La Princesa Leonor y la curiosa historia de su doble en la realeza

Dicen que todos tenemos una persona que podría pasar por nosotros mismos. Dicen que todos tenemos un doble, vaya. O que, al menos, tenemos uno. Y ahora todas las miradas se han centrado en la Princesa Leonor y la comparan con otra princesa que tiene un enorme parecido físico a la hija de la Reina Letizia. Otra princesa que podría pasar por ser la doble de la primogénita de los Reyes. Pero, ¿quién es esa doble de la Princesa de Asturias? Y ¿por qué se parece tanto?

Ahora la prensa recoge y comenta con fervor el parecido entre la Princesa Leonor y la Princesa Victoria Luisa de Prusia. Vemos como varios medios de comunicación se afanan en demostrar, a través de distintas fotografías, que los rasgos de la primogénita de la Reina Letizia son muy parecidos a los del rostro de la princesa prusiana. La princesa Leonor casi parece una réplica moderna de la princesa Victoria Luisa. Desde luego hay que salvar la gran distancia que marcan dos épocas muy distintas como son el siglo XXI en el que vive Leonor y el siglo XIX, que es cuando nació la Princesa Victoria Luisa. La calidad fotográfica, el color, el maquillaje de la época, los peinados y todo ha cambiado mucho. Pero sorteando esas distancias, claramente vemos un extraordinario parecido entre las dos princesas. Pero, ¿el parecido entre ambas princesas es fruto de la casualidad? Ni mucho menos. La gran semejanza entre Leonor y Victoria Luisa la marcaron sus genes. Resulta que son familia. La princesa Victoria Luisa era la abuela materna de la Reina Sofía, es decir, era la tatarabuela de la Princesa Leonor. Y es increíble como, a veces, o incluso muchas veces, la genética aprieta parecidos saltando generaciones. Pero, además, se produce una curiosidad histórica que une a la Reina Letizia y a la Princesa Victoria Luisa. Y es un llamativo hecho histórico que ocurre mucho antes de que nazca Leonor. Cosas del destino.

La princesa Victoria Luisa de Prusia fue la única hija de los siete descendientes que tuvieron el Emperador Guillermo II de Alemania y su esposa Victoria de Schleswing-Holstein. Además Victoria Luisa era la más pequeña y fue siempre la más querida por su padre el emperador. Su padre quería para Victoria Luisa una buena boda y así se formalizó su matrimonio con el Príncipe Ernesto Augusto de Hanover. Con ese matrimonio se ponía fin a un largo tiempo de enfrentamientos entre ambas familias tras la anexión del Reino de Hannover al Reino de Prusia, lo que tuvo lugar después de terminar la guerra austro-prusiana. El matrimonio de los jóvenes príncipes Ernesto Augusto y Victoria Luisa unían a las familias enfrentadas y así cerraban aquella brecha entre Reinos. Arreglar con bodas lo que se estropeaba con guerras, vamos. Una práctica muy habitual en las monarquías, sobre todo siglos atrás. Pero, resulta que para ese matrimonio la Princesa Victoria Luisa va a recibir un objeto que la unirá para siempre a la Reina Letizia, la madre de la princesa Leonor que tanto se parecerá a ella, siglos después. Una increíble la pirueta del destino.

Resulta que la tiara prusiana que utilizó la Reina Letizia en su boda fue precisamente propiedad de la Princesa Victoria Luisa. De hecho la joya fue entregada a la Princesa Victoria Luisa como regalo de bodas. La tiara de estilo helénico hecha en platino y con brillantes y diamantes la heredó la Reina Sofía de su abuela Victoria Luisa. Y la madre de Felipe VI prestó precisamente esta tiara a Letizia para el día de su boda. Una tiara que fue muy especial para la Princesa Victoria Luisa, que luego fue muy importante para la Reina Sofía, y que finalmente fue fundamental en el día crucial de su boda para la Reina Letizia. Y lo realmente curioso es que fue una joya muy especial para la Reina Letizia cuando aún Leonor no existía, siendo una joya que ahora le recordará siempre la gran semejanza entre su hija Leonor y la antepasada de la Reina Sofía.

Porque, a veces, el destino, la genética y la historia tejen relatos muy bellos.