Leonardo DiCaprio y Tobey Maguire tienen una película que prefieren que nadie vea

Centrémonos en el tiempo. Mediados de los 90. Las salas de castings están repletas de actores juveniles buscando su gran oportunidad para entrar en la industria de Hollywood. Pero hay un nombre que siempre destaca: Leonardo DiCaprio. Con menos de 20 años se estaba ganando el puesto de joven promesa y chico de moda a través de películas como Vida de este chico (1993), ¿A quién ama Gilbert Grape (1993) y Diario de un rebelde (1995). Mientras el estrellato definitivo lo esperaba con los brazos abiertos. Romeo y Julieta (1996) y Titanic (1997) estaban en su destino, prácticamente a la vuelta de la esquina.

En esos castings conoció a grandes amigos. Chicos que como él querían ser actores y, de paso, llevar ingresos a sus hogares. Uno de ellos era Tobey Maguire, que en lugar de resentir a Leo por arrebatarle papeles continuamente, se terminó convirtiendo en su amigo inseparable. Y mientras el futuro Spider-Man se conformaba con ser su sombra en proyectos como Parenthood (donde tuvo un papel de invitado) y Vida de este chico (intepretó a su amigo), también comenzaba a buscarse la vida en el tipo de películas donde su amigo jamás participaría y así, probar suerte en casting donde no tuviera semejante competencia. Así fue cómo llegó a La tormenta de hielo (1997) o Preasantville (1998). A esta pandilla se sumaron otras figuras como Lukas Haas, David Blaine, Ethan Suplee y Kevin Connolly, formando un grupo de estrellas en potencia y en edad de hormonas desbocadas. Sus juergas llegaron a oídos de la prensa de la era, con anécdotas que iban desde colarse a eventos de Victoria’s Secret, a viajes espontáneos a Las Vegas, arrojar bombas de olor en bares de moda y sus conquistas amorosas (Complex). La prensa los apodó los ‘Pussy Posse’, algo así como ‘la pandilla de la vagina’.

LOS ANGELES, CA - 27 DE ABRIL: Leonardo DiCaprio y Tobey Maguire asisten al partido Los Angeles Lakers vs Utah en el Staples Center el 27 de abril de 2009 en Los Angeles, California. (Foto de Noel Vásquez/Getty Images)
LOS ANGELES, CA - 27 DE ABRIL: Leonardo DiCaprio y Tobey Maguire asisten al partido Los Angeles Lakers vs Utah en el Staples Center el 27 de abril de 2009 en Los Angeles, California. (Foto de Noel Vásquez/Getty Images)

Fue en esta época que Leonardo DiCaprio y Tobey Maguire hicieron su segundo proyecto juntos después de Vida de este chico (luego habría un tercero, El gran Gatsby en 2013). Se trataba de una historia en blanco y negro, con diálogo mayoritariamente improvisado, titulada Don’s Plum. La dirigió el también actor R.D. Robb con la producción de David Stutman y Dale Wheatley. Se rodó entre 1995 y 1996, justo en esa etapa de transición que estaban viviendo ambos, poco antes de pasar de jóvenes promesas a estrellas definitivas. Es más, algunos reportes dicen que habrían cobrado unos $575 al día. Y DiCaprio tan solo participó en una sola jornada.

Pero que no te extrañe que no te suene el título ni tampoco te preguntes bajo qué piedra estabas viviendo para no enterarte de un estreno tan apetecible (por eso de tratarse de una dupla tan popular). Ni tampoco te esfuerces por buscarlo en Netflix ni en ninguna plataforma. ¿Por qué? Porque es casi imposible encontrarlo más allá de una copia que, no sé muy bien por qué, está disponible en YouTube. Y esto es justamente porque así lo quisieron Leonardo DiCaprio y Tobey Maguire.

Dos años después de completar el proyecto, el productor David Stutman presentó una demanda en contra de ambos actores, asegurando que habían llevado a cabo “una campaña fraudulenta y coercitiva para evitar el estreno de la película” porque Maguire temía que la improvisación de su actuación “revelara experiencias o tendencias personales” (vía The Guardian). Por su parte, el par de amigos alegaron que les habían presentado el proyecto como un cortometraje, pero a la hora de querer estrenarlo se había editado en forma de largo con ellos como protagonistas (cuando la historia giraba en torno a un grupo de amigos). DiCaprio y Maguire se opusieron a que se estrenara y terminaron llegando a un acuerdo en 1998 -cuando DiCaprio ya era el nuevo príncipe de Hollywood gracias a Titanic-: Stutman podía estrenar la película pero solo fuera de EE.UU. y Canadá. Es decir, lejos de los ojos de la industria que les daba trabajo.

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Se terminó estrenando en 2001 en la ciudad de Berlín, donde pasó sin hacer mucho ruido y con críticas mixtas. El tiempo pasó pero el productor Dale Wheatley no tiraba la toalla, volviendo a intentarlo en 2014 cuando publicó una carta dedicada a DiCaprio en un sitio web llamado freedonsplum.com (liberad a Don’s Plum) donde daba su versión del asunto. Según su explicación, había interés en el circuito del cine independiente por la película, habiendo recibido ofertas de Miramax por un millón de dólares y de Tri-Mark por 1.5 millones, y culpaba a Tobey Maguire de manipular a DiCaprio para evitar el estreno. Es más, llegó a subir la película al completo y gratis, pero tuvo que quitarla dos años más tarde cuando DiCaprio y Maguire volvieron a la carga con una reclamación de infracción de copyright para que nadie en el mundo online pudiera verla (al menos así lo refleja la propia web de Vimeo citándolos por nombre y apellido).

Esta carta es mucho más que una película. Se trata de intimidación, censura y abuso de poder” le dedicaba el productor a DiCaprio en su carta abierta. “Tú y Tobey Maguire escupieron en la cara del cine independiente y la comunidad que te ayudó a llegar a dónde estás hoy. No eres más grande que el arte, Leo. No eres más grande que las películas en las que actúas”. Escribió que se trataba de “una opresión sin sentido” porque “mientras el mundo celebra sus grandes logros en cine, él [Leonardo] elige usar un puño de acero para suprimir el trabajo de muchos artistas, incluyendo él mismo, sobre una película hecha hace 20 años”. Según su versión, habían comentado a todo el equipo tras el primer día de rodaje que creían tener suficiente material como para un largo. Pero que DiCaprio ya se había marchado del set.

Don’s Plum es una película que refleja justamente a esos ‘Pussy Posse’ al natural, mostrando a un grupo de amigos -donde estaban Leo, Tobey, Kevin Connolly y Scott Bloom- reunidos en una cafetería hablando de la vida durante una noche. La historia comienza con los protagonistas intentando conseguir chicas que llevar a la reunión de amigos, derivando en todo tipo de triquiñuelas o juegos de seducción hormonales. Y a continuación se encuentran en dicho lugar, hablando de la masturbación y actuando con la inmadurez de la edad que reflejan, dando rienda suelta a charlas banales e insignificantes que no hacen más que evidenciar la edad de los personajes.

Viéndola en la actualidad podemos notar que se trata de una obra que no envejeció tan bien como otras al contar con referencias socioculturales incómodas, pero sí lograba pasmar la inmadurez más ridícula de la edad donde DiCaprio se robaba todo el protagonismo con una picardía natural que traspasa la pantalla. Es verlo y comprender por qué se convirtió en estrella poco después.

Y si tenemos en cuenta la explicación que da el productor, citando a la presunta incomodidad de Maguire ante la exposición de su personalidad en la improvisación, puedo decir que justamente por eso, por estar improvisada, la película consigue elevar esa cotidianidad hormonal que intenta plasmar en cámara, aunque tras unos minutos empiece a sentirse como una experiencia tediosa y trivial. ¿Creo que hubiera hecho mella en sus carreras de haberse estrenado? Personalmente creo que no pero, quizás, habría abierto un capítulo mediático que no les favorecía al exponer abiertamente la imagen de chicos juerguistas, dando vida y forma a esos rumores que ya estaban circulando sobre los ‘Pussy Posse’.

Al final, la anécdota nos habla del poder que Tobey y Leonardo llegaron a tener de la noche a la mañana, pasando de jóvenes actores compitiendo en los mismos castings a conseguir frenar un estreno. Si analizamos el asunto podemos deducir que se ahorraron las posibles críticas mixtas en una época en que estaban creciendo como estrellas comerciales, aunque Don’s Plum tenía algo especial, un aire entre natural y desnudo de la juventud privilegiada sin cargas adultas, donde ellos dos sobresalían en pantalla. Al no estrenarse posiblemente se ahorraron que les dejara cualquier huella, buena o mala, en pleno ascenso comercial.

Al final, DiCaprio y Maguire lograron que la película pasara desapercibida sin que se estrene nunca en territorio americano. Y, en consecuencia, ahora solo se puede encontrar en el portal mencionado. Y ya les digo…. No sé si ellos se habrán percatado todavía.

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