que fue obligada por su padre a casarse con una persona distinta al joven de quien estaba enamorado, situación que provocó la locura de Majnun. Clapton quedó impactado por el relato y trasladó la historia a lo que él estaba atravesando con Boyd y Harrison.

Con la esperanza de que Pattie abandonara de una vez a su marido, y creyendo que la canción ayudaría a conquistarla definitivamente, durante la grabación de la misma ambos se encontraron a escondidas pero les resultó muy difícil conservar el secreto. A propósito de ese episodio, en su autobiografía titulada Wonderful Tonight: George Harrison, Eric Clapton, and Me, Pattie Boyd reveló: “Nos vimos a escondidas en un piso de South Kensington. Clapton me había pedido que fuera porque quería que escuchase algo nuevo. Encendió el grabador, subió el volumen y sonó la canción más potente que jamás escuché. Era ‘Layla’; trataba sobre un hombre que cae enamorado perdidamente de una mujer que lo quiere, pero no está disponible . Me la hizo escuchar dos o tres veces, mientras miraba mi cara, para ver mis reacciones. Mi primer pensamiento fue que todo el mundo me iba a reconocer”.

George Harrison y Pattie Boyd, juntos en 1966
(Michael Ochs Archives/Getty Images)
George Harrison y Pattie Boyd, juntos en 1966 (Michael Ochs Archives/Getty Images) - Créditos: @Michael Ochs Archives

Lamentablemente, el objetivo que perseguía Clapton con su canción no logró, en principio, su cometido. Boyd continuó casada con Harrison y recién se divorció en 1977. Dos años después, Eric y Pattie contrajeron enlace y, evidenciando no tener ningún tipo de rencor, el propio George se hizo presente en la boda, en compañía de Paul McCartney y Ringo Starr, sus excompañeros en Los Beatles.

En cuanto a “Layla”, la canción formó parte del álbum debut de Derek and the Dominos, una nueva banda formada por Clapton tras sus experiencias con Cream, Blind Faith y Delaney and Bonnie. Carl Radle (bajo), Jim Gordon (batería), Bobby Whitlock (tecladista) y Duane Allman, en calidad de guitarrista invitado, se sumaron a este nuevo proyecto del autor de “Wonderful Tonight”.

Con el grupo ya estable y bajo la producción de Tom Dowd se realizó la grabación original de “Layla”. Transcurridos pocos días, Clapton arribó al estudio y, sorprendido gratamente por una melodía que Gordon interpretaba al piano, lo convenció para sumarla a la canción. Unas tres semanas después de aquella primera toma, el tema fue registrado en su totalidad.

Lanzada en noviembre de 1970, la ópera prima de Derek and the Dominos fue otra demostración cabal de la profunda obsesión que Clapton tenía por Boyd. Además de un título por demás explícito, Layla and Other Assorted Love Songs, la obra de arte que ilustró su portada también estaba inspirada en ella. Se dice que el propio Clapton compró la pintura La chica del ramo al hijo del artista Émile Théodore Frandsen en Francia, ya que la mujer retratada en la misma tenía un gran parecido físico con Boyd. Lo curioso fue que cuando Pattie y George se separaron, Clapton le obsequió el cuadro a Harrison. Y algunos años después, tras el fin de la relación entre Boyd y Clapton, el creador de “Something” (otro tema dedicado a Pattie) se lo dio a ella.

Un himno que necesitó de tiempo

En un primer momento, “Layla” no tuvo la repercusión esperada. Sin embargo, con el transcurrir de los años se convirtió en un gran éxito tanto para el público como para la crítica especializada. El principal motivo por el cual el tema pasó casi desapercibido a poco de ser dado a conocer descansó en que el nombre de Eric Clapton sólo se mencionaba en la contratapa del álbum, lo que llamó a pensar que se trataba de un grupo desconocido. Y por otro lado, su extensa duración (poco más de 7 minutos) provocaba que quedara afuera de la programación de la mayoría de las estaciones de radio.

El panorama cambió radicalmente cuando una versión reducida, de 2, 43 minutos, fue incluida en The History of Eric Clapton, un compilado de grandes éxitos, publicado en 1972.

Veinte años después de aquella recopilación, el tema volvió a estar en consideración del gran público a nivel mundial gracias al suceso del álbum MTV Unplugged. En 1992, Clapton aceptó la invitación de la famosa cadena de videos y contenidos musicales para registrar un disco en vivo, con versiones acústicas de sus más afamadas canciones. Y entre ellas sobresalió “Layla”, interpretada en un tempo más lento, prescindiendo del piano y con un arreglo especial en su riff principal.

En su versión extendida, “Layla” formó parte también de la banda sonora de la película Buenos muchachos (1990), de Martin Scorsese, y fue grabada además por John Fahey para su álbum Let Go y por el talentoso guitarrista de jazz Larry Carlton.

Algunos años después, Pattie Boyd, auténtica musa inspiradora de “Layla”, expresó acerca de Clapton y su arte: “Creo que era totalmente crudo en aquel momento. Es un músico tan increíble que es capaz de poner sus emociones dentro de la música de manera que el público la pueda sentir de forma instintiva. Te atraviesa por completo”.