Letizia no quiere ser “una Reina florero”.

En el encuentro entre el Rey Felipe VI y la Reina Letizia con Donald Trump y su mujer Melania, la agenda de los Reyes de España se separaba. La reunión en la Casa Blanca no era una única reunión de los cuatro. Por un lado, los hombres se encerraban en el despacho oval. Felipe VI y Trump debían hablar de importantes asuntos de Estado. La cita de las mujeres era más ligera y en otro salón. Melania se reunía con doña Letizia para tomar el té y unas pastas.

Eso era lo que estaba programado. Y hay que entender que estas cosas no se improvisan. Esa merienda protocolaria era el acto de agenda oficial de la Reina de España con la mujer del presidente de los EE.UU. Pero, según informa “Periodista Digital”, este plan no gustó nada a la reina Letizia. Y la Reina se quejó. Y se quejó mucho. Dicen que incluso se llegó a negar a acudir a dicha “ligera” reunión, asegura el digital

La Reina no quiere ser una “Reina florero”. No lo ha querido nunca. Eso, sin duda, hay que aplaudirlo. La reina Letizia se ha peleado, y se pelea siempre, y mucho, por hacer cosas importantes, por alejarse de lo frívolo o lo puramente estético. Esta “reunión con pastas” le debió resultar a doña Letizia en exceso poco productiva y poco importante. Le debió parecer una reunión de floreros. Y por ello la Reina se enfadó mucho, según señala el digital, insisto.

La reina Letizia ha demostrado a lo largo de estos años que es una mujer con un carácter fuerte, una mujer de ideas muy claras y una mujer a la que no le gusta estar en un segundo plano. La merienda con la Trump le debió antojársele una pérdida de tiempo. Se entiende. Lo que no se entiende es que si es un acto programado, lo que quiere decir un acto oficial consensuado por la Casa Real española y la Casa Blanca, con anterioridad, ¿por qué espera la reina Letizia a última hora para decir no al “té con pastas de Melania”?

No debe resultar nada fácil para la reina Letizia acudir a algunos de los actos oficiales en los que tiene que permanecer en un plano “más a la sombra” del Rey. O, incluso, en un plano muy a la sombra de su marido, el Rey. Quizás a otras esposas de reyes les resulte más cómodo adaptarse a ese segundo papel. La reina Letizia prefiere la primera línea, quiere resultar efectiva, productiva e importante. Eso, insisto, hay que aplaudirlo. Pero, se avisa antes de la cita. Eso, sí claro.