Lenny Kravitz: su adolescencia como homeless, su pasado de rompecorazones y por qué elige el celibato desde hace 9 años
El domingo pasado, Lenny Kravitz cumplió 60 años, y en una reciente entrevista brindó algunos detalles de la rutina que lo mantiene saludable, pero también reveló cuáles fueron los usos y costumbres que debió dejar atrás para verse y sentirse como cuando tenía 40. “Apenas puedo creer la edad que tengo, pero es hermoso”, le contó el músico a The Guardian, y confirmó, además, que desde hace 9 años no está en pareja y que prefiere el celibato al sexo casual .
En la entrevista, Kravitz hizo un repaso de los momentos más importantes de su vida. Su madre era la actriz Roxie Roker, protagonista de la comedia televisiva The Jeffersons; su padre, Sy Kravitz, productor de noticias de televisión de NBC. Cuando era adolescente, su madre era toda una de las estrellas que más cobraba por su trabajo. Por eso, a pesar de que se prometió no malcriar a su hijo, terminó anotándolo en el Beverly Hills High de Los Ángeles, el instituto que años más tarde terminaría inspirando a Aaron Spelling para crear la serie Beverly Hills 90210. “En mi cumpleaños número 16, veías a los chicos conduciendo sus BMW. En el colegio, el estacionamiento de los profesores estaba lleno de Chevys y Fords y los estacionamientos de los estudiantes estaban llenos de Porsches y Ferraris. Fue bastante divertido”, aseguró el intérprete de “Fly Away”.
Y aclaró: “Bueno... Yo no era uno de esos chicos. No tenía auto. Me movía en autobús o compartía el coche con amigos. Por supuesto que mis padres podrían haberme comprado uno. Mi madre trabajaba en el programa de televisión más visto durante 11 malditos años. Pero no por eso estaba dispuesta a malcriarme, porque ella quería hacer lo mejor para que me convirtiera en un buen hombre. No teníamos empleadas domésticas; el sábado por la mañana ella misma fregaba los baños. Ella era el ser humano más asombroso”.
Según explicó, la relación con su padre fue un poco más complicada. A modo de ejemplo, cuenta que cuando tenía 15 años, tenía entradas para ir a un concierto de jazz, pero su papá no lo dejó, porque consideraba que ya había salido demasiado esa semana. Su reacción fue determinante: se fue de su casa para no volver. Hoy entiende que aquella situación, en una época en la que no existían ni los teléfonos celulares ni internet, solo podía comunicarse si tenía dinero y se topaba con alguna cabina telefónica. “ A veces dormía en un coche y dependía de la amabilidad de la gente. Es un milagro que haya sobrevivido y que no haya sufrido abusos ”, reflexiona.
Entonces, surge un tema que él mismo se atrevió a desandar en sus memorias: el abuso que sufrió cuando tenía 13 años por parte de una chica de 20. “Es cierto. En el mundo de hoy, sí, eso sería considerado abuso y agresión sexual. Ella vio a ese chico adolescente que era en ese entonces, pensó que yo era lindo y quiso tener sexo conmigo. Muchos chicos habrían aprovechado esa oportunidad y la habrían disfrutado muchísimo, pero yo no”, recordó. Y explicó: “No llegamos a tener sexo, porque ella empezó y yo la detuve. Le dije que tenía novia. Ella pensó que era cómico... ‘¿Tenés novia?‘. Yo era virgen en aquel momento. Ella dejó de hacerlo. Y no puedo hablar por todos, pero estoy convencido de que esa habría sido una fantasía para muchos chicos de mi edad, pero no era lo que yo quería”.
En 1985, cuando aún se hacía llamar Romeo Blue porque su verdadero nombre le parecía el de un “médico judío” y no el de un rockstar, conoció a Lisa Bonet, una actriz que, al igual que su madre, participaba de una de las comedias más importantes de la época, Cosby Show. Cuando Lisa cumplió 20 años, se fugaron juntos y un año después, tuvieron a Zoë. A pesar de que se separaron a los cuatro años de haberse convertido en padres, Bonet y Kravitz mantienen una relación de amistad y se siguen considerando familia desde entonces.
Celibato y disciplina
Cuando era niño, Lenny escuchó a su padre hablar telefónicamente con una de sus tantas amantes. Cuando lo confrontó, le dijo que él terminaría haciendo lo mismo. Él lo tomó como una especie de maldición e intentó mantenerse alejado de aquella predicción, pero una vez que se divorció de Bonet, se vio cumpliendo aquel designio. “ Después del matrimonio, me volví más como él. Me estaba convirtiendo en alguien que jugaba con los sentimientos de los demás. Y no me gustó. No quería ser ese tipo de persona. Así que tuve que abordar eso y me llevó años. Lo primero que hice, fue asumir la responsabilidad y el resto fue mantener la disciplina y no dejar que mis propios deseos se apoderen de mí”, indicó.
Desde hace un tiempo, está bien alejado de aquel rompecorazones. Quizá demasiado: Kravitz confirmó que desde hace 9 años no ha tenido una relación seria. “ Sigo convencido de que es mejor mantenerme en celibato hasta que aparezca la mujer indicada. Es algo espiritual ”, explicó. Y, a pesar de que aseguró que le encantaría volver a apostar al amor, indicó que hay ciertas cosas que es consciente de que debería rever para conseguirlo: “Me volví muy firme en mis costumbres, en mi forma de vivir”.
En el videoclip de uno de sus últimos temas, “TK421″, Kravitz aparece totalmente desnudo, luciendo orgulloso su cuerpo esculpido. Sin embargo, asegura que está lejos de ser narcisista. “Con el tiempo, he llegado a aceptarme y sentirme cómodo conmigo mismo, pero nunca he sido de los que se miran al espejo y dicen: ‘¡Oh, sí, mira eso! Soy tan bello.’ Y especialmente, cuando era adolescente, esa situación estaba muy alejada de mi realidad”.
De todos modos, reconoce que su condición física es envidiable. “En gran parte es por una cuestión genética, pero también hay una gran disciplina detrás”, consiente. Además, reveló que en algún momento fumaba tanta marihuana “como Bob Marley” y desde hace un tiempo solo lo hace en situaciones aisladas. Y, por supuesto, indicó que tiene una fuerte rutina de ejercicios: “Ayer, por ejemplo, trabajé todo el día, brindé entrevistas, ensayé hasta la noche. Llegué a casa a las 11, comí algo y se hizo la madrugada. Como no había tenido tiempo de entrenar, fui al gimnasio a las 2 de la mañana e hice mis rutinas de 90 minutos. No quiero estar en el gimnasio a las 2 de la madrugada, pero sé que debo hacerlo, porque es parte de mi disciplina: se trata de cuerpo, mente y espíritu. Quiero que esos tres elementos estén alineados. Si mi cuerpo está en forma y mi espíritu y mi mente no, entonces no es algo agradable de ver o de lo que alardear. ¿A quién le importa? Para mí, todo tiene que estar alineado. Y tengo que hacer el trabajo necesario para tenerlos todos alineados para que mi ser pueda estar al máximo”.