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Ciudad de México/Tapachula (México), 4 ene (EFE).- Rusos buscan refugio en México por ser LGTBI o escapar de la guerra, mientras el Gobierno mexicano reporta una subida interanual del 64 % en la migración irregular de Rusia. En Tapachula, la mayor ciudad de la frontera sur de México, Tajir asegura haber pertenecido a las Fuerzas Especiales Rusas, pero huyó del país para no participar en la guerra en Ucrania, por lo que ahora pide que México le permita permanecer de manera regular lejos del conflicto. "Serví en las fuerzas especiales hace 14 años y no quiero participar en la guerra contra Ucrania porque Ucrania está defendiendo su territorio y no quiero disparar a personas que defienden su territorio, no quiero vivir con eso después en mi cabeza. Si la guerra terminara, regresaría", contó a EFE. México detectó 335 migrantes irregulares de Rusia de enero a agosto de 2024, cuando reportó un récord de más de 925.000 personas de todos los países, según la Unidad de Política Migratoria del Gobierno. Tajir abandonó Rusia para ir a Kazajstán, luego a Kirguistán y Argentina, y por último a la frontera sur de México, donde compró un altavoz y un micrófono para cantar con el español que ahora sabe. “Quiero vivir en México, trabajar como profesor de Física-Matemática como antes en Rusia. Ahora estoy cantando tres veces por semana y otros días estoy aprendiendo español, necesito subir el nivel porque necesito vivir en México y trabajar más que en la calle, después quiero alquilar, estoy viviendo en albergue", narró. El hombre lleva más de siete meses en Tapachula, donde acudió a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), que ha negado su petición. Él dice que su intención no es llegar a Estados Unidos, sino establecerse un tiempo en México, donde algunos ciudadanos piden apoyarlo. "Hay muchas organizaciones que se dedican ayudar a muchos migrantes, sería bueno que lo ayuden en lo que anda buscando porque es una persona como cualquier migrante, está buscando oportunidades de trabajo y anda buscando hacer el bien", comentó a EFE el joven Denis Aguilar, quien se acercó a auxiliarlo. Aumento de rusos LGTBI Además, Casa Frida, que acoge a migrantes LGTBI, detectó un "aumento exponencial” de usuarios rusos tras el inicio de la guerra en Ucrania, en febrero de 2022, y el “recrudecimiento” de las políticas contrarias al colectivo por parte del presidente, Vladímir Putin. “Cuando antes llegaban, a lo mejor una o dos personas por año, más bien empezaron a llegar una o dos por mes”, expresó el consultor de la institución Cristian Andrade a EFE. Esto se da, según Andrade, por la migración causada por la guerra y por un empeoramiento de la situación del colectivo LGTBI dentro de Rusia. “Hemos detectado que, principalmente, estas personas salen a raíz del recrudecimiento de la violencia" hacia este colectivo, subraya el consultor, quien precisa que los migrantes rusos se han detectado tanto en el centro de Casa Frida en Ciudad de México como en el de Tapachula. Un testimonio de este particular fenómeno es Anatoly, ciudadano ruso que huyó a México, donde fue usuario de Casa Frida durante dos semanas y ahora ejerce como traductor voluntario en la organización. Vivió un tiempo en San Petersburgo hasta que a finales de 2022 ejecutó su plan de escapar a México. “Tenía amigos aquí. Ciudad de México era una opción, ni la mejor ni la peor”, reconoció. Ahora, afirmó, su corazón “pertenece a México”. Tiene el visado de residente temporal, trabaja en una compañía mexicana y estudia español. Anatoly sostuvo que, para migrantes de Rusia, Estados Unidos suele ser la primera opción, mientras México es un país de espera para conseguir una cita migratoria al otro lado de la frontera. “Están asustados de quedarse en México porque se habla español y no quieren estudiarlo. Piensan que, en Estados Unidos, tienen más oportunidades”, aseguró. Dentro de cinco años, Anatoly espera una vida “más interesante” y un pasaporte mexicano en el bolsillo. De hecho, ya se siente “un poco más” mexicano que ruso. “Voy a ser chilango (de Ciudad de México)”, bromeó. (c) Agencia EFE